El Instituto era precioso.
-- No dejes que nadie te haga olvidar de donde vienes pequeña.
-- No lo haré mamá. Te lo juro.
Todos me acompañaron hasta las puertas del Instituto, mi padre estaba orgulloso, mi madre seguía reacia a dejarme a pesar de haber aceptado.
Mi visión se estaba nublando, el ardor era por la felicidad que sentía al tener la sensación de ya ser libre.
Pasando todas las felicitaciones, ya estando en la habitación que compartiría con otra estudiante. Mi papá salió por unos bocaditos de la máquina.
Dejándome con mamá y mi hermano.
-- Tu escape temporal, finalmente lo lograste.
Su risa erizó cada bello de mi nuca.
Giro abruptamente para mirar a mi madre. El mentón bajo junto a sus ojos cristalizados me dio la razón a los pensamientos que me inundaban.
-- Mamá....
Ella solo negó. Antes de que pudiese decir algo y salió cerrando con seguro tras de ella.
Un grito se atoró en mi garganta pero las lágrimas continuaron descendiendo por mis mejillas, no lo detuve en cuanto avanzó a mí. Ya que sentido tenia apartarme y esconderme ahora. Era mínimamente libre, eso era lo único que importaba en este momento. Sus brazos me rodearon, asquearme más no podía. Estaba lista para lo que venía cuando sus manos fueron bajando por mi cintura.
Salió un jadeo de mí en cuanto me apartó de un empujón.
Una tercera persona ingresó. Era un chica sin duda atractiva, debía ser al menos unos centímetros más alta que yo, su cabello más largo que el mío. De inmediato la sonrisa con la que entró se desvaneció al verme.
Debía tener mala cara sin duda.
ESTÁS LEYENDO
MIEDO
Short StoryNo todas las niñas tenemos una infancia agradable. El miedo es el lazo a nuestros monstruos.