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No podía concentrarse en el dolor de su muslo izquierdo y en las risas de los hombres que la mantenían cautiva al mismo tiempo, por lo que decidió ignorar el primero y enfocarse en lo enfermo que sonaba Mark; porque sí, todavía podía recordar al muchacho en la puerta de su departamento unas horas atrás.

Sin embargo, su verdadera preocupación era la otra mujer que permanecía callada.

— EunHa. —Pronunció en un susurro cuando por fin alzó la mirada, encontrándose con la menor sentada a un metro de distancia frente a ella, manteniendo una tranquila sonrisa.

— Al fin despiertas, cielo.

— Debo decir que no fue la mejor forma. —Ignoró el apodo cariñoso e intentó suavizar el ambiente. — El olor a café recién hecho habría funcionado de igual forma y ahora no estaría de tan mal humor. —Comentó logrando que la coreana riera.

— ¿Es lo primero que dirás? —Cuestionó ladeando su rostro.

— Bueno...—Lanzó una rápida mirada al chico que permanecía parado al lado de EunHa. —no puedo decir que me alegro de verlos... —La segunda patada hizo que se retorciera y formara una mueca de dolor, negándose a gritar.

Mark se había quitado la máscara usada para el vídeo y decidió ponerle fin al sarcasmo de Mina que tanto lo desesperaba. Caminó en silencio, agradeciendo que EunHa lo dejara acercarse a su invitada de honor.

— Al tiempo, pequeña basura. —Susurró.

La japonesa no huyó a su mirada, tomó un gran respiro y lo enfrentó en silencio; él sonreía y ella se mantenía seria, intentando no caer en esa sutil provocación.

— Entonces... EunHa. — Habló sin quitar la mirada del varón, ignorando su saludo. — ¿Qué clase de juego es este?

— No, no, no. — La menor entre los tres se levantó y tomando el cuello de la camisa de Mark, lo jaló hacia atrás para que le diera espacio. — No es ningún juego, cariño.

— Okay. — Dejó escapar una corta risa. — Vamos, desátame.

— Me temo que no podrá ser posible. Eres mi invitada.

— ¿Siempre dejas que golpeen a tus invitados?

— Vamos, Minari, eso lo merecías un poquito. — EunHa se colocó de cuclillas, frunciendo su nariz adorablemente. — Dijiste que no te alegraste de verme...— Comentó con un mohín que lejos de causar ternura a Mina, solo la incomodó.

— Ya. Supongo que lo merecía. — Susurró intentado no reflejar el dolor que se extendía a lo largo de su pierna.

— ¿Duele? — Preguntó mirando a la japonesa y después se inclinó para dejar varios besos sobre la zona lastimada.

Mina se removió, tratando de escapar de la cercanía. — No duele. Solo...

— Ah. — EunHa elevó su mano para callarla. — ¿Qué te parece si hacemos las cosas a mi manera?

Consideró todas sus opciones, desde las más sensatas hasta las más peligrosas; pero ninguna parecía ser suficientemente buena como para poder escapar de ahí. Mina desvió su mirada y suspiró cansada.

°°°

La última hora se la había pasado sentada en el sillón intentando concentrarse en cualquier punto de la habitación, tratando de ignorar la conversación que mantenía JeongYeon con las chicas mientras esperaban a Kai. Se negaba a creer que Mina estaba en peligro. ¿Por qué todas estaban preocupadas? Cuando menos se lo esperaran, la japonesa abriría la puerta y se reiría por esa pésima broma. Eso pasaría... definitivamente.

↳ Greedy ┇ MinaYeon - G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora