T W E L V E

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Aún no me acostumbraba.

Parecía ser un simple tatuaje, pero habían momentos en los que ardía un poco y solía ser molesto, había comprado una pomada para ello pero cuando me la colocaba en la zona afectada, sólo terminaba ardiendo aún más así que no tenía más alternativa que vivir con ello.

Lo peor del asunto es que aquella respuesta de "Tranquila Yuna, eso es sólo parte del trato" no había terminado de aclarar mis dudas, si iba a tener aquello molestándome al menos quería una razón al respecto.

Y al parecer a él le gustaba dejarme con la intriga.

Había pasado una semana y días desde que lo había visto en mi baño, con su simple reflejo en mi espejo.

En las noches sentía su presencia aunque no pudiera verlo, era tan... extraño. Es decir... Se había alimentado la vez de nuestro encuentro erótico ¿No es así? Al menos así me había dado a entender pero ¿Con qué frecuencia se estaría alimentando? Pueden llamarme como quieran pero no pude evitar el hecho de esperar otro encuentro igual las siguientes noches.

Cosa que no ocurrió.

Miré el estante colgado donde solía colocar mis libros. Aquella pasta negra con detalles rojos se lograba apreciar a simple vista y por primera vez durante días lo cogí, con una pizca de curiosidad en mis manos. Si aquel libro se titulaba "Dulces secretos" tendría que haber por lo menos una pequeña respuesta a una de mis incontables dudas respecto a JungKook.

Me moví nuevamente hacia mi cama y lo abrí, encontrando aquel capítulo que había provocado una de las experiencias más excitantes que había vivido. Mi cara no tardó en tornarse roja debido a los recuerdos pero decidí dejar la vergüenza de lado y enfocarme a lo que principalmente quería.

Nada.

Luego de ese capítulo no había absolutamente nada en aquellas hojas blanquecinas, fruncí el seño. ¿Entonces que sentido tenía? ¿Por qué JungKook me daría un libro así? Entre más lo pensaba, se formulaban más preguntas y claramente sin ninguna respuesta.

ㅡMira nada másㅡDe pronto, aquella inconfundible voz se hizo presente por primera vez durante días, haciendo que mi piel se erizara por completo. Levanté la mirada y ahí se encontraba él, parado en aquella esquina donde solía aparecerse, vestido con ropa oscura como solía estarlo y aquella sonrisa ladina. Sólo que ésta vez había algo diferente, aquella palidez de su piel que solía recordarme a la hermosa luna plateada de las noches ya no estaba, se había ido.ㅡ Te he pillado con las manos en la masa pequeña traviesa.

ㅡJungKook...ㅡ Respondí aún sin poder creermelo, casi sonando como un susurro. Dejé el libro a un lado y me levanté, acercándome a él a paso lento. Quería comprobar si en realidad era él y una vez estando lo suficientemente cerca, lo abracé.

ㅡ¿Me extrañaste?ㅡPreguntó con una extraña voz risueña que no solía ser normal en él. Levanté la mirada un momento para asentir y luego volver a mi lugar anterior.

JungKook por el otro lado, en ningún momento mostró ápice de romper aquel abrazo. Por alguna extraña razón algo en mí quería estar cerca de él, lo suficiente como para evadir toda esa distancia que había tomado los últimos días.

Además, su cuerpo desprendía un pequeño calor demasiado confortable, un calor que había aparecido en un cuerpo donde no emanaba nada más que el frío y la tenue palidez. Pude haberme quedado dormida ahí, hasta que me tomó por las piernas y me llevó hasta la cama.

