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Los ruidos se escuchaban desde la cochera, por lo que baje, escalón por escalón, abrazandome a mi misma por el frío que sentía.

Llegué a la puerta que me dirigía a la cochera, me detuve, pero la curiosidad seguía ganando, por eso continue con mi camino.

Los ruidos ya eran más nítidos, y se escuchaban más o menos a algunos gritos, me asusté, pero con valentía me acerqué.

Aquellos gritos provenían del otro lado del coche, en donde se encontraba la mesa que papá sabía utilizar para reparar cosas, pero ya no veía las herramientas, levantaba mi cabeza para ver tras del coche, pero no podía ver nada, en esos momentos odie ser pequeña.

Levanté un poco más mi cabeza y pude observar la espalda de un chico, estaba desnudo, y por el cabello rubio supe distinguir que era mi hermano, pero no sabía cual de los dos.

El le estaba devorando a alguien bajo el, y supe que era una chica, por sus gritos, el estaba empujandola, y temí por que le hiciera daño, pero también tenía miedo.

Me duele saber que no noté la presencia que me persiguió, el tenía que impedirlo.

MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora