24. countdown

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Los últimos dos días se la había pasado en una habitación de hotel, apenas había comido algo o respondido llamadas de sus amigas y novia. Generalmente se la pasaba sobre su cama, con las piernas flexionadas y su rostro escondido entre estas, pensaba en muchas cosas a la vez y su mente no dejaba de reproducir momentos con Nayeon que hacían a su corazón latir afligido, tenía el amargo sabor de tristeza a cada segundo con tan sólo imaginarse todo lo que le tocaría decir o hacer.

Levantó su cabeza cuando su teléfono vibró y escuchó el tono que había puesto exclusivamente para su novia. Tomó entre sus manos el pequeño aparato y observó en silencio la pantalla, dudando en si debía contestar a o no.

Soltó un suspiro y pasó su mano desocupada por todo su rostro mientras tosía un poco para que su voz no sonara tan mal.

— ¡Myoui!

— Bebé

Nada de eso, estos dos días te la pasas escondiendo, no te pude ver el último día en Hayeang y ahora me sales con que tu padre te tiene ocupada. — Nayeon habló tan rápido que apenas terminó tomó una gran cantidad de aire haciendo un gracioso sonido, cosa que le robó una sonrisa a la menor.

La japonesa se negaba a decirle que se encontraba en una habitación de mala muerte sólo por haber querido escapar de esa casa, sin embargo, eso sería por un par de días antes de recibir la llamada de su padre informándole que ya era dueña de un departamento el cual apenas lo usaría. — Sólo será esta semana, la próxima estaremos tú y yo en mi nuevo departamento antes de irnos con las demás, ¿te parece?

— ¡Dios! ¿Nuevo departamento? ¿Lo dices en serio?

Mina se levantó de su sitió y caminó alrededor de la pequeña habitación mientras escuchaba todos los planes que Nayeon le comentaba, todo lo que podían hacer ahí sólo las dos; lamentablemente, tenían un tiempo límite para poder cumplirlo.

— ¡Oh! Papá me llama, debo cortar. Cuento los días para vernos.

— Yo igual, ¿te llamo más tarde?

— No se pregunta, sólo lo haces y ya.

Mina rió. — Te llamo más tarde, te amo.

— Yo más.

Apenas la llamada finalizó la puerta de su habitación se abrió dejando ver al responsable de su mal estado. Akira ingresó y se mostró sorprendido por la elección de su hija, cuando le informó que se iría a un hotel creyó que lo haría a uno cinco estrellas y no a uno donde dejan ingresar a cualquiera que le ofrezca al recepcionista un par de billetes.

— Buenas noticias.— Anunció el mayor.

Después de un silencioso viaje Mina se encontraba nuevamente en el despacho de su padre, sentada frente a este y firmando los papeles que la convertían en dueña de un lujoso departamento situado en Gangnam. Cuando levantó la mirada estuvo a nada de abofetear al hombre que no quitaba esa sonrisa, parecía burlarse de ella, de su dolor; su mano estampó el bolígrafo sobre la mesa y se levantó.

Antes de que Akira pudiera decir algo las puertas se abrieron abruptamente. Mina entornó los ojos cuando su hermano se acercó furioso y estirando su cuerpo por sobre el escritorio tomó de la chaqueta al mayor obligándolo a levantarse.

— ¡Teníamos un puto trato Akira! ¡Lo teníamos!

Mina no supo cómo reaccionar, su cuerpo no obedecía a las órdenes de su cerebro para intentar separar a su hermano del mayor. Y sí, en un momento como ese sólo pudo pensar que Kai debía estar en cualquier otro lado menos ahí.

↳ Greedy ┇ MinaYeon - G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora