Este capítulo contiene descripción detallada de índole sexual. Se recomienda discreción ya que debe ser leído por personas adultas.
Nos tumbamos sobre la cama y acerqué su cuerpo al mío, ella no opuso resistencia alguna, nos tocamos y besos gemíamos entre dientes, la intensidad llegó a tal grado que necesitábamos separarnos para poder respirar. Pude sentir la suavidad de su piel, me perdí su aroma de mujer recién a estrenar, ella clavó su rostro en mi pecho como tratando de inhalar mi esencia, dejé que mis manos hablaran por mí, recorrí su espalda fue literalmente como acariciar un durazno cuando mis manos llegaron a su pecho me asombré de la suavidad de los mismos enseguida su pezones de endurecieron como respuesta mi tacto... Una lágrima rodó por la mejilla de Nampyeon y con mucho esfuerzo logró retener las que se acumularon en sus ojos, Otto rodeó las manos de él percatándose de lo heladas que su amigo las tenía así que procedió a darle calor frotándolas.
Por favor continúa no pares, pronunció con voz suplicante Nampyeon.
Respetando la solicitud de mi amigo prosiguió. Cuando mis manos bajaron a sus muslos ella tembló y eso me estremeció aún más, no sabía si parar o continuar, Kimi colocó sus manos alrededor de mi cuello y buscó mis labios esta vez no habían besos tiernos eran más bien descontrolados y llenos de sensualidad. Creí que ella estaba lista la apoyé completamente de espalda en la cama quedando yo encima de ella, continuamos besándonos y tocándonos explorábamos cada rincón de nuestros cuerpos... Las piernas de Nampyeon empezaron a moverse de manera desenfrenadas debajo de la mesa.
¿Estás seguro que desea que continúe? le preguntó a Nampyeon tratando que la delicada conversación no entrara en caudales peligros. Tomó la cara de mi amigo y lo forzó a mirarme pero éste puso tanta resistencia que no me quedó más remedio que indagar por su comportamiento.
–¡Dios mío, Nampyeon! ¿Tú estás enamorado?, ¿Verdad? es por eso que estas así, es por eso que necesitas saber para asegurarte que la persona que tú amas esté bien– intuyó con voz temblorosa.
–¡Cállate!, tú no sabes nada... solo continua– exigió casi en tono de orden.
–Pues, no voy a seguir, pues no, no lo haré– refutó algo molesto.
–Si lo harás porque si no me cuentas juro por Dios que al llegar a casa haré que mi Anae me lo cuente– me retó firmemente.
Luego de meditarlo unos minutos Otto rompió el silencio existente entre ellos continuando su relato.
Usé mi pierna para abrir con suavidad las de Kimi, una de mis manos acarició sus pechos luego bajé lentamente hacia su vientre en ese momentos nuestros gemidos era fuerte y continuos para cuando mi mano llegó a su entrepierna pude sentir la humedad que nuestras caricias y besos habían producido en mi esposa, ella arqueó su cuerpo como respuesta a la invasión de mis dedos. Me posicioné para introducirme en su virginal entrada pero Kimi se tensó al sentirme tratando de penetrarla, la besé y quise empezar adentrarme en ella con delicadeza cuando Kimi simplemente se alejó de mí sentándose recostando su espalda en el respaldar de la cama. Respiré profundo y con una sonrisa en los labios le pregunté si ¿estás bien? ella solo bajó la mirada y se cubrió rápidamente con las sabanas.
En ese momento entendí que mi Kimi aún no estaba lista así que simplemente me senté a su lado, la abracé, le besé la cabeza y le dije que todo estaba bien que podemos ir poco a poco, que lo que acaba de ocurrirnos había sido hermoso y que quedaría guardado en mi corazón para esta y muchas otras vidas. Le sugerí que durmiéramos abrazados para que termináramos la noche que una forma romántica y tierna. Así amanecimos con nuestros cuerpos desnudos entrelazados. Lo demás ya tú lo sabes.
Las lágrimas no paraba de rodar por el rostro de su amigo fue tanta la emoción que emanaba de su cuerpo que hizo que lloráramos juntos. Le pidió disculpa si le había causado algún dolor pero él no respondió. Otto se dio cuenta de la intensidad de sus sentimientos cuando éste le clavó su mirada pidiéndole en silencio que le aliviara parte de ese dolor que le rompía el alma.
Con delicadeza y respeto le preguntó ¿Desde cuándo la amas? tomándolo nuevamente las manos.
–Desde los quince años así que tengo más de una década viviendo un amor tras las sombras– reconoció sollozando pero ya más calmado.
–¿Porqué nunca me dijiste?– en encogió los hombros –¿Cómo pudiste preparar todo el ambiente para que tu amor se entregara a otro hombre?– Nampyeon se tapó la boca con una mano para evitar gritar –¿Cómo has podido tener una fuerza de voluntad tan grande?– fueron algunas de las inquietudes que salieron atropelladamente de la boca del esposo de Kimi, sin darle tiempo alguno de contestarle pero Nampyeon se limitó sólo a subir sus pesados y tensos hombros.
Nuevamente tuvo que romper el silencio entre ambos y reuniendo todo el valor le confesó; Los sentimientos que tengo por Kimi son sinceros y puros me encanta tenerla como esposa; me alegra saber que puedo hacerla feliz, le enloquece verla como disfruta de mi cocina y definitivamente seria para mí un honor ser el hombre que la haga sentirse mujer por primera vez y haciendo una pausa prolongada tras varias reparaciones reconoció a muy pesar del; pero no sé si lo que siento es amor o solo es cariño.
Pero de algo estoy seguro es que Kimi merece que su primer hombre la ame intensamente e incondicionalmente y creo firmemente que ese hombre eres tú, mi querido Nampyeon.
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DOBLEMENTE CASADA
RomansaDos generaciones, un matrimonio obligado que involucra una mujer y dos hombres de distintas nacionalidades para saldar una deuda de honor. Luego de leer, revisar y estudiar minuciosamente el documento por quinta vez tanto Takumi Kaneco como Lee Ming...