Su mirada se encontraba ida en algún lugar de la habitación, sus ojos con un pequeño y distintivo brillo. Su cabello negro, un poco mas largo de lo que recordaba ver en él, caía ondulado por su frente, apenas y cubriendo su ojo izquierdo. El calor de su cuerpo, la tonalidad canela de su piel. Estaba absolutamente ida viéndolo tan detalladamente, como si no lo hubiese visto antes, como si lo que tuviste frente a mí se trataba de una obra de arte tan delicada. Y fue allí dónde me pregunté:

¿Así se miraba el JungKook que en un tiempo vivió? Si así era pues costaba creer que alguien así pudo haber muerto anteriormente, es decir ¿Quién podría hacerle daño a un ser tan hermoso como lo era él? Aunque quisiera preguntarle, prefería guardármelo. Por lo que sé, los espíritus solían guardar sentimientos como lo eran el odio, rencor e incluso la tristeza en cuanto al hecho de su muerte; eso explicaba el porqué había pedido mi ayuda tan desesperadamente.

ㅡ¿Por qué te fuiste tanto tiempo, JungKook?ㅡ Pregunté soltando las palabras de la nada, ahora que habían pasado los días había cogido una pequeña confianza hacia él, lo que me había sentir más segura a la hora de hablar.

ㅡNunca me fuiㅡ Respondió, su voz había regresado a ser la misma de siempre. Me miró por unos segundos, notando la confusión en mi rostroㅡ Sólo te observaba, quería ver si no te arrepentías de lo que habíamos hecho.

ㅡ¿Por qué debería de arrepentirme?ㅡ Pregunté de nuevo, deshaciendo su agarre y sentándome frente a él para poder verlo mejorㅡ Desde el principio te dije que estaría dispuesta a ayudarte.

ㅡMás bien no quiero asustarte Yuna... 

ㅡ¿Asustarme?

ㅡComo lo escuchaste aquella noche estoy demasiado ansioso por tenerte, pero... quiero que disfrutes esto tanto como yo y joder...ㅡDe pronto, la distancia entre ambos volvió a reducirse, su respiración cerca de mi boca y sus labios apenas rozaban los míos, para luego, mirarme nuevamente y decir:ㅡ Eres tan condenadamente perfecta que creo que perderé la poca cordura que me queda.

Mi cara comenzó a arder, pues aquello que había dicho no me lo había visto venir para nada ¿Cómo es que un simple momento cualquiera, él podía cambiarlo a una increíble tensión entre ambos? No lo sabía con exactitud, sin embargo, era experto en eso.

Levantó su mano derecha y la posó en mi mejilla, sonrió, como si mis reacciones corporales fuera la respuesta a lo que había dicho. Luego comenzó a mover su pulgar, directamente a mis labios y lo dejó ahí por un momento, mirándome seriamente.

ㅡAbre la bocaㅡ Pidió con la voz sonando un poco suave, pero a la vez, condenadamente seductora. La lujuria brilló en sus ojos, en una espera ansiosa por mi siguiente movimiento.

Lo vi tragar fuerte cuándo hice exactamente lo que me había pedido. No fue necesario que me lo dijera, pues al instante comencéa jugar con mi lengua su dígito. Me miraba atentamente por cada gesto y expresión que hacía, supe de antemano que le había gustado cuando una pequeña sonrisa ladina surgió en su rostro.

Luego, en un movimiento que no supe medir bien, se había tirado en mí, colocando mis manos por arriba de mi cabeza. Me miró con aquella mirada tan profunda y feróz, lo suficientemente atroz para perforar tu alma sin siquiera darte cuenta.

Joder, estaba mojada de sólo verlo.

Tragué duro al momento en que comenzó a bajar hacia aquel punto débil de mi sensible cuerpo, dedicó pequeños pero mojados besos en mi cuello hasta subir a mi oído, lamiendo el lóbulo de mi oreja. Sonrió al sentirme tan frágil y luego susurró:

ㅡEstoy cansado de los parloteos Yuna... estoy demasiado ansioso por jugar contigo y esto me está aburriendo.



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Lo siento por no saber escribir momentos llenos de tensión, soy un fail completo ¿Meper donan?:(

En fin, ¿Todo bien? ¿Todo correcto?

Prepárense que hoy si viene lo shido xd

Sólo quería agradecerles por los comentarios tan lindos y llenos de amor que le han brindado a la historia:( son muy preciosos y espero mejorar para verlos más seguido <3

Sin más que decir, me despido.

ㅡPrudens <3

➳Ghost ; JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora