-Se veía hermosa la noche anterior -él atrapó su mirada.- ¿Usted me vio?
Espere un segundo, ¡no voy a hablar con usted!
Jughead sonrió perezosamente. ¿Cómo no hacerlo? Eras la mujer más atractiva de todo el restaurante.
Su imponente proximidad al escritorio de la castaña era intimidante. Betty a penas y podía respirar. Inconscientemente, echó para atrás su silla en un movimiento casi imperceptible.
- ¿Disfruto de su noche? -espetó ella, incapaz de contener su necesidad de hablar con él.
-No realmente. Ella era un agente de la CIA. Me causó indigestión.
- ¿De la CIA?, ¿indigestión? -Betty estalló en carcajadas, su día se había iluminado. La cena de su jefe no había sido por motivos sociales. ¡Yuju! Él no durmió con ella. - Como lo siento -murmuró ella.
- ¿Cómo estuvo su cita? -preguntó jughead de mala gana.
No fue una cena de carácter íntimo. -Estuvo bien, gracias.
Los dos se miraron fijamente. Betty admiraba las definidas líneas faciales del rostro de su jefe, sus fuertes y anchos hombros. Cada parte de él era hermosa... pura perfección como un dios griego. Ella suspiró con aires soñadores.
Sin embargo, jughead se preguntaba qué tanto tiempo había permanecido Andrews en el apartamento de su asistente ¿Dormiría ella con él? ¿Se habría despertado en los brazos de archie? La bilis subió como veneno por su garganta.
-Llegó temprano -la rubia miró hacia donde él estaba de pie mientras llenaba el filtro de la cafetera.
-Usted igual -él no evitó devorarle las piernas con la mirada, los pantalones que traía puestos se ceñían como una segunda piel a las interminables piernas femeninas. No muy seguido, su asistente, usaba pantalones, pero no se veía nada mal con ellos. Aunque, prefería que vistiera faldas pues de esa manera podía admirar la perfección de sus cremosas piernas. Sus ondas rubias caían en cascada sobre sus menudos hombros.
Betty mantuvo la cabeza baja mientras le preparaba el café. -Me dormí después de que archie se fuera, por eso me desperté muy temprano -ella le ofrecía media sonrisa.
Así que, si andrews la dejo temprano en su apartamento... tal vez no fueron a la cama juntos.
-Gracias. -jughead aceptó la taza con café-. También me acosté temprano -dio un giro hacia su oficina-. Lo qué es inusual en mí -la joven lo escucho por encima de su hombro al verlo cerrar la puerta.
Betty tomó asiento frente a su escritorio. Bueno, la conversación que mantuvieron no había sido tan mala, considerando que el día anterior no cruzaban más de dos palabras. Como una colegiala, ella sonrió, sintiéndose mejor. Así que, jughead pasó la noche sólo. Su corazón bombeo frenéticamente sangre como un coche de carreras. Que interesante. Bienvenido al club, señor jones.
Su corazón dio un salto mortal al tratar de figurar a jughead, con su gran estatura, porte y elegancia que le caracterizaban, desparramado y envuelto en las sabanas de seda de su cama, ella tenía la certeza que eran de seda y también sabía que él dormía desnudo. Sus mejillas ardieron al evocar el recuerdo. Su jefe se lo había contando una mañana que venía de regreso de un viaje al extranjero por negocios. Su ama de llaves había tomado sus vacaciones y le pidió a betty que fuera a su suite a preparar una maleta por los tres días. Le mencionó, para futuras referencias, que no empacará ropa de dormir. Le confesó que no usaba nada para dormir. La rubia recordó la forma vergonzosa en que su rostro adquirió un fuerte rubor rojizo hasta las puntas de las orejas. Sin embargo, él se había burlado de ella. Entonces, ¿por qué tenía varios juegos de pijamas en su guardarropa? Todo sobrepasaba a la pobre joven.
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𝕾𝖊𝖉𝖚𝖈𝖎𝖉𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖒𝖎 𝖏𝖊𝖋𝖊(𝖇𝖚𝖌𝖍𝖊𝖆𝖉)
Fanfiction•Adaptación• Estado:terminada Lenguaje vulgar Protagonistas:-Betty cooper -Jughead jones