Capítulo 10: Combate en el puente

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La última noche, todos estaban comiendo felizmente, hasta que por las escaleras baja un niño de aproximadamente 8 años, con un gorrito de pescador.

-Inari, te preparé un poco de comida, lo dejé en el refrigerador para que no se eche a perder...- dijo amablemente Tsunami, madre del niño.

-Ustedes van a morir...Gato mata a los que intentan hacer algo contra él, es demasiado fuerte...- murmuró el niño.

-No debes ser tan pesimista, ten un poco de fé en nosotros.- dijo alegre como siempre Naruto.

-¡¿Fé?!, ¡Tú ni siquiera sabes lo que es sufrir!- gritó el pequeño niño. Pero el ambiente de pronto se sintió congelado, y el ojiazul suspiró un poco enojado.

-¿Tú conoces a tu madre? ¿Te ha cuidado siempre?- le preguntó el rubio a Inari.

-Sí...- dijo un poco asustado el niño.

-Qué bueno, porque yo ni siquiera la conozco. Nunca tuve familia, mi aldea me odia por portar algo que no pedí cargar. Tú nunca debiste comer de la basura, porque tu madre te llenó el estómago con comida caliente en invierno. En vez de quejarte por lo que no tienes, ¡Agradece por lo que tienes!- terminó su discurso Naruto, que se levantó y se fue de la casa, mientras que Inari subió llorando a su habitación.

-¿Sensei, eso es verdad?- le preguntó Sakura a Mikoto.

-Todo lo que dijo es correcto, Naruto debe soportar una gran carga, y es odiado en Konoha por hacerlo...- respondió la azabache.

-Será mejor dejarlo solo. Hay que dormir, mañana será un largo día...- dijo Kakashi, y todos se fueron a las habitaciones.

El rubio golpeó varios árboles, pero sintió a lo lejos una presencia familiar. Ocultó su chakra a la perfección y espió a la persona que estaba en el claro, la cual tenía ropa de mujer puesta.

-¿Que estás haciendo en un lugar tan solitario a esta hora?- le preguntó el rubio, asustando a la mujer.

-Un amigo se ha herido de gravedad hace unos minutos, y como no tengo dinero para pagar el hospital estoy recogiendo algunas plantas medicinales...- dijo la castaña.

-Ya veo, déjame ayudarte...- dijo el rubio, y comenzó a recolectar las mismas hierbas.

-Por cierto, me llamo Haku, ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó la castaña al ojiazul.

-Soy Naruto, un gusto en conocerte.
Él había reconocido por su chakra que Haku era la acompañante del renegado coase A de kiri. Decidió tomar una hierba distinta, que sabía que potenciaba la curación sobre una persona y que casi nadie conocía.

Haku vio un poco desconfiada la planta, y esa duda fue captada por el ojiazul, confirmando sus sospechas.

-Intenta usar también esta.- insistió el rubio.

-No la conozco...- dijo la castaña.

-No soy tan sucio como para envenenar a Zabuza, es una muy buena planta medicinal.- dijo Naruto, y Haku dio un paso atrás y sacó un Senbon.

-¿Por qué querrías curar a tu enemigo?- le preguntó la chica.

-Quiero pulir aún más mi Kenjutsu. Además, pienso que ustedes dos pueden ser buenas personas en el futuro...- dijo Naruto, y Haku tomó la planta entre sus manos y la guardó en la canasta.

-Confiaré en tí, pero como sea mentira...- dijo la mujer.

-Tranquila, te prometo que dejaré que me mates. Siempre cumplo mis promesas...- dijo el ojiazul, desapareciendo en un Shunshin de hojas.

El Legado del Rayo AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora