CAPÍTULO 10

3 0 0
                                    

2017

- ¿Porqué gran parte de las mujeres os ponéis maquillaje, si sin él estáis preciosas? - Jordi me acariciaba las mejillas justo después de haberle despertado. Pensaba que tendría mal humor, pero no fue así. Era la primera vez que dormíamos juntos en 7 meses, que cumplimos hacía poco.

-Porque tal vez no todos tenemos la misma percepción de belleza.

-Pues no te maquilles, muéstrale a todo el mundo tu belleza propia, la que tienes cuando te levantas y con la te acuestas en la cama cada noche.

-No es tan sencillo, ¿y si sólo quiero mostrártelo a ti?

-Sé ilimitable, no pongas puntos hasta dónde pueda llegar tu belleza a ser percibida y no sobrepasarlos.

-Tu tienes belleza en tus palabras a parte de tu aspecto físico.

-Te quiero Carlota.

-Yo también Jordi. - Aunque tu expareja dijera que le ponías los cuernos, yo te creo. Confío en ti, sé que me quieres muchísimo más que quién sea la persona que tanto habla contigo, tanto mensaje como llamada.

Me da un beso corto y lo detengo cuando intenta levantarse.

-Disfruta del calor de las sábanas diez minutos más. Ahora vengo con algo especial. - Sonríe extrañado, pero pone una cara pícara cuando me pongo el dedo índice delante los labios, mandándole que no pregunte.

-Vale - dice susurrando. Se tapa con toda la sábana y coge su actual lectura de encima la mesita.

Me pongo una bata de color naranja degradada hasta blanco. Es invierno y se nota el frío incluso con la calefacción. Llego hasta la cocina, donde abro el armario y cojo dos platos pequeños y dos vasos largos y estrechos. Después deslizo uno de los cajones y saco una bandeja con el estampado de los grandes edificios de Nueva York. Muy tópico, pero una amiga de Jordi fue y se lo trajo de regalo. "Uno de esos souvenirs que tanto te gusta coleccionar" dijo Andrea, cuando se lo dio. "Puede que sea bonita, pero tampoco me gusta tanto como lo ha dicho. Ni que tuviera un vicio con este tipo de bandejas.", esas palabras de Jordi siempre vienen a mí cuando veo esta bandeja. Voy hasta la nevera, busco la leche, el sirope de chocolate, un plátano y la mantequilla. De otro cajón, saco un cuchillo de untar, dos cucharas y otro cuchillo de sierra. Caliento la leche que ya está un poco en cada vaso durante treinta segundos. Mientras, quito la piel al plátano y lo troceo con el cuchillo de sierra. ¿A qué se debe tanta preparación del desayuno? Hoy, hacemos siete meses. Quería hacer algo especial por él. Cojo los vasos del microondas, le añado un poco de café y lo dejo todo encima la bandeja. Cuando me dispongo a ir a la habitación, recuerdo que me he dejado el azúcar y el sirope en el mármol. Vuelvo, lo pongo encima también y, después de revisarlo bien, voy hacia Jordi.

-Has tardado tres minutos menos.

-¡Oh! Qué pena que te quite minutos de sábana. Tranquilo, te lo compenso con este súper delicioso desayuno.

- Carlota, no hacía falta, cariño.

- ¿Cómo íbamos a empezar bien nuestro "hepta-cumple-mes"?

- Con un polvo mañanero.

- Eres idiota, pero felicidades. - me siento en el borde del colchón, le beso y, como.

La huida soñadaWhere stories live. Discover now