Capítulo 5. Luchando por la vida

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Roberto se sentó por unos diez minutos para reponer algo de fuerza porque debía hacer exactamente lo mismo con Takumi. Lo desvistió, cargó y lo metió con delicadeza en el manantial, no quería moverlo bruscamente por la mala condición de los oídos, procedió a lavarlo lo mejor que pudo, trató de eliminar el exceso de sangre seca de los oídos y cara para poder analizar bien el estado de salud, cuando se sintió satisfecho lo colocó al lado de Lee.

Sin pensarlo dos veces procedió a desvestirse para darse un baño y lavar sus heridas que eran muchas pero no tan graves como la de sus compañeros de escuadrón, sentía que todo el cuerpo le dolía pero no podía darse el lujo de pensar en él. Tanto Takumi o como Lee quedaron sorprendido de ver todas las heridas de Roberto quien a pesar ellas no se había quejado ni una vez.

Tranquilos chicos todo estará bien, recuerden que estamos juntos los tres hasta el final Roberto los animó con una sonrisa en los labios

Se tumbó a la orilla del manantial para reponer fuerzas y comenzar a lavar la ropa, todo para tratar de mantener a raya cualquier foco de infección, salió de la cueva y dejó la ropa en una de las copas de los arboles más altos para que se secaran con el sol.

Al entrar a la cueva trató a alimentar a sus compañeros pero ninguno podía masticar producto de la hinchazón de les formaban las caras como consecuencias de las heridas y de la debilidad que casi tocaba la muerte, así que decidió masticar las bananas para luego pasarle el "puré" directamente de boca a boca. Empezó con Takumi para luego ir con Lee tardó casi dos horas en terminar en procedimiento. Luego literalmente cayó sin fuerza al suelo allí durmió por horas.

Se despertó de pronto recordando la siguiente dosis de antibiótico para Lee. Ya empezaba a oscurecer, así que fue a buscar lo que según él ayudaría a Takumi con sus oídos.

Ya regreso chicos voy a buscar algo para tus oídos–, mirando a su amigo, no se diviertan sin m – bromeó para levantar los ánimos

Al cabo de unas horas regresó con la cara, las manos hinchadas y deformes por las picadas de muchas abejas, trajo con él un gran trozo de panal de abeja,

Amigo Takumi, verás como tus oídos van a mejorar te lo aseguro, será doloroso pero valdrá la pena.

Ten chupa lentamente esto Lee le dijo mientras de pasaba de boca a boca un puré de miel, funciona como antibiótico y aumentará tus niveles de glucosa.

"Ey" amigo Takumi, lo tuyo será más incomodo pero necesito que confíes en mí, lo miró a los ojos. Colocó la cabeza ladeada de su amigo sobre sus piernas para así extraer toda la sangre restante de los oídos. Este procedimiento llevo más de media hora, algo incomodo y doloroso para Takumi quien no protestó en ningún momento. Cuando vio que estaba bastante limpio le colocó unas gotas de miel en los oídos, en ese momento el cuerpo de Takumi se estremeció. Roberto para relajarlo le tarareó la melodía preferida de su madre. Las lágrimas de Takumi no se hicieron esperar. Para luego iniciar con las extracciones de los múltiples fragmentos de municiones incrustados en el deformado e hinchado rostro de Takumi.

Ese procedimiento de limpieza corporal lo repetía diariamente por muy cansado que estuviese. No dudaba de alimentar a sus amigos directamente de su boca, cambiaba las compresas naturales de Lee y ajustaba el entablillado, buscaba alimentos, medicinas a diario, limpiaba los oídos y rostro de Takumi sin falta cada día.

Para el séptimo día consideró que ya podía preparar alguna cacería sin ser detectado por el enemigo, aunque hacía dos días que no se escuchaba nada de ellos.

¡"Ey"!!! Amigos, es momento de premiaremos con algo más que frutas... veamos que este venezolano puede cazar dijo feliz mientras se alejaba de la cueva. Al cabo de unas horas regresó con una hermosa iguana de muy buen tamaño chicos el menú de hoy será carne asada... siiii se dijo todo orgulloso

Por primera vez en una semana comerían como dioses, claro está que Roberto debería prepara su "puré" para poder alimentar a sus amigos.

Ya para el segundo mes Takumi estaba mucho mejor, aun sus costillas fracturada le molestaban y perdía el equilibrio constantemente, ya podía comer y beber por sí solo, eso era un gran avance para el cansado Roberto.

Lee aún dependía de la alimentación directa por parte de Roberto, pero ya lograba tomar líquido por sí solo. Los baños dependían de Roberto todavía, igual que el abastecimiento de alimentos y las medicinas naturales.

Para el tercer mes Takumi se movía con cierta agilidad con un bastón improvisado hecho por Roberto, en cuanto a Lee aun estaba en malas condiciones pero ya comía solo.

"Ey" amigos es hora de empezar a buscar ayuda para salir de aquí. Empezaré a improvisar una camilla para arrastrar a Lee hasta nuestro antiguo campamento.

Pasó más o menos dos días para tener la camilla lista y suficientes provisiones para los tres. Con mucha cautela y delicadeza Roberto acomodó a Lee en la camilla hecha de troncos, ramas y paja. Se la sujetó a los hombros con lianas, se colocó el bolso en el pecho lleno de alimentos así podría equilibrar un poco la carga. Se aseguró que Takumi usara el bastón y procedieron a salir del refugio.

No avanzaban mucho diariamente ya que con frecuencia Takumi caía desorientado al suelo. Roberto se aseguraba de dejarlo sentado mientras él arrastraba unos cien o doscientos metros a Lee para luego regresar y ayudar a Takumi a avanzar. Repetirá esto unos veinte veces antes de caer exhausto bajo el clima abrazador y extremadamente húmedo.

Transcurrido tres días, escucharon voces a lo lejos, sin saber si eran amigos o enemigos se encomendaron a Dios y empezaron a hacer ruido para que los detectaran.

Por aquí, están son tres, escucharon risas y se pudieron relajar al saber que eran parte del escuadrón que llevaban meses buscándolos.

Literalmente Roberto cayó exhausto sin fuerza como hoja seca al suelo, Takumi y Lee rompieron en llanto pensado que su gran amigo había muerto de cansancio por ayudarlos a sobrevivir.

DOBLEMENTE CASADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora