5.Lazos de sangre

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Mohamed Hamaki - Mn Alby Baghany

Una, dos, tres, cuatro.. ocho veces eran las que había visto Nina su teléfono celular sin contestar ni una sola llamada de Orhan, desde lo sucedido aquel día en sus oficina se le era imposible volver a las empresas. Se moría de la vergüenza por lo que los otros empleados pensasen de ella.

Sabía que los chismes volaban, y las especulaciones en cuanto a ella se difundirían con la única razón de acabarla.

Dio un suspiro profundo y apagó su teléfono, toda esa situación sólo lograba irritarla. Por una parte estaba la situación con su ex,Thiago y el miedo de volverlo a ver y por el otro la escena que vio la madre del turco en la oficina, esa mujer no la quería, se veía en sus ojos cada vez que la miraban, y como olvidar a Ghali.. por más que rechazó su oferta de acompañarlo a su evento, no pudo negarse, porque si no era su invitada especial, tendría que ir como asistente de Orhan a esa reunión.

- Creí que mi vida sería más sencilla aquí, la belleza siempre me trae todo tipo de inconvenientes - dijo frustrada de que volviera a ocurrirle.

Orhan estaba furioso, la actitud de su madre había logrado espantar a la chica, sabia como se comportaba ella delante de las mujeres que tenían la vista puesta en él, pero Nina era diferente, ella no era interesada, ni menos una mujer como las que acostumbraba a cortejar.

- Ya deja eso ahí - respondió su madre cuando lo vio insistido en que su asistente le contestase.

- Si mi asistente renuncia será tu culpa madre - dijo seriamente mientras guardaba su móvil en el bolsillo.

- ¿Pero cómo le dices eso a tu madre? ¡Tú y esa mujer en las empresas, que vergüenza, que falta de principio! Una latina, ¡Una cristiana Orhan!

- Basta, no eres nadie para juzgar a las personas madre. No hables de ella como si la conocieses.

- Suficiente - dio un gesto con su mano y se centró de nuevo en las chicas de la cocina-. Erkan llegara en unos momentos y quiero que este todo en orden.

El hermano del medio de Orhan vendría a Estambul después de cinco años, desde que se había casado no había vuelto a pisar el país que lo vio nacer. Sabia la razón, este lugar siempre le recordaría a la mujer que amo, era una chica sencilla y de una familia humilde, sin embargo era estudiosa, y una gran mujer, no le importo su clase social pero a su madre nunca le agrado la presencia al lado de Erkan, no iba a permitir que terminase con una mujer como esa, así que arreglo lo más pronto un matrimonio para su hijo, rompiendo el futuro de ambos.

- Ordena que suban las maletas al cuarto de huéspedes - le ordeno Erkan a la chica de limpieza mientras cruzaba la puerta principal de la mansión, rápidamente diviso a su hermano sentado en el sofá y a su madre concentrada en la cocina-. ¡Madre! - exclamo cuando la vio.

Los ojos de su madre se inundaron de lágrimas y corrió a abrazarlo.

- Mi hermoso Erkan por fin estas en casa - sonrío ella agradeciendo que su hijo regresase.

- Te extrañe también mucho madre - dijo él dándole un beso en su frente.

- ¿Dónde está tu esposa? - dijo intrigada ella dando un vistazo hacia atrás.

- Hasret ven acércate - Erkan señalo a su esposa, una mujer hermosa de cabellos negros y ojos cafés claros. Aunque muchos de sus amigos y conocidos le dijesen que era una de las mujeres más bellas que habían visto en Estambul él no podía verla con los mismos ojos. Su corazón tenía desde hace mucho tiempo dueña y su nombre era hermoso como aquellos ojos azules claros que lo enamoraron en su juventud.

Jade. Era la mujer más dulce y tierna que había conocido, solo él sabia la razón por la que la había dejado ir.

- Buenas tardes suegra - dijo la mujer cuando se presentó enfrente de la madre de su esposo. Sacándolo de sus pensamientos,aquellos que siempre que la recordaban lo llevaban a un mundo perfecto.

Destinos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora