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- ¿Viste el periódico?, ¿Lo hiciste? -preguntó cheryl sin aliento, en el segundo en que entró Betty a la ejecutiva. Betty sonrió y saludó a sus demás colegas mientras se dirigía a su oficina.

Sin importar el hecho de que camila había ignorado a cheryl, ella prosiguió.

-Su nombre es Victoria y es brasileña, o eso dicen -murmuró. Bella siguió ignorándola al prender su PC-. ¿Crees que sus senos sean....?

- ¡cheryl! -siseó Betty con frustración. Evitó mirar la foto que su parlanchina amiga había bajado del internet.

- ¿Qué?

-Por favor... El señor jones va a llegar en cualquier momento, ¿Puedes olvidarte de esto?

A Betty le sorprendía que él no hubiera llegado ya a la oficina. Tal vez, aún estaba disfrutando de un desayuno exótico, en la cama, en compañía de esa brasileña. No cabía duda.

-Está bien -se enfurruñó Verónica, guardando su jugosa evidencia. La guardo dentro de unos de los bolsillos de su ajustado pantalón de vestir-. ¿Por qué te da terror jughead ?, es como sí lo consideraras un ogro. No importa, sí él es un ogro, es el ogro más sexy del jodido planeta...

- ¡Verónica!, creo que deberías regresar a tú oficina.

-Hoy estás de un humor de perros, Betty. Necesitas un poco de...

Betty se levantó amenazadoramente de su lugar, antes de que Verónica pudiera terminar su frase.

- ¡Ok! -se carcajeó ella, llevando sus manos a su pecho-. Me voy, ¿Podemos ir a comer pizza en la hora de la comida? -incitó antes de salir.

-Seguro -sonrió Betty aliviada-. Te veo en la planta baja a la una.

Betty escribió, archivó y respondió varias llamadas telefónicas. Cada cinco minutos veía en dirección al elevador privado, que no se abría. ¿Dónde diablos estás?, ¿Aún en la cama? Dónde más y seguro muy bien acompañado. Eran las nueve de la mañana. Jughead normalmente llegaba antes de las ocho. No era consuelo que, para ella, que su agenda estuviera vacía hasta las once. Calladamente, deseaba que hubiera algo para que así tuviera que hablarle y recordarle que ya era tarde. Se rindió con los memorándums que estaba escribiendo, echó para atrás su cabeza, estaba muy irritada, ¿Qué le sucedía?Se levantó y se sirvió una taza de café. A esta hora del día, jughed ya se hubiera tomado dos tazas.Mientras tanto con jughead.

- ¡jughead, me estás escuchando!

-Disculpa -Jughead miró confundido a su pequeña hermana.

- ¿Dónde está tú mente, querido hermano? Es inusual verte preocupado por algo -bromeó con una gran sonrisa en el rostro.

Jughead rodó los ojos, suspirando por lo bajo. Su mente estaba donde recientemente pensaba, en su sexy secretaria. Lo impensable le había sucedido la anterior noche. Estaba cenando con una de las modelos más sexys del medio, Victoria, y en lo único que pensaba era en que acabara pronto para irse a la cama, ¡Sólo! ¿Su secretaría lo había hechizado?Demonios, tenía que llevársela a la cama lo antes posible. Antes de que perdiera la cordura. Betty era un virus, e irónicamente, también era el antivirus. Tenía que saciarse de ella para curarse, o al menos eso pensaba. Ahora mismo, no podía tener una conversación con su hermanita; sin que ella apareciera como un fantasma, una sexy diablilla que se comería su corazón de sólo bocado.

- ¿Qué acabas de decir? -sin querer, jughead posó sus ojos en los de Camila, iguales a los de él, dos profundas esmeraldas.

Camila puso los ojos en blanco. Jughead nunca le había dado el avión, hasta ahora.

𝕾𝖊𝖉𝖚𝖈𝖎𝖉𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖒𝖎 𝖏𝖊𝖋𝖊(𝖇𝖚𝖌𝖍𝖊𝖆𝖉)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora