Transcurrieron alrededor de cinco minutos para tranquilizar a Kimi, Otto y a Nampyeon. Para proceder con la lectura del testamento.
Cláusula 9: Luego de contraer nupcias los cónyuges y Akihiro vivirán en la casa que ya fue preparada por Lee y por mí en Corea. Vivirán bajo cumpliendo las mismas clausulas anteriormente expuestas invirtiendo los roles de Akihiro y Taeyang.
Cláusula 10: A partir del divorcio amistoso según la ley de Duson, con Taeyang. Alicia podrá decidir si desea retomar matrimonio con algunos de los dos. Si por el contrario Alicia decide mantener su posición de divorciada de ambos. Ella podrá rehacer su vida en cualquier lugar del mundo con o sin sus descendencias, como ella y solo ella decida.
Cláusula 11: Si Alicia ha cumplido con todas y cada una de las cláusulas heredará la mitad de cada una de las dos fortunas.
Luego un silencio por parte de los presentes el notario le entrega a Alicia una carta sella. La joven se aleja para leerla con algo de privacidad.
Querida y amada Alicia.
Sabes que te amo como si fueras de mi sangre, esto lo hacemos para garantizar tu solvencia económica por el resto de tu vida. De igual manera evitaremos que seas usada o manipulada por un mal hombre.
El importante que mi honor permanezca intacto aun después de mi muerte. ¿De qué vale una vida honorable si mis huesos secos no forman parte de una vida digna para la siguiente generación?
Prométeme que cumplirás con lo solicitado. Solo tú y tus futuros esposos serán los únicos capaces de mantener el honor de las familias.
Esperamos que logren la felicidad entre los tres.
Luego de releer reiteradamente la carta Alicia ingresa con pasos lentos y ligeramente tambaleantes intercambiando miradas entres los ojos de su Otto y su Nampyeon. Arrugó el papel llevándoselo al pecho, intentado que su voz sonara fuerte y decidida. Sin embargo, pronunció con trémula voz.
–No lo acepto dijo contundentemente Alicia, pueden quemar el testamento, prometo no volver a encontrarme nunca más ni con Otto ni con Nampyeon. Papi diles que no queremos nada y que esto es una locura– dejando que calientes y gruesas lágrimas rodaran por sus pálidas mejillas.
–Hija quemar el testamento no resuelve nada ya que está registrado. A demás recuerden ustedes tres, señaló a cada uno de los jóvenes, prometieron cumplir con el testamento en el lecho de muerte de Takumi, ahora no pueden rehusarse. Están en juego el honor de nuestras tres familias.
–Bien, yo acepto– dijo Akihiro tomando las manos de Alicia y buscando el apoyo de Taeyang.
–¡No!... gritó Alicia desesperada, te lo ruego no lo aceptes Otto. ¡No!–rompiendo en llanto se dejó caer de rodillas.
– Yo también acepto– confirmó Taeyang y abrazó a quien será en años su Anae
–¡No!... Por favor no me hagan esto– cayó desplomada otra vez al piso.
Luego de 10 minutos Alicia mirando con infinita tristeza le pregunta a Akihiro con voz entrecortada ¿Otto, porqué lo aceptas tan fácilmente?... Esto es una locura total... Podríamos impugnar el testamento dijo Alicia tratando de librarse de esa locura.
Cuando una voz fuerte, decidida y gruesa pronuncia; mi testamento reza exactamente lo mismo. Si se atreven a impugnar éste. Les aseguro que acabaré con mi vida y tendrán que cumplir mi testamento. Les advirtió Lee con voz de pocos amigos
Los dos jóvenes abrazan varonilmente a la temblorosa fémina. Permitiendo que una maraña de cuatro brazos intentaran con desesperación darle calor y apoyo para afrontar las consecuencias de la decisión que acaban de tomar. Solo resta esperar por la aceptación de Alicia.
Los tres se quedaron abrazados y arrodillados por un largo rato, esperaron que Alicia internalizara un poco la situación. Al cabo de un tiempo Otto acariciaba y besaba la cabeza de Alicia. Por fin ella tiene fuerzas para verle a los ojos.
–¿Porqué aceptas esta locura?, ¿te das cuenta que en menos de siete años estaré divorciada por segunda vez? ¿Quién va a quererme después de esto?... Tendré que envejecer sola... ¿qué mal he hecho? – reprochó llorando desconsoladamente.
–¡Oh! mi Kimi cuanto lo siento– se excusó mientras la necia suave entres sus firmes brazos.
–No debes sentirlo mucho que ya tú aceptaste– lo miró con resentimientos los ojos de Otto.
–¡Oh mi kimi!, prometí en el lecho de muerte de mi padre cumplir con el testamento, yo no podría permitir que el alma de mi amado padre permanezca en el limbo por no honrar una deuda de honor– las lágrimas de su Otto rodaban por su rostro y mojaban la cabeza de la joven.
Allí lloraron juntos los tres por más de media hora. Era un espectáculo tan lamentable y desgarrador que inclusive el abogado que leyó el testamento no soportó y se tuvo que retirarse al jardín.
–Y tu Nampyeon cómo pudiste aceptar teniendo a tu novia aquí presente ¿es qué no la amas?– dijo Alicia con voz temblorosa.
–¡Oh! mi gentil Anae, la promesa hecha en el lecho de muerte de un familiar es algo que no se puede romper, ya que condenaríamos a dos almas a no poder descansar en paz, la mía y la de mi tío Takumi. Y por otra parte Yong no es la persona a la que amo realmente– expresó con resignación dejando revelar una gran pero oculta verdad.
Allí permanecieron abrazados hasta que de tanto llorar quedaron dormidos del cansancio.
Pasaron dos días y Alicia no hablaba, no comía, ni dormía, solo se limitaba a llorar, decidieron que lo mejor era regresar a Venezuela para que en las próximas semanas Alicia pudiera asimilar la situación.
Ya en el aeropuerto Otto abrazó su Kimi dándole mil besos castos en su inexpresivo rostro, Nampyeon tomó y beso las manos de su Anae, pero ella no tuvo ninguna reacción. Era como una especie de persona sin vida ni alma. Minutos después la vieron alejarse caminando por inercia al lado de su padre.
–Qué imagen tan dolorosa es ver a Kimi así, no se parece a la chica alegre que llegó aquí hace una semanas– bajó la mirada Otto.
–Tienes razón, esto es más doloroso para Anae ya que ella definitivamente se llevó la peor parte, solo espero que nadie la juzgue– Reconoció Nampyeon mientras apretaba firme el hombro de su amigo.
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DOBLEMENTE CASADA
Storie d'amoreDos generaciones, un matrimonio obligado que involucra una mujer y dos hombres de distintas nacionalidades para saldar una deuda de honor. Luego de leer, revisar y estudiar minuciosamente el documento por quinta vez tanto Takumi Kaneco como Lee Ming...