Una chica inocente que pide una cookie de chocolate.
Un barista engreído y ligón que se la sirve.
Intercambio de sonrisas, una diferencia de edad enorme.
Una jefa que le regaña por su comportamiento.
Las cosas pueden acabar muy mal...
Conectar con J...
Tenía que pensar en un plan para arreglarlo todo. Volver con Carla y quitarme de encima la amenaza de mi jefa de denunciarme. La noche en vela me dio mucho tiempo para pensar, así que ya tuve algunas ideas por la mañana.
Me llevé a Paco a dar una vuelta.
—Vas a ligarte a la jefa.
—Sí, claro. —La cara de mi compañera era de sorpresa—. Cada vez tengo más claro que te drogas.
—Que sí, coño, que yo me la tengo que quitar de encima. Estarías haciendo un doble favor, a un amigo y a ti mismo.
—¿Cómo que te la tienes que quitar de encima, qué quieres decir? Vosotros...
—Sí, nos acostamos. Y ahora quiere romper mi relación con Carla.
—¿Cómo que tu relación con Carla? Tú y Carla...
—Sí, hemos empezado a salir.
—¡¿Qué dices?!
—Que sí, macho. ¿No te he contado nada de esto?
—Qué va, si me tienes en la ignorancia, no me cuentas nada.
—Ni te voy a contar más. Lo que te voy a contar es cómo ligar.
—Con la jefa.
—Sí. ¿Te sigue poniendo, no?
—Sí, pero...
—No hay peros. Cállate. Ahora me escuchas, yo soy tu maestro. Sólo puedes hablar para dudas.
—Vale, habla. Te escucho.
—Vamos a ver, para empezar tienes que entender que no es ella la que tiene la sartén por el mango, sino que eres tú.
—Sí, claro.
—Que te calles. Mira, siempre la mujer ha sido la que elige al hombre porque el hombre es un baboso que se acostaría con cualquiera.
—Exacto, así soy. Baboso soy yo.
—¿Me vas a interrumpir todo el rato? Cállate ya.
—Perdone, maestro sensei, no le interrumpiré más. Continúe con su conferencia.
—Vamos a ver, baboso, las mujeres responden a lo peculiar, a lo que se sale de la norma. Si te comportas como el resto de babosos no se van a fijar en ti, nunca. Bueno, sí, para incluirte en la friendzone. —Paco hizo gesto de asentimiento—. Si tú vas a una chica pidiéndole una relación, no te la va a dar jamás. No tiene que parecer que necesitas algo de ella. Tienes que darle la vuelta a la tortilla a todo eso, nano. Que sea al revés, que ella sea la que tiene que currárselo si quiere estar contigo.
