DOBLEMENTE CASADA

Capítulo 31. Un divorcio y hora ¿Qué?

Este capítulo contiene descripción detallada de índole sexual. Se recomienda discreción ya que debe ser leído por personas adultas

Dedicado a todos los lectores que me acompañaron en esta travesía. Mil gracias.

Ésta trama me inspiró a creer la Trilogía Amor por duplicado. A continuación les presento una pequeña antesala del tomo II. Amor dulce y amargo.

La experiencia de Daniel al vivir un amor por duplicado hará que su mundo se convierta en un abismo bajo sus pies. Él tendrá que elegir entre vivir un amor dulce o perderse en las garras de un amor amargo.

¿Cuánto podrá soportar Daniel al saber que su Danna ama desesperadamente a otro hombre?

Tu mi querido y apreciado lector lo podrás descubrir al sumergirte en las líneas de Amor dulce y amargo... MUY PRONTO.

Estoy experimentando la amarga experiencia que vivió Otto hace años atrás, cuando se separó legalmente de su Kimi. Sin embargo, en esta ocasión el divorcio es extremadamente doloroso para los tres.

Un silencio sepulcral nos abraza incontrolablemente; pues sabemos que estábamos firmando el final muestra familia. La familia que hemos construido con tanto amor y esfuerzo.

Comprendemos que no viviremos en nuestro hogar, que toda nuestra vida juntos está a punto de desaparecer delante de nuestros ojos y lo peor de todo que este final está pautado en el testamento, aquel que nos hizo feliz por más de una década y que ahora arremete contra nosotros.

Estábamos cansados de llorar tenemos más un mes tratando de buscar una solución legal para invalidar el testamento, pero no podemos hacer nada, sólo firmar el divorcio.

Inclusive a escondidas de Anae. Otto y yo nos hemos reunido en varias ocasiones tratando de ver quien debería volver a casarse con Anae ya que no queremos ni podemos permitir que ella y nuestras hijas se levantaran sin una figura paterna. Pero como no es de extrañarse ambos estamos dispuestos a dar nuestra vida por ser el esposo de nuestra amada. Sopesamos todas las alternativas pero lamentablemente la única que puede decidir era mi Anae, su Kimi.

Nos sentíamos como marionetas que fueron forzadas a vivir según los caprichos de un testamento.

El día más tenido por los tres llegó, estábamos saliendo del juzgado familiar con los papeles del divorcio en las manos, ninguno pronunció palabra alguna, sentimos que estábamos cayendo a un abismo. Tomé la mano de quien fue mi Anae y Otto tomó la mano de quien fue su Kimi, tratando de aferrarnos a algo para cerciorarnos los que últimos diez años vividos como familia si tienen sentido.

Esta vez no hubo cena de celebración, nos dirigimos a nuestro hogar en total silencio, al llegar nos sentamos en la que fue nuestra cama por los últimos seis años y nos echamos a llorar abrazados hasta que los rayos del sol nos dieron en nuestras caras aún mojadas por nuestras lágrimas. Mi Kimi no ha pronunciada palabra alguna desde que llegamos al cuarto se limitaba a llorar, gritar y estremecerse en nuestros brazos.

Este amanecer fue distinto y ligeramente amargo estamos los dos abrazados con Kimi en el medio. Cuando Nampyeon o yo intenta levantarse ella rápidamente lo evita aferrándose al abrazo, así pasó casi toda la mañana, sin poder evitarlo yo no paro de besar la cabeza de mi amada Kimi y él deposita infinitos besos en las manos de su adorada Anae, como respuesta, ella, sólo llora en silencio.

Sin darnos cuenta producto del cansancio y el stress, él y yo, nos quedamos dormidos, al despertar nos fijamos horrorizados que ella no está con nosotros. Brincamos de la cama y la buscamos por toda la casa; pero ella no está, allí tomamos conciencia que mi Kimi ha tomado la decisión de abandonarnos.