|Capítulo 7|

307 53 9
                                    

Te construyeron una jaula de diamantes y oro
un hermoso lugar para ti, para que envejezcas.
Ellos te trajeron la luna
y te sirvieron la mentira.
Y todo lo que querías
era libertad para volar.

|7|

Carteles y "es un placer conocerte".

Hanji.

Hanji Zoe es una persona diferente. Quizá no en demasiados sentidos, pero diferente al fin. Es algo sobre lo que se mantiene consciente y a lo que realmente no le toma importancia, ni siquiera cuando los demás a su alrededor balbucean o se ríen de ella. No puede decir que es alguien desinteresada, porque ese no es el caso, que no le importe la opinión que los demás tengan de ella, no significa que no le afecte, porque lo hace, a veces, aunque jamás en la vida les daría la satisfacción de saber sobre ello a todos esos perdedores, como Levi dice.

Hanji Zoe también es una persona curiosa y bastante observadora. Ella cree, y nunca antes se ha equivocado, que puede saber todo de una persona con solo mirarle a los ojos, y tras un rápido análisis a los pequeños gestos y manías. No es una persona prejuiciosa y no le gusta juzgar a las personas antes de conocerlas, pero es inevitable no sacar conclusiones sobre una persona incluso antes de conocerla, y aun así siempre espera por sorpresas.

"Porque las personas evolucionan y cambian" le dijo una vez su padre. Algo absolutamente cierto, porque ella, incluso si sigue siendo la niña vivaz y curiosa de siempre, ha experimentado pequeños cambios a lo largo de los años. Cosas que antes le apasionaban ya no lo hacen tanto, y cosas que nunca pensó le emocionarían, ahora son algo con lo que no puede vivir.

Ella es también alguien bastante sentimental y apegada, y tal vez un poco crédula, según Levi, siempre esperando lo mejor de todos aun cuando sabes que no son más que unos malditos cerdos. Ella simplemente sonríe, con pesar, porque tal vez es cierto, pero ese el tipo de persona que ella es. Es juiciosa sí, y no dudaría en defender del mismo infierno a quienes ama, pero ella cree que todos, en mayor o menor medida, tienen algo de bondad en sus corazones.

Y si soy amable con ellos es porque así lo deseo, Levi, no porque espere algo a cambio. Ni siquiera espero esa amabilidad de vuelta. Me gusta ayudar a otros, eso es todo. Su madre había dicho una vez hace ya bastante tiempo, que incluso si es amable con los demás, Hanji es principalmente impulsada a sociabilizar con los menos queridos porque son personas que despiertan su curiosidad, como si fuesen su proyecto personal de causa de caridad. A Hanji no le gustó aquello, pero no pudo negarlo del todo, porque en parte es cierto. Las personas solitarias, las personas bruscas, los introvertidos, los extrovertidos, los rudos, todos ellos, tienen una razón de ser, y a ella le genera ruido conocer esas razones y saber si tal vez, de algún modo, ella podría ser capaz de ayudar.

Aunque no todas las personas suelen tomar de buen modo su curiosidad.

Y no los culpa.

Nadie estaría feliz de saber que una chica cualquiera quiere estar cerca de ti con el único propósito de saber por qué eres como eres, por qué te rechazan como te rechazan.

Y no obstante sus intenciones nunca han sido malas. Al final aquellos menos interesados o más absolutamente desinteresados, han terminado siendo sus amigos más cercanos, como Levi.

Levi llegó a este pueblo siendo un niño de diez años, apático, solitario, brusco, nadie en la escuela se atrevía a cruzar palabra con él e, incluso a una edad temprana, hubo sobre su persona toda clase de rumores desagradables. "Escuché que no tiene mamá" "Su padre es un viejo alcohólico" "¿En serio? Mi mamá dijo que es un hombre que hace daño a otros" "Yo le vi a él golpeando a dos hombre adultos" "Que miedo, tal vez no deberíamos acercarnos a él"... Hanji, a distancia, había visto al joven Levi sentado en la biblioteca leyendo alguna clase de novela demasiado difícil para niños de su edad, él era capaz de escuchar lo que se decía, era obvio, pero decidía ignorar todas esas palabras y parecía absolutamente complacido con ellas y con la disposición de todos los demás de alejarse de él. No fue difícil concluir que eso era lo que él buscaba. Soledad. Ningún amigo.

As the sun rises outside my doorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora