55. 18:00

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Se giró y con su cabeza hizo una señal para que Mark dejara a Nayeon, el muchacho obedeció sin objeción y empujó a la coreana con poca delicadeza. EunHa sentía que tenía el control de la situación, ¿y cómo no? Si podía percibir el miedo en la mirada de la chica frente a ella; estaba satisfecha por llegar hasta ese punto, todo empezaba a salir como lo planeado, todo estaría bien en un par de horas cuando ella y Mina abandonaran Corea después de acabar con Nayeon y Mark. Sin embargo, después de un largo rato manteniendo su sonrisa mientras disfrutaba de la frustración ajena, sus párpados se ampliaron y a sus oídos llegó el sonido seco de la palma de Nayeon estampándose contra su mejilla con fuerza.

Mark dejó que una risa se escapara de sus labios mientras se apoyaba en la puerta de acceso y se cruzaba de brazos, vaya espectáculo estaba presenciando. Odiaba a Nayeon, pero no podía negar que esa chica tenía agallas para enfrentarse a una persona como EunHa. No interrumpiría, no por el momento, deseaba ver lo que pasaría. Además, le ponía ver a dos mujeres peleando.

La coreana apretó sus labios sintiendo su palma arder ante la fuerza que había utilizado. No necesitaba que alguien le recordara el peligro al que se estaba exponiendo, pero no le importaba, necesitaba devolver una milésima parte de todo lo que Mina había sufrido; avanzó adoptando esa imponente presencia que su japonesa solía tener cada vez que se enfrentaba a alguien y sus manos empujaron a la menor quien, sorprendida, todavía no intentaba defenderse.

—¿Qué le hiciste? —cuestionó entre dientes, intentando estabilizar su agitada respiración. —¡¿Dónde está, EunHa?!

Nayeon tragó saliva y retrocedió un par de pasos cuando la menor imitó su acción. Quiso defenderse, pero su libertad se acabó cuando EunHa le dirigió una pesada mirada al único espectador. Mark resopló ante lo poco que había durado su diversión y se acercó tomando los brazos de la pelirrosa tras su espalda, dejándola completamente expuesta.

—No tienes derecho a preguntar, unnie. —EunHa tomó el mentón de la mayor y le obligó a verla. —Pero te lo diré, Mina está perfecta a mi lado.

La pelirrosa guardó silencio, esas palabras en alguna otra situación podrían haberle causado gracia pero ahora solo quería quitarle de la cabeza esa estúpida idea.

—¿Quieres verla? —preguntó mientras buscaba en su teléfono algunas fotos tomadas por Mark. —Se ve muy bien... son fotos de hoy día.

—Desgraciados... — Su mirada se cristalizó cuando la vio nuevamente, se veía tan débil, la persona en esa fotografía no era Mina y le dolía, sólo deseaba estar con ella, abrazarla, cuidarla y no dejar que nadie más le pusiera un dedo encima. —¿Por qué, EunHa? —preguntó, su voz se quebró y cerró sus ojos negándose a seguir viendo las siguientes fotografías, no era tan fuerte como para verla en esas condiciones.

—¿Por qué? ¿Escuchaste, Mark? Ella quiere saber por qué. —se burló mientras guardaba nuevamente su teléfono. Su lengua humedeció su labio inferior y su tranquila expresión se transformó por completo. Su ceño se frunció y su sonrisa desapareció. —Me quitaste lo que más amo, Nayeon. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué arruinar mis planes? ¡Éramos amigas!

—¡No quise hacerlo! —admitió, tenía la oportunidad de mantener esa conversación que tanto había querido tener con la menor desde que su relación con Mina empezó; todavía había una pizca de esperanza para hacerla entrar en razón. —Pero no fue su culpa... EunHa... ¿Por qué la castigas así? Ella no merece eso ¡y lo sabes!

—¡Claro que lo merece! ¡Me traicionó! Mina traicionó a su prometida y tú a tu amiga. Sabías que la amaba y no te importó. De la noche a la mañana me tocó verlas tomadas de la mano por los pasillos, escuchar que eran la pareja perfecta, ser testigo de cosas que ni te imaginas...

↳ Greedy ┇ MinaYeon - G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora