Capítulo 3. Bombardeados

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Pasaron los días la amistad entre Roberto y Takumi se fortaleció a tal grado que el piel canela llegó a bromear con lo hermosa que era la novia de Takumi y este le decía; mantente alejado de mi ingenua chica, "Ey" amigo latino de sangre caliente...

El par con relativa frecuencia disfrutaba de largos paseos en las horas del ocaso, era una rutina que rápidamente les permitió mantener la cordura a pesar el ambiente tan inestable al cual estaban sometidos. Mantenían conversaciones personales haciendo fácil la aceptación del choque cultural de ambas crianzas, sin llegar a cruzar la delgada línea de la intimidad interpersonal.

Explícame ¿cómo es posible que tú aún no te hayas enfermado durante este año que hemos estado metidos aquí en plena selva? preguntó intrigado Takumi.

Soltando una carcajada Roberto le respondió eso es fácil tengo la mejor farmacia del mundo pues la selva me da todo lo que necesito. Tal vez ustedes los doctores deberían aprovechar más a la naturaleza en lugar de solo depender de los fármacos ¿No te parece? dijo con una gran sonrisa.

Tal vez tengas razón, si mis futuros logros profesiones me permiten convertirme en ministro de salud de mi país modificaré el pensum de estudio que la carrera de medicina bromeó Takumi dejando resonar una gran carcajada.

¡Muy graciosos!.. Ya veremos a los japoneses como rumiante masticando monte todo el día para no enfermarse— intervino Lee desplegando una linda sonrisa.

Ya entrada la media noche se escucharon fuertes ráfagas de detonaciones, infinitos destellos de luz en la oscura noche y sonidos ensordecedores. Nada más secano a un despliegue inesperado que duramente hará mella en el escuadrón. Ataque que sin duda dejará sufriendo a más de una familia como producto del fallecimiento de uno de sus miembros. Y aunque cada militar o postulante a incorporarse a una zona de guerra sabe que corre el riesgo de vivir o mejor dicho sobrevivir a tan dura experiencia. Cada quien en su propio mundo de fe y esperanza reza en el fundo de su corazón no tener que vivirla. Sin embargo aunque suene poco creíble era un precio tal vez alto o bajo por aportar un grano de arena con tal de mantener la paz entre fronteras enemigas.

Media hora después todo quedó en un silencio sepulcral y en completa oscuridad. Acababan de ser fuertemente bombardeados por el enemigo. Los tres hombres permanecieron inconscientes por un largo tiempo. El primero en reaccionar fue Lee quien trató de deslizarse por el suelo empapado de sangre, tuvo que apoyarse sobre sus codos ya que sus piernas no le respondían, consiguió toparse con el cuerpo casi inerte de Roberto luego de golpearlo en el rostro logró que recobrara el conocimiento. Buscaron a Takumi tanteando con sus manos toda el área, lo encontraron a 20 metros de ellos, su cuerpo había sido arrojado por la onda expansiva, él estaba aún inconsciente pero respirando, Roberto miró a Lee y pudo notar que ambas las piernas estaban en muy mal estado.

Lee te llevaré a un lugar seguro y luego vendré por Takumi pronunció aprensivamente manteniendo la mirada en las destrozadas piernas del coreano.

¡No!espetó amargamente Lee.tú debes dejarme aquí para tratar de salvar tu vida, Yo no podré sobrevivir a estas heridas le advirtió Lee tomándolo de la solapa.

Ni lo sueñes amigo estamos juntos los tres hasta el final sea cual sea nuestro destino en esta guerra la libraremos juntos expresó Roberto con voz de mando militar.

Como pudo se echó a Lee al hombro adentrándose en la selva, caminó por más de dos horas hasta llegar a una de las cuevas que él usaba para descansar de sus expediciones. Allí recostó al nipón en el piso, trató de limpiarle las múltiples heridas que tenía alrededor del cuerpo con agua de un manantial subterráneo que está a 7 minutos de la entrada de la cueva.

Ya regreso voy a buscar algo para entablillar tus piernas le informó al casi inconsciente compañero de escuadrón.

Ummm fue lo único que logró pronunciar Lee antes de desmayarse.

Transcurrido alrededor de unos 15 minutos regresó a la cueva con palos y ramas que le permitieron inmovilizar las piernas de Lee, gracias a Dios que aún estaba inconsciente así Roberto pudo tratar las mal trechas piernas. Procedió a hacer un pequeña fogata solo hasta calentar varias piedras las cuales dejó cerca del japones para mantenerlo caliente. Pues no quería que el enemigo tuviera chance de ubicarlos.

Despertó a Lee y le entregó unas hojas que sacó de su bolsillo.

Necesito que intentes masticar y tragar estas hojas son un analgésico natural bastante efectivo, es una orden retomó el tono de mando.

Ok serás un rumiante bromeó tratando de suavizar la situación.

¡Genial!... Pronunció el latino luego de un par de bocanadas que permitieron llenar sus cansados pulmones de aire fresco impulsándolo a hacer unas compresas con hojas para colocarla en lo que aun se podía creer que eran las piernas de Lee. No debes quitártela bajo ningún concepto, lo previno de cualquier acción posterior. Con vasta experiencia procedió a machacar las hierbas para cuando sintió que la mezcla era homogénea la colocaba en las piernas así estuvo hasta cubrir todas las heridas.

No transcurrió mucho tiempo para que Lee se relajara a pesar la inmensa tortura física y emocional que azotaba a su herido cuerpo. Logrando dormirse más por desvanecimiento que por dolor.

Voy a buscar a Takumi, no importa cuánto dolor sientas no debes gritar, así evitaremos ser localizados por el bando contrario- le advirtió mientras salía de la cueva.

Roberto corrió por alrededor de una hora hasta llegar a donde habían dejado a Takumi; quien para ese momento había recobrado la consciencia a pesar de estar muy mal herido. Carecía momentáneamente de la capacidad de hacer uso de su sentido de orientación aunado a ello intentó vagamente enfocar la precaria vista y su sentido de audición estaba totalmente desactivado impidiéndole escuchas las instrucciones de Roberto, consecuencia directa del profuso sangramiento en sus oídos. Tenía un hombro dislocados y varias costilla fracturadas que le impedía respirar con facilidad. La posición adoptada por un de sus tobillos le informa a Roberto que una fractura era la posibilidad más real ante tal situación. Su cara ya presentaba deformación debido a la hinchazón producida por los fragmentos de granadas incrustadas en ella.

¡"Ey" amigo!, debo posicionar el brazo, no puedes gritar o nos descubrirán intentó explicarle con señas, le colocó una rama entre los dientes y gesticulando le indicó que lo reubicaría a la cuenta de tres.

–Uno, dos y en esemomento sin llegar a tres reubicó el brazo de su amigo sin darle tiempo a éstea prepararse –listo amigo ya pasó– le dijo para tranquilizarlo.

DOBLEMENTE CASADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora