26. last time

3.1K 272 180
                                    

El tiempo se le había agotado, los días habían transcurrido con rapidez y ahora sólo tenía un fin semana para disfrutar por completo a Nayeon antes de su regreso a Hayeang. Todavía mantenía la idea de decirle la verdad, eso no cambió ni un poco, pero tenía miedo a su reacción y quería creer que se quedaría a su lado para solucionarlo juntas. Logró convencerla para que ese sábado escaparan todo el día a un lugar especial. Así lo había denominado Mina ya que lo encontró por accidente en Internet mientras buscaba algún sitio que estuviese alejado de todo y de todos.

Esa mañana ambas se levantaron muy temprano por insistencia de la menor y cada una preparó ropa extra junto a algunas cosas que les servirían para su "día de campo". Kai le había ofrecido su auto para que hicieran ese corto viaje y Mina no dudó ni un segundo en aceptarlo.

— ¿Y a dónde iremos? — Cuestionó Nayeon acomodándose en el asiento de copiloto y se colocaba sus gafas de sol.

— Es sorpresa. — Sonrió Mina con la vista fija en el camino, escuchando a su novia hacer un adorable berrinche a su lado. — ¿No te gustan las sorpresas?

— Un poco... — La mirada de Nayeon iba de un lado a otro, emocionada por el día que pasaría junto a la menor. — Momo invitó nuevamente a Jeongyeon para unirse a la fraternidad. — Inició la conversación con un tema que desde hace mucho quería tratar con la japonesa.

— ¿Lo hizo?

— Ahá. Y yo... quería saber si tú... ¡ya sabes! Para pasar más tiempo juntas. Y Jeongyeon estará ahí, no te sentirás tan perdida ni incómoda.

Mina no pudo evitar reír por tal actitud. — Eso quiere decir que aceptó.

— Momo dijo que la haría aceptar. — Se encogió de hombros. — ¿Qué dices?

— Lo pensaré. — Bromeó mirando de reojo a la mayor.

— ¡Mina! — Chilló Nayeon. — No se queda así, tú aceptarás tarde o temprano.

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque yo te lo pido. — La coreana quitó el cinturón de seguridad que rodeaba su cintura y torso y se estiró lo suficiente para morder el lóbulo de Mina.

— ¡Nayeon! — la menor se retorció tratando de concentrarse en el camino y no quitar sus manos del volante. — Ve a tu asiento, coneja. — Se quejó cuando sintió los labios ajenos besar su hombro. — No quiero chocar.

— Di que sí y te dejo.

— Dije que... lo pensaría ¡Ah! Deja de morder ahí.

— ¿Dirás que sí?

— No.

— ¡Mina!

— ¡Juro que lo pensaré! — se rindió y pudo respirar tranquila cuando Nayeon se alejó para volver a su respectivo lugar con una sonrisa.

Las siguientes dos horas de viaje Nayeon encendió la radio y se dedicaron a cantar en voz alta todas las canciones que la estación emitía, sin importarles no saber la letra de algunas. Y cuando sus gargantas pedían un descanso se quedaban en un cómodo silencio.

El camino dejó de tener edificios o casas para tener sólo hierba y vegetación alrededor; habían dejado todo el movimiento de Seúl atrás y ahora sólo tenían la verdadera naturaleza rodeándolas.

Mina se detuvo al lado de un cartel y un estacionamiento improvisado donde pocos automóviles se encontraban parados. — Aquí debería estar bien. — Se quitó el cinturón de seguridad e hizo lo mismo con el de Nayeon. — Vamos.

↳ Greedy ┇ MinaYeon - G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora