T H R E E

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Me levanté debido al pequeño rayo de luz que caía en mi rostro. Era delicado y su tono era más claro de lo que creía, abrí los ventanales de mi habitación y comprobé que el cielo, se encontraba un poco nublado y frío.

Sonreí al ver a HoSeok sacando a pasear a su pequeño cachorro Mickey y las notables carcajadas que daba cuando el cachorrito actuaba tierno.

Me coloqué mis pantuflas favoritas y no dude en bajar para comer un poco, tenía demasiada hambre aquella mañana.

Iba distraída en mi móvil hasta que en un mísero segundo en que levanté la mirada logré diferenciar a alguien parado justo al final del pasillo, a tan sólo unos metros de mí, haciendo que me parara en seco debido a su presencia. Quise verlo mejor, pero se me dificultaba un poco debido a que no llevaba mis anteojos puestos y entonces me maldije mentalmente por padecer de miopía. Me froté los ojos con mis puños cerrados y para mi sorpresa cuando volví ha abrirlos, aquel sujeto ya no estaba.

Había desaparecido.

Un escalofrío bajó por mi espina dorsal y de repente pude sentir que todo se había vuelto, a una temperatura más baja de la que ya teníamos. Hacía frío y el humo emergente de mi boca cuando suspiraba era cómplice de ello.

No pude evitar sentir un poco de miedo al darme cuenta que todo había cambiado justo cuando aquel sujeto había desaparecido.

Yuna, cariño ¿Te importaría bajar? ya está el desayuno.

Gracias a Dios que no estaba sóla en casa.

ㅡTe preparé tu pastel de arándanos favorito y compré del chocolate instantáneo que tanto te gusta. Anda que se enfría.

Sonreí al ver el delicioso desayuno que mamá había preparado y no dude ni dos veces en sentarme para comenzar con mi comida. Di un mordisco del pastel, saboreando el delicioso sabor a los arándanos y por milésima vez en mi existencia, le agradecí a la vida por el que inventó semejante manjar.

ㅡ¿A qué se debe esto mamá? no todos los días te levantas con el desayuno listo, más si se trata de mi favorito.

Escuché como una carcajada salía de ella y en un momento se volteó a verme, dejando su tarea de lavar platos.

ㅡVerás Yuna, Tu padre... quiero decir, nosotros... perdimos nuestro empleo debido a que la compañía en la que trabajamos había caído en bancarrota y sólo tenía unos días más para que ésta cerrara por completoㅡ Se tomó unos segundos mientras dejaba escapar un suspiro lleno de decepción. Aquello no era nada nuevo para mí, lo sabía desde que los escuché discutir debido a que no sabían que hacer respecto a ello. Sabía que mamá le entristecía porque a pesar de las bajas en las que se encontraba, adoraba su trabajo y sobre todo su alrededor. Tomé un trago de mi chocolate para posteriormente dejar la taza en la mesa y asentir con la cabeza, en señal de que la estaba escuchando y ella me miróㅡ Vinimos a Busan debido a que el primo de tu Padre nos ha ofrecido empleo y pues... ahora estamos en ello.

ㅡDe acuerdo mamáㅡ Respondí removiéndome en mi lugar un poco incómodaㅡ No te preocupes por mí, estoy bien.

Mi madre soltó una pequeña sonrisa, como si aquello que había dicho era justo lo que quería escuchar y luego se despidió, portando un beso en mi frente.

Gracias a su nuevo empleo no significaba otra cosa más que me quedaría sóla el resto de los días, lo cuál no me favorecía en lo mínimo. Nunca en mi no tan corta vida había pensando o siquiera tomado en cuenta en creer todas esas cosas paranormales, me parecía algo tan irreal y ficticio que era algo que hacía llamar mi atención.

Luego de haber comprobado que no había nadie más que mi madre y yo en aquella casa no pude evitar sentir temor, aunque hubiera querido pasarlo por alto era algo que mi mente no iba dejar pasar con tanta facilidad, me juraba que nada había sido más real que eso, más real que él.

Lo comprobé al verlo parado de nuevo.

¿Qué ocurre cariño? ¿He interrumpido tu desayuno?

➳Ghost ; JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora