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Betty se levantó abruptamente, había escuchado claramente cada silaba pronunciada por la arpía. A una velocidad sorprendente, corrió en dirección a la puerta-. Gracias por la cena -masculló ella, sin siquiera mirar a jughead.

El pelinegro se cernió al lado de la puerta, a unas pulgadas de donde ella estaba-. Puedo regresar más tarde -dijo con voz ronca.

- ¿Está loco?

Él exhaló profundamente y salió del departamento sin voltear hacia atrás.

Betty se quedó como estatua, sin moverse, recordando cada segundo que había pasado en la última hora. La cena. El delicioso y sensual postre que compartieron. Los labios de su jefe sobre los de ella. El beso. Finalmente, la besó. Fue celestial, divino, trascendental, erótico. En realidad indescriptible. Pero... él nunca podría pertenecerle. Pensándolo bien, ella quiso que él le hiciera el amor apasionada y salvajemente ¿Por qué soy tan tonta? ¿Cómo permití que esto pasara?

Jughead da un golpe en el tablero después de subir al automóvil. Betty era dulce y él siempre lo había sabido, su sabor era adictivo, delicioso y afrutado. El sólo pensar en tony le dejo un sabor amargo en su boca. No podía verla de nuevo. De hecho, después del breve beso que compartió con su asistente, ya no tenía ganas de ver a otra mujer. Haría lo que las normas de cortesía dictan, sería un caballero; la recogería del aeropuerto, cortésmente la dejaría en su apartamento y finalizaría su relación. Si es que alguna vez la hubo. Deseaba a la rubia y haría todo por tenerla. Claramente, ella se había indignado por la llamada que recibió, y la razón estaba de su parte. No había duda de que el estado de ánimo se había desvanecido cuando la distrajo el tono de su móvil. Jughead lo dejó pasar, sin embargo había sido en vano, betty ya había decidido botarlo de su hogar.

El lunes por la mañana, Betty se sentó frente a su escritorio, esperando la llegada de jughed a la oficina. No sabía cómo debía de reaccionar frente a él. ¿Debería saludarlo con una sonrisa en los labios y fingir que el asombroso, apasionado, erótico y alucinante beso que compartieron nunca pasó? ¿Cómo reaccionaría él?

Era claro que si su jefe había ido a recoger a tony, ella no significaba nada para él... "No tenía ganas de comer sólo."... Sólo había sido su petit-gâteau. En silencio recordó las palabras que él había pronunciado cuando su amante estaba fuera de la ciudad. Ella jamás sería suficientemente buena para Jughead Jones. Ahora que su despampanante, sexy y famosa amante estaba de regreso. No la necesitaría más. Él no se negó a recoger a la modelo del aeropuerto. Sin embargo, tuvo la audacia de sugerir... que cuando terminara de disfrutar sexo con tony, entonces él podía regresar a terminar lo que había empezado. Por todo lo sagrado, ¿cómo se atrevía a ser desagradablemente presuntuoso?

Betty no deseaba estar frente a su escritorio cuando llegará jughed, pero tampoco quería salir de la oficina. No soportaría que pensara que se estaba tomando libertades solo porque su relación de trabajo se había alterado un poco.

La rubia consideró dejar el café de su jefe en la oficina; no tardaba en presentarse en cualquier momento. ¿Qué tal si llegaba tarde? ¿Seguiría en la cama envuelto alrededor del curvilíneo cuerpo de su amante? Una fuerte punzada atravesó las profundidades de su vientre. No debería sentir celos de ninguna mujer en la vida de jughead. Su único oficio era manejar la oficina y ¡punto!

-Buenos días betty.

Ella se quedo quieta. Sus brazos estaban rígidos. Estaba frente a la copiadora. No tenía ganas de voltear pues no se sentía con la fortaleza para mirarlo a los ojos. Su voz había sonado aterciopelada, cálida. Betty sabía que él estaba de pie frente a su escritorio. Jughead quería que ella volteara, pero ella tontamente permaneció donde estaba, dándole la espalda y con la cabeza gacha.

𝕾𝖊𝖉𝖚𝖈𝖎𝖉𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖒𝖎 𝖏𝖊𝖋𝖊(𝖇𝖚𝖌𝖍𝖊𝖆𝖉)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora