CAPITULO 1

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Dulce acababa de salir de trabajar, la noche era lluviosa y solo se veía iluminada por los relámpagos... Dulce luchaba contra el viento, su paraguas en una de esas ráfagas salió volando y acabo en medio de la carretera, mojado y roto.

-beep paraguas, ¡beep día! ¿Qué más me va a pasar ahora?

Dulce gritaba mirando al negro cielo mientras miles de gotas caían por su cuerpo.

Siguió caminando hacia su casa, al cruzar una calle todo paso muy rápido...

Un coche llego a toda velocidad paro delante de ella, y de ahí salió un tipo todo vestido de negro, Dulce se olio el peligro e intento salir corriendo pero antes de poder hacerlo el tipo ya la tenía agarrada y la había metido en el coche, allí había otros dos tipos que la amarraron y la taparon los ojos y boca.

El tiempo se paró, Dulce no sabía cuánto tiempo llevaba metida en aquel coche, ¿Media hora? ¿Una hora? El coche paro repentinamente y los hombres la obligaron a salir.

La obligaron a entrar en una casa, lo sabía porque ya no se mojaba, después la llevaron hasta lo que su sexto sentido la hacía pensar que era una sala, allí la quitaron la venda de los ojos, los hombres se marcharon.

En cuanto cerraron la puerta la silla giratoria que se separaba de Dulce gracias a un escritorio, giro y se encontró con aquel hombre, después de un año como no recordarle...

-¿Que hago aquí?

-Que recibimiento Doctora Espinosa.

-¿Que se espera después de secuestrarme Señor Uckermann?

-Si usted hubiese hecho algo por mí hace exactamente un año, esto no hubiera pasado.

-Ya le dije que en sus pruebas todo salió normal.

Christopher se levantó de la silla y se fue acercando lentamente a ella, los nervios de Dulce se pusieron a flor de piel, el bello de los brazos se le erizó y tembló.

-¿Tiene miedo de mí, Dulce?

-¿Cómo sabe mi nombre?

-Llevo un año adivinando todo de ti, Dulce.

Dulce volvió a temblar al sentir el contacto de la mano caliente de Chris por su mejilla fría y húmeda. Sus ojos se encontraron y por un momento Dulce se olvidó de que aquel tipo era un hombre frio y horrible, que se creía que con tener dinero podría tener el mundo a sus pies.

-... irse a cambiar.

-¿Que?

Chris la miro entre malhumorado y divertido, ¿Estaba a punto de echarse a reír? Dulce nunca le había visto reírse, ni creía que el pudiese hacerlo.

-Que ya puede irse a cambiar a su habitación, esta todo mojada.

-¿Habitación? ¿De qué habla?

Chris soltó una carcajada y la miro otra vez con esos ojos fríos, de hielo.

-Apartar de ahora vivirá en esta casa.

-¿Por qué?

Fue lo único que pudo decir.

-La pagare por cuidarme.

-Yo no quiero su dinero, quiero mi vida.

-Nunca volverás a salir de aquí tu destino es cuidar de mí.

-Te crees que todo lo puedes comprar

-Si no es a base de dinero será a la fuerza...

Christopher salió de la habitación dando un portazo, enseguida entro su mayordomo y se acercó a Dulce, que todavía estaba paralizada en medio de la sala.

-Señora acompáñeme, por favor.

Dulce le miro pero no dijo nada, estaba en shock, el hombre la tomo del brazo con delicadeza.

-Esta mojada señora va a coger una pulmonía.

Pedro la guio hasta una habitación, allí la dejo sola. Dulce miro la hermosa cama donde había una maleta, la abrió y encontró su ropa, ¿Que hacia todo allí?

Furiosa salió de la habitación y aun sin conocerse la casa, busco a Christopher por todas las habitación, le encontró en lo que parecía ser su dormitorio, allí estaba en la cama y temblando sin cesar, Dulce entro llamándolo a gritos furiosa, pero al ver su estado, temblando y con los ojos en blanco corrió hacia él.

-¿Christopher?

Ella le llamaba pero él no contestaba y seguía con convulsiones. Dulce le toco la frente y estaba ardiendo, corrió hacia lo que era un baño y humedeció toallas en agua fría, se lo coloco en la frente y sujetándole el pecho parecía que poco a poco los temblores desaparecían.

Christopher dejo de temblar, sus ojos se cerraron y su respiración se normalizo, estaba sudando, Dulce le quito las toallas y le toco, la fiebre había bajado, su mano paso de estar en su frente a bajar por su mejilla, no se había fijado pero él era hermoso, tenía el pelo castaño y rizado, los ojos color café en los que Dulce podía perderse sin darse cuenta de que el tiempo pasaba, sus mejillas estaban encendidas por la fiebre, su nariz era perfecta y su boca... era perfecta para ser besada.

"¿En qué piensas beep?" Dulce se estaba volviendo loca, ¿cómo podía ver atractivo a su secuestrador?

Chris se movió ante el contacto de la mano de Dul en su mejilla y fue abriendo los ojos lentamente.

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:)

Prisionera por obligaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora