El timbre de cambio sonó a todo volumen en las aulas del colegio, los estudiantes salieron de sus respectivas aulas para dirigirse a la siguiente materia que les tocaba.
Yo llevaba conmigo los libros de biología, me encontraba con la mirada en el piso.
Ya no sabía que hacer para por fin librarme de el, le ponía todo mi empeño en las clases, estudiaba todo lo que podía.
Había escuchado del trasladó a la mejor estudiante, si yo lograba ser la elegida podrían transferirme al Instituto más prestigioso, ahí había Universidad, ya no tendría que esforzarme por encontrar uno, lo mejor era que tenían sus propios cuartos para los estudiantes que les quedaban lejos, mi casa era extremadamente lejos de ese Instituto-Universidad.
Tenía que lograr ello, tenía que lograrlo para al fin terminar mi sufrimiento.
Al llegar al curso me senté como siempre lo hacia.
Sola
Lamentablemente mis dos hermanos ejercían sus carreras dando clases de estas en el Instituto que yo me encontraba.
Los dos eran unos genios, extremadamente inteligentes, por ello nunca podía salir ilesa.
Si el me veía sentarme con alguien se desquitaría tanto con el como conmigo.
En su materia el se encargaba de que me sentase sola.
El otro no parecía darse cuenta del daño que me hacia mi hermano.
Hasta que me di cuenta que nunca fue así.
El entró junto a todos los estudiantes que lo seguían para pedir nota, y como siempre, reviso si yo me encontraba en el lugar debido, su mirada oscura siempre me daba miedo.
Nada, sólo; hakuna matata
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Y compartanChao chao
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MIEDO
Short StoryNo todas las niñas tenemos una infancia agradable. El miedo es el lazo a nuestros monstruos.