ME PERTENECES II : MI OSCURIDAD

Aterrizaje

Beret - Ojalá

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Mis auriculares me envían la canción "Ojalá", de Francisco Javier Álvarez Beret, más conocido como: Beret. La letra, desde que la escuché por primera vez, nunca me ha dejado disfrutarla con serenidad. Mi seriedad e indiferencia se reflejaba cada vez que saboreaba sus letras. Me enloquecían con un sin fin de preguntas que se revolvían en mi cerebro... Hasta la actualidad.

"¿El fruto de mi vida no se basa en lo que tengo? ..." Oh, cierto, lo perdí todo cuando era un niño y he aquí las secuelas, aceptar lo que está a mi alrededor, conformarme con lo que me cruzo en el trayecto a ojos cerrados y si lo intento por lo que soy, nada me sale bien. Si tan solo hubiera llegado a tiempo esa noche mi madre estaría viva y este viaje no se estaría realizando; sería en vano.

"Una cosa es lo que soy y otra tan solo lo que muestro... "Tan cierta, tan lejana y tan... real. Toda mi vida ha sido un trapo impecable sobre un sucio lienzo con una pintura llena de trazos sangrientos y gotas de lágrimas y soledad.

"Que mucho antes de estar contento debo estar conmigo..." ¡Basura! Ya me cansé de aparentar una sonrisa, de aparentar felicidad cuando no me llega ni el gramo de aquella aleatoria emoción.

"Aprender a aceptar lo que nunca consigo..." Lo dudo, si no consigo atrapar a ese asesino nunca, nunca estaré conforme con el resto, ni con mi madre, ni conmigo. No estaré conforme con mi vida, con vivirla.

"¿Dedicarle tiempo a alguien que ya ni se acuerda de mí?" ¡Ha! Ni me he dedicado el tiempo suficiente como para regirme en mi propia misión, en mi venganza; no creo que sea posible darle mi atención a alguien más a partir de ahora. Solo seremos Trevis y yo.

"Nadie te enseña a ser fuerte, pero te obligan..." Las circunstancias que atravesamos nos hacen reaccionar y a actuar de una vez, no debemos tener a alguien que nos diga qué hacer ni cómo. Nuestro instinto, nuestro sentido de urgencia nos da una patada por el culo a ir por lo que debemos hacer. Circunstancias que no elegimos, sino que aterrizan inesperadamente en nuestra línea haciéndonos tropezar.

"Y ojalá nunca te abracen por última vez..." Mierda. Ya ni recuerdo cuándo fue el último que he recibido. Tantas cosas que mi mente mecaniza, que rebobina toda la película terrorífica que pasé hace unos días.

"Donde fuiste tan feliz siempre regresarás, aunque confundas dolor con la felicidad..." Yo una vez fui feliz, viví bien y no requería de nada ni de nadie, pero me alejé de aquello que me destrozó la existencia, que de alguna u otra manera debía esforzarme en sacarle provecho para seguir adelante. Sin embargo, ahora vuelvo, pero con sed de sangre, de desquitarme con ese hombre que me quitó lo único que más amé en esta infernal vida. Si mi madre no hubiera muerto jamás conocería a Rubí, o Sandra... Ni me quiero acordar su nombre, no lo vale; no pasaría por esto y mi rumbo sería otro. Aunque, solo tal vez haya estado predestinado.

"Y ya no seas ni tú mismo, pero pienses en ti mismo y eso matará..." Ya es tarde, sea yo mismo o no, estoy muerto por dentro.

—Pasajeros, su vuelo con destino a España está a tan solo quince minutos de su llegada, por favor, asegúrese y mantenga la calma, puesto que se atravesará por unas regulares turbulencias. De antemano, agradecer por su preferencia y esperamos que hayan disfrutado de su estadía en este vuelo ¡Que tengan una gran aventura y disfruten de su actual caluroso clima! Buenas tardes —clama la aeromoza con un micrófono en la mano, su voz resuena a través de unos parlantes que no se logran ver a simple vista.

¡Que tengan una gran aventura...! Sus palabras palpitan en mi cabeza recordándome a lo que verdaderamente he llegado aquí.

Por supuesto que tendré una gran aventura... Una, quizá, un poco manchada.