8

839 47 2
                                    

--Bien, pero para confirmarlo, si vuelves a aceptar ten en cuenta que nunca saldrás de este juego Natalia, ¿quedó entendido?-- eso me emociono aún más, pensé que jugaría por siempre y me divertiria por la eternidad.

-- Si -- acepté, el se acercó más a mi, yo estaba sentada con las piernas cruzadas - modo indio- aún no me había metido a la cama.

--Bueno, el juego tiene sus pasos, y el primero es tocar-- su mano se puso encima el mío, su tacto estaba helado, y me estremeció enteramente.

--¿Que tengo que tocar?-- mi emoción era demasiada, quería saber que era lo que haría yo.

--Primeramente, ¿quien quieres que sea el primero?-- no sabía, quería que el fuera para enseñarme pero quería ser yo a toda costa.

--Yo-- su sonrisa creció, llegó a mostrar sus dientes blancos.

--Bien, dame tu mano-- aunque dude, se lo di -- la mayoría de las veces la tienes que poner ahí-- con su mano sujeto mi muñeca, puso mis dedos en su pantalón de dormir, justo un poco abajo de su liga, algo estaba en ahi, lo supe porque estaba abultado-- cada vez que diga pon, tu la pones, lo tienes que recordar por siempre-- su mirada era intensa, presionó mis muñecas y toque ese bulto que se me hacía desconocido.

Era la primera vez que experimente algo así, era la primera de muchas, de mucho sufrimiento.

MIEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora