No me dormí tapada, de eso estoy segura. No dejé el ordenador en la mesa, eso lo sé. No apagué la luz, no me dio tiempo. Porque lo último que hice antes de quedarme dormida fue apagar el ordenador y eso ya lo hice sin fuerzas. Y lo dejé en el suelo mientras mi cuerpo caía, hasta dejarme tumbada en el suelo, sin notar ninguna incomodidad.
Es por ello que me levanto de un salto. Por eso miro a todas partes buscando al culpable. Un culpable que no aparece, al menos no en un primer momento.
Voy haciendo 'eses' hasta el baño. Solo necesito limpiarme la cara, mirarme un segundo en el espejo y prepararme para afrontar un nuevo día.
Ni siquiera llevo la misma ropa con la que me dormí. Porque donde antes había un jersey y unos pantalones, ahora simplemente hay una camisa grande y holgada de la que no conozco procedencia.
Quiero llorar, pero ni para eso tengo tiempo. Porque si voy vestida diferente, eso quiero decir que alguien me ha cambiado y, ahora mismo, en lo único en lo que pienso es saber qué ha pasado.
Lo primero que hago es vestirme, como todas las mañanas. Me pongo unos pantalones y unos tacones, pero me dejo la camisa, simplemente me remango. Improviso una coleta mal hecha y me sonrío una vez más delante del espejo. Último chute de energía.
Voy a la cocina. Es el ritual de cada mañana, descubrir si alguien está despierto basándonos en si está o no desayunando, como si no fuera posible que lo hubiera hecho horas antes.
Y lo más divertido es que siempre funciona. Porque una vez entro en la cocina, es a Niall a quien me encuentro. Comiéndose unos cruasanes y dejando reposar una taza de café de la que todavía sale humo.
Me sonríe nada más verme y solo eso ya consigue que se ensanche mi corazón. Porque solo pensar que habían dejado de hablarme, a mí ya me destrozaba el alma, pero si él no va a hacerlo, si él, al menos, me sonríe; no puedo más que sentirme la mujer más especial del mundo.
Con la mano me pide que me acerque y yo lo hago sin dudarlo. Ensanchando cada vez más mi sonrisa, sin poder evitarlo.
-No te has quitado mi camisa-susurra-Quiero que te la lleves a Adare, que te acuerdes de mí.
-Creí que no volverías a hablarme. Pensé en irme, en no pasar esta semana con vosotros.
-Y como no lo hiciste, ¿decidiste convertir esta casa en tu pueblo?
-Lo he jodido todo, Niall, ¿no lo ves? Luché tanto por no hacerle daño a Connor, que ya no puede ni verme y dudé tanto sobre lo que sentía por ti, que tuviste que declararte tú primero. ¿Y todo para qué?-la sonrisa no desaparece, pero, esta vez, le acompañan las lágrimas-Estos días han sido los peores de mi vida.
-Lo siento mucho. Lo siento demasiado. Esto no es culpa tuya. Si yo no hubiera tenido un ataque de celos delante de tu novio, nada se habría desvelado, todo seguiría igual.
-Y yo seguiría acostándome con un hombre deseando estar con otro, ¡pues qué bien!.
Los ojos de Niall se llenan de lágrimas en un solo segundo. Aun sentado, me coge de la cintura y me abraza fuerte. Con la cabeza apoyada en mi vientre, llora sin consuelo y, por primera vez, sé lo que está sintiendo. Porque yo siento lo mismo. Ya no es culpa; sino que es miedo. Miedo y rabia. Miedo, rabia y esperanzas frustradas. Porque de nada sirve esto viendo el destino que nos aguarda.
Niall se separa y yo, que no sé cómo actuar, cojo uno de los cruasanes, me siento enfrente suyo y le miro fijamente.
-En mi pueblo, sería impensable que un hombre mostrara debilidad delante de una mujer o de otro hombre. Y en cambio a mí... Ahora mismo, a mí me está parecido la demostración más noble de sentimientos. Esto dice mucho más que cualquier cosa que yo haya visto decir o hacer a los hombres de Adare.
Se ríe. Diciéndole una gran verdad y expresando cómo recibo sus lagrimas.
-En Adare son todos idiotas-suelta con arrogancia.
-Llevo viviendo ahí 23 años, créeme, nadie podrá negarte eso.
Los dos sonreímos.
-Digamos que nadie tiene la culpa, ¿vale? Simplemente ha sido como tenía que ser y la situación la ha cagado, como siempre hace. En 5 días te vas, ya llevas aquí 9 y hemos desperdiciado 3.
-¿Y qué quieres hacer ahora? No empezaremos una relación si va a durar tan poco y menos viviendo bajo el mismo techo que Connor.
-No vamos a ser novios, Neiva, te casas en 1 semana con otro hombre, no sería normal.
-Entonces, ¿cuáles son tus planes?
-Comportarnos como lo hicimos la semana pasada. Porque yo jamás me había sentido tan vivo.
-Ni siquiera cuando te convertiste en el futuro Justin Bieber-insinúo.
-Empiezo a odiar eso de haberte enseñado a usar internet-ríe.
Yo me encojo de hombros.
-¿Qué voy a hacer con Connor?
-Habla con él. Aclara las cosas. Solo él puede decirte lo que tienes que hacer con él.
Los dos miramos la tele sin verla. Nuestras manos vuelven a estar entrelazadas y ambas se apoyan sobre mi pecho. Cada uno piensa en sus cosas, los dos tenemos cosas que aclarar con nosotros mismos antes de poder hablar con los demás. No nos miramos, pero los dos nos sentimos cerca.
No sé en qué piensa, mucho me cuesta saber lo que pienso yo. Supongo que me resulta extraño seguir sintiendo esas mariposas que empecé a sentir los primeros días. No entiendo qué es eso de sentirme bien y mal al mismo tiempo. Bendecida y maldecida por el mismo sentimiento, por la misma persona.
Cuando oímos la puerta abrirse, nuestras manos se separan, nuestros cuerpos se alejan y cada uno pasa a estar a un lado del sofá. Miramos la película y empezamos a prestar atención para ver de qué va lo que estamos viendo.
Cuando Connor entra en el salón, se nos queda mirando fijamente, como si analizara, en cierta manera, en qué punto se encuentra una relación que él ve como una traición.
-Hola, chicos. ¿Habéis hecho algo para comer?
-Hemos pedido comida china-responde Niall enseguida-¿Qué tal el trabajo?
-Normal, como siempre, ya sabes-se encoje de hombros-Neiva, ¿puedes acompañarme a la habitación un momento?
Le miro sorprendida y asiento. Me levanto de un salto.
-¡Claro!
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Convirtámonos en leyenda.
FanfictionDicen que las leyendas irlandesas guardan más secretos de los que parecen revelar. Hay magia, amor y esperanza en cada relato y una gran lección en cada palabra. Yo misma me críe escuchando cada historia y aprendiendo de cada punto que estas guardan...