|Capítulo 8|

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En mis sueños
nada es realmente lo que parece.
Vivo mi vida dentro de mi jaula.
No puedo escapar.

En mis rodillas,
ríndete y deja que mi cuerpo sangre.
Hay algo en el aire que respiro.
¿Eres tú como yo?

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Hogar.                                                    

Levi.

Es a última hora del día cuando Levi vuelve a ver a Hanji y Eren de regreso a clases. Ella tan entusiasta y enérgica como siempre se mueve a grandes pasos hasta su lugar junto a Erd, y el pobre chico que tomó por esclavo para ayudarle en sus disparates, se mueve a pasos perezosos hasta el propio, Levi casi vuelve a sentirse mal por él, casi, porque justo antes de volver a clases él estuvo a un segundo de decirle que no debía quedarse demasiado tiempo cerca de Hanji o se arrepentiría, pero luego de concluir que él en realidad no tiene motivos para salvar al crío si este quiere morir agobiado por una demente como ella, decidió mejor mantenerse en silencio y alejarse antes de que ella le llevase junto a ellos.

Una decisión muy sabía si se lo preguntan. El niño no luce para nada mejor de lo que lucía está mañana.

Sentado a su lado él apenas parece poner atención a lo que su profesor dice, aunque desde otra perspectiva podrías decir que el chico solo está intentado no hacer ningún contacto visual con Levi, como siempre.

No es que a Levi le importe, para él resulta mejor si el chico ha decidido seguir jugando a que no existen, el podrá ahorrarse sus mortificaciones y el sentimiento culpable que le invade cada vez que piensa en su cara llena de pena si es así. Él decide entonces no pensar más en ello y continuar con su vida, sin pensar en el extraño chico que tiene como compañero de mesa. O al menos eso es lo que cree hasta que el profesor habla en voz alta sobre un proyecto que al parecer trabajaran en equipos.

Todos a su alrededor parecen no muy contentos con la idea, pero emocionados con la perspectiva de pasar el tiempo que invertirán en el proyecto con sus amigos cercanos; guiñándose un ojo y señalándose unos a otros, predisponiendo de sus compañeros de equipo antes de que el profesor termine de hablar.

Levi, mentalmente, comienza a barajear la posibilidad de pedirle al profesor que le deje trabajar solo, pues resulta mucho mejor trabajar de esa manera, al menos para él.

Pero sus ideas no llegan muy lejos cuando es el mismo profesor quien les dice que el trabajo será en binas, y que las binas están decididas de acuerdo al compañero con quien comparten mesa. Algunos, como Petra y Auruo lucen más que satisfechos y contentos con el resultado, otros más, como él y Eren tienen un rostro de circunstancias.

—No acepto cambios o reclamaciones, si tienen alguna queja o no están dispuestos a trabajar con quien les he asignado pueden pasar conmigo después de clases y yo mismo me encargaré de ponerles una nota reprobatoria.

De todos los momentos en los que el maldito profesor pudo ponerse estricto, elige precisamente este. A Levi no le causa mucha gracia.

El profesor sigue hablando; es un proyecto sencillo, pero importante, tendrán que entregarlo un mes antes del final del ciclo escolar, y tendrán que tratar algún tema relevante y de gran impacto para los estudiantes. Después de aquello y a pesar de que el profesor sigue hablando sobre temas menos importantes, Levi deja de prestar atención porque de pronto ha recordado que no queda té en la alacena. Tiene que ir a comprar más tarde, antes de volver a casa, y antes de que tenga que irse a trabajar por supuesto. Hace una lista de algunas otras cosas que debería comprar, como alimentos para el resto de la semana –aunque no sea especialmente bueno cocinando aún tiene que sobrevivir y nutrirse. Para cuando Levi ha terminado de enlistar sus deberes del día, las clases ya han terminado y la mayoría de sus compañeros ya han salido del salón, incluyendo a Eren.

As the sun rises outside my doorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora