Capitulo 20.

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Harry me espera en la terraza con sus gafas de sol puestas y su vista fija en la pantalla del móvil

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Harry me espera en la terraza con sus gafas de sol puestas y su vista fija en la pantalla del móvil. Parece no tener interés por nada, estar demasiado distraído y estar pensando en demasiadas cosas como para darse cuenta de algo que le pudiera pasar.

Me siento justo delante de él y me lo quedo mirando, no quiero molestarle, pero me gustaría saber si realmente me va a hacer caso hoy. Él enseguida levanta la vista y al verme muestra una gran sonrisa.

-Llevo un rato notando flashes a mi espalda, así que saldrán fotos nuestras. ¿Te importa o prefieres entrar dentro?

-Creo que dentro mejor, no quiero que todo el mundo me pare por la calle-sonrío.

Los dos nos podemos en pie y vamos a la mesa más alejada del interior del bar. Él parece mucho mas sonriente que antes y yo, por mi parte, me siento muy curiosa. Me gustaría saber qué está pasando ahora mismo por su mente.

-¿Sabes? Me sorprendes, Neiva Fitzgerald. Niall me dijo que querías ser escuchada, que querías que todo el mundo supiera lo que piensas, que estabas harta de acatar todo lo que pasa a tu alrededor. Y, de repente, tienes la oportunidad de que te fotografíen con Harry Styles y decides esconderte.

-No quiero que me escuchen por ser amiga o por conocer a un chico "exclusivo", famoso, como quieras llamarlo. Además, me gusta ir con Niall o ahora contigo y no tener que estar pendiente de un montón de gente que solo querrá fotos, autógrafos o hacernos preguntas. En una semana y media me voy, ¿sabes? Lo último que quiero es dejar aquí mil cosas pendientes.

Él asiente. Se le ve concentrado. Como si quisiera analizar cada una de mis palabras.

-¿Por qué me odia tu novia?-aprovecho para preguntar-Ya se presentó burlándose de mí.

-Ella es así, no le des más vueltas. Y no te odia, solo que prefiere no querer a nadie, porque así jamás podrá perderlo.

-Pero, a ti te quiere-continúo-Además, por cómo te mira y por lo que me cuentan que hace por ti, yo creo que si le dejaras, ella acabaría completamente rota.

-Me ama, eso dice ella, yo sí la amo. Y ella también quiere mucho a Niall, Liam y Louis. Con Connor hay un gran amor odio. Pero, la cuestión aquí es que hace 5 años que nos conocemos y ahora tiene la confianza que la gente habría alcanzado con unos meses, tal vez un año. Va con muchísimo cuidado y, sinceramente, si te vas en menos de dos semanas y no volveremos a verte, me alegra que no hayas hablado y que te concentraras tanto en esos malos comentarios que, créeme, ella no siente.

Ahora soy yo la que asiente, incapaz de continuar con esta conversación.

-Y, dime, ¿qué va diciendo Niall de mí? Solo me conoce de 4 días y ya parece haber divagado sobre mí de manera internacional.

Consigo que Harry comience a reírse sin parar. El momento indicado para llamar al camarero y pedirle dos cafés y un bollo con el que acompañarlo. 

-Verás-dice cuando consigue parar un poco-Solo empezó a hablarme de ti ayer, pero me dijo que, sin conocerte, ya le pareciste muy simpática y que después, con tus historias y el tiempo que habéis pasado juntos, se ha dado cuenta de que eres mucho más valiente, graciosa y dulce de lo que hubiera podido imaginar. No sé, supongo que me hablo de ti como si fueras...

-¿La chica perfecta?-me encojo de hombros-Pues creo que se equivoca demasiado, la verdad, me veo más como me describe tu novia que como me estás describiendo tú ahora.

-Yo creo que eres demasiado insegura y que confías muy poco en ti mismas. 

-Demasiado tiempo envuelta de las mismas personas, supongo. Ahora me cuesta mucho ir con gente que no conozco desde pequeña.

-No con Niall y Connor.

-No con ellos dos-asiento.

Al final, Harry y yo acabamos hablando durante horas. De sus cosas y de las mías. Nos reímos muchísimo, muchos más minutos de los que pasamos hablando. Cuando queremos darnos cuenta, casi se nos juntan el desayuno y la comida. Horas que han pasado sin que ninguno de los dos llegue a darse cuenta.

Cuando nos despedimos, Harry me pide que, si un día vuelvo a la capital o si voy a Londres o LA, le avise para volver a quedar. Yo no me atrevo a decirle que eso jamás va a ocurrir y que, de hecho, el motivo de mi estancia aquí es mi regalo por vivir recluida los años que me queden en un pueblo en el que mi único consuelo es mi madre.

Nos damos dos besos. Después me despido de él y simplemente observo como se aleja en su coche. Dándome cuenta de que ya es la segunda persona de la que me despido y de que, incluso con los que menos conozco, ya me duele en el alma tener que hacerlo.

Cuando vuelvo a casa, me encuentro a Connor en la puerta y él, muy contento, me pregunta qué tal me ha ido con Harry. Entro en casa contándoselo y entonces es Niall quien casi se lanza encima mío para poder escuchar. Acabo de contar la historia y entonces me doy cuenta de una cosa, y es que los dos chicos, sin titubear lo más mínimo, se encuentran en la misma posición. Mirándome fijamente como si lo que yo cuento fuese lo más fascinante del mundo. Me siento extraña al notarlo, mi opinión nunca se había tenido tan en cuenta, mucho menos alguna de mis historias.

Sonrío ante esa imagen, ellos devuelven la sonrisa y, cuando queremos darnos cuenta, ya nos estamos abrazando. Abrazándonos los tres como si no fuera a haber un mañana. Porque aunque suene ridículo, establecer una relación que sabes que tiene una duración tan corta, hace que lo sientas mucho más intenso, que lo vivas todo mucho más al límite.


Convirtámonos en leyenda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora