Salvación - Idoia Amo y Eva M. Soler

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1▪ —Muchas gracias por el comité de bienvenida —dijo, sin molestarse en ocultar su sarcasmo—. Si hace esto con todos los visitantes estará muy ocupado, ¿no? —No tenemos muchos visitantes —replicó él, mirando hacia la verja. —Con la simpatía que desborda me cuesta creerlo, sheriff.

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2▪ —¿Tiene las llaves? —Pues claro que tengo las llaves. ¿Qué pasa, no se fía? ¿Quiere acompañarme dentro para convencerse de que no soy una vagabunda practicante del vandalismo más sofisticado? 

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3▪ . Me preguntaba si tendríais bombillas. —Claro, pasillo tres. —¿Tenéis de colores? —¿De colores? ¿De navidad, te refieres? —Necesito bombillas rojas.

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4▪ ¿Podemos empezar de nuevo? Soy el sheriff West, pero puedes llamarme Aidan. —Yo sigo siendo Helena. —Se la estrechó, mostrando una sonrisa amable—. Puedes llamarme así

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5▪ —Déjalo estar —recomendó—. Hay historias que es mejor no remover. Hazme caso, pequeña Helena... te hablo desde el cariño

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6▪ —Es una tarta —explicó—. ¿Te gusta el chocolate? —¿Alguna persona responde que no a eso?

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7▪ —¿Tú te crees la historia de la bruja? —preguntó Helena. —Creo que suceden cosas imposibles de explicar, y que la gente tiende a crear sus propias leyendas para etiquetar sus miedos. Hubo una muerte terrible que nunca llegó a aclararse, los padres enloquecieron, y la imaginación hizo el resto.

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8▪ —¿Estás bien, pequeña Helena? —¿Sabes? Podrías dejar de llamarme «pequeña Helena»... porque ya no lo soy. —Sigues siéndolo en mi cabeza —esperó a que llegara a su altura—. ¿Qué ha pasado?

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9▪ —¿Cómo estaban? —Muertos. —Ya, pero... —Masacrados. —Y llamaste al sheriff —acabó Larson, frotándose la barbilla pensativo. —Claro que llamé al sheriff. ¿Qué se supone que debía hacer? —¿Y qué pasó? —Que piensan que estoy como una cabra, eso es lo que pasa

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10▪ —¿Y qué ha ocurrido? —Que te han maldecido. —¿Cómo? Larson la sujetó por los hombros. —Te lo acabo de explicar. Tiene los símbolos necesarios dibujados con la sangre de animales muertos. Todos los ingredientes que se necesitan para lanzar una maldición de magia. —¿Magia negra?

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11▪ —Se acabó, me voy para allá —sentenció Jenna, con gesto de resolución—. No puedes seguir sola en ese sitio. —Pero tienes que trabajar, y estoy bien, de verdad

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12▪ —Bien. No hables de esto con nadie. —La morena empujó las fotos hacia ella, de vuelta—. Cuanta menos gente lo sepa, mejor. —¿Ni siquiera con Aidan? Prometió decirme algo cuando tuviera los resultados de... —Cuando te llame, dale las gracias y listo. Quítale importancia al tema... no sé, puedes decir que quizás tuviste una pesadilla o algo así. Que tienes claro que sacaste el tema un poco de quicio, pero que ya estás bien. —Ilsa meneó la cabeza—. Él no puede ayudarte, ni tampoco Casey... No te fíes de ellos, Helena

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13▪ —Todo lo malo que te pase a partir de ahora, no serán casualidades —continuó Mia—. Todo será provocado por esto. —Pero... habrá algo que pueda hacer, ¿no? —Lo primero será hacer una ceremonia de limpieza de tu casa —dijo Nicole

Frases del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora