CAPITULO 13

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... CAPITULO 13...


Los días pasaron y Chris dejo descansar a Dulce, era mejor que las cosas se calmaran entre ellos, Dulce estaba todo el día en cama y Chris solo la visitaba cuando ella dormía, era mejor no alterarla.

Solo la estaba dando una tregua, cuando Dulce se recuperara tenía que hablar seriamente con ella y la dejaría marchar por muy doloroso que fuera, quien lo diría, había odiado a aquella condenada mujer sin saber que cuanto más la odiaba más la quería y ahora por estúpido la tenía que dejar marchar...

Una de sus opciones era esa, dejarla marchar, pero también podía decirla lo que sentía, el recordar aquel momento tan íntimo en el sofá le hizo tener esperanzas, Dulce no era de esas, si se dejó hacer fue porque los dos sentían lo mismo.
Christopher bajo a desayunar y se encontró con Pedro que subía el desayuno a Dulce.

-Déjeme a mi Pedro.

-¿Seguro señor?

Christopher le arrebato la bandeja.

-Sí, puede seguir con su trabajo, yo me encargare de Dulce.

Christopher llego a la puerta de la habitación de Dulce, nervioso llamo y no espero a que ella respondiera, abrió lentamente y se encontró con una Dulce durmiente, los primeros rayos de sol iluminaban su cuerpo y hacían que los mechones que caían por su cara brillaran como el fuego.

Chris dejo la bandeja en la mesilla, se quedó admirando la belleza de Dulce, ella abrió lentamente los ojos y se asustó al encontrarse con la mirada fija de Chris.

-¿Qué haces aquí?

-¿Cómo estás?

-Te hice una pregunta.

-Es mi casa, ¿Cómo estás?

-¿Tu qué crees?

-Dulce vine en buena onda, quiero saber si ya estas mejor.

-¿Ya tengo que ponerme a trabajar?

El ironizo de Dulce enfureció a Chris, que la miro de mala gana y Salió de la habitación no sin antes decirla donde tenía su desayuno.

Un tiempo después Christopher volvió a la habitación, Dulce que ya había tomado su desayuno se hizo la dormida. Con los ojos cerrados esperaba ansiosa el momento en que escuchara la puerta cerrarse pero eso no ocurrió. Abrió un ojo y se encontró con la mirada de Chris.

-Sabía que te estabas haciendo la dormida.

Dulce no contexto, se tapó con la manta y se giró dándole la espalda a Christopher.

Dulce no me iré de aquí hasta que no me escuches.

Las horas pasaban y Dulce seguía en la cama ignorando a Chris mientras él estaba en un sofá, sabía que la espera iba a ser muy larga.

Dulce despertó, ya había anochecido, se giró y se encontró con la bella escena de Chris dormido en aquel diminuto sofá, el cuerpo de Chris era grande y musculoso y apenas cabía en el sofá, Dulce intento reprimir una sonrisa pero no lo consiguió, al encontrarse mejor se levantó y le tendió una manta, se quedó un momento cerca de él, admirando su cuerpo, cuando iba a volver a la cama algo se lo impidió.

Prisionera por obligaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora