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Yo también te extraño, mucho. Quiero verte.
Aura hace un ligero movimiento con la cabeza en dirección hacia el exterior.
Dimas está ahí a unos metros de mí.
—¿Quieres verlo? —me pregunta la escritora como si la respuesta no fuera obvia.
—Sí, claro que sí...
¿Ha estado afuera todo el tiempo? Creo que el corazón se me ha atorado en la garganta.
Aura me pide que la siga y, frente a la enorme reja negra que bordea la casa, diviso a Mike, Sofía y Dimas, el último está de espaldas.
Mi exnovio me sonríe mientras Sofía le dice algo a Dimas, lo noto tensarse. Sé como se sienten sus hombros bajo mis manos, recuerdo cada músculo que recorrí por las noches.
Sé que me veo mal, que elegí la primera blusa que encontré y que mi cabello es verde como ha dicho Henrik; sólo espero que a Dimas no le importe. Sólo espero que en verdad me extrañara tanto como yo a él.
Entonces recuerdo que sabe sobre mi pasado, ese pensamiento me ancla al suelo, no puedo verlo a la cara. Conoce el motivo de esos temblores, el miedo, la mentira sobre la gemela que no existe, sabe lo dañada que estoy. Nunca podré ser como Aura o Sofía, no puedo ser normal. Perdí mucho, jamás recuperaré esas partes que me arrebataron.
—¿Cristal? —llama Aura—. ¿Estás bien? Si es demasiado... Él no se enojará si quieres posponerlo.
Mike se percata de que no puedo seguir, me señala en un intento de... no sé qué intenta, no sé si quiero pedirle que baje la mano o gritarle que le diga a Dimas que se acerque. Dimas permanece quieto unos segundos, quizá son minutos, es difícil medir el tiempo cuando tengo tanto miedo; sin embargo, se gira muy despacio hacia mí.
Nuestras miradas se cruzan por el segundo más largo que ha existido en el universo, pero no consigo mantener la frente en alto. El tono azul fue más intenso del que recordara, estaba cubierto de tristeza, la sentí en cada poro de mi piel.
Un escalofrío me recorre, el temblor permanece como si aquello pudiera aminorar la vergüenza. Él quería algo normal, sin complicaciones, la relación que no puedo ofrecerle. Los demonios de mi pasado jamás me abandonarán porque perdí la guerra desde esa primera noche tantos años atrás. Nunca pude ganar, ni tuve posibilidades.
No puedo ver con claridad, al frotar mis ojos descubro las lágrimas atoradas sobre la piel de mis manos. Por un instante me he sentido como la misma niña refugiada bajo su manta rosa, la que rogaba que esa noche no gire el picaporte de la puerta.
Reconozco las botas desgastadas de Dimas, a pesar de la neblina de lágrimas, y percibo el agradable aroma de su colonia. Su presencia se mete por mis pulmones, me pide a gritos que extienda la mano para tocarlo.
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La Melodía de Cristal 2: Fénix 1
RomanceFénix es la quinta parte de la saga Melodías; sin embargo, se puede leer como una historia independiente. El orden correcto para leer la saga sin terminar con spoilers es: 1. La Melodía de Aura I: Preludio 2. La Melodía de Aura II: Obsidiana 3. La M...