Corazón que miente - David Bisbal
Ziyab descendió de su caballo hasta colocarse a la altura de Erkam.
- No sé cuáles sean tus costumbres, pero aquí los hombres no dejamos a nuestras esposas como si fuesen objetos que utilizas y desechas.
Erkam apretó sus puños y se acerco a Ziyab colocando sus manos sobre su cuello.
- No he dejado a mi esposa. No puedes reclarm una mujer como si fuera tuya.
- Basta los dos – hablo Hasret cuando vio que las cosas se estaban saliendo de control.
- Te va a costar el haberme desafiado.
- Me tiene sin importancia – dijo Erkam volviendo a donde se encontraba su esposa -. Aléjate de ella o yo mismo sere el que te haga saber que es ser un hombre que cumple con su honor.
Erkam subio de nuevo al caballo y se coloco en marcha hasta el centro de la ciudad como lo había pedido su esposa. Una vez llegaron allí volvió a preguntar sobre su actitud.
- Quiero que me digas que ha sucedido en casa de tu tío para que salieras de esa manera.
- Tú madre me ha amenazado de nuevo, pero es posible que no me creas.
- Claro que te creo – dijo él mentras sostenía su mano.
- Estoy cansada de que nos haga la vida miserable – admitió entre lagrimas.
- No voy a permitir que vuelva a suceder - dijo él mientras la envolvía en un cálido abrazo. Tenerla tan cerca lo hacia regresar al paraíso.
- He venido a reclamar los documentos que una vez mi padre me dejo de las empresas en Estambul. No quería hacerlo, pero no puedo dejar que tu made envíe a mi tío a la cárcel. Ella falsificó firmas a mi nombre.
- Nadie irá a la cárcel.
- Estoy desesperada.
- Pasare esas empresas a mi nombre, así ella no podrá hacer nada en contra tuyo – dijo su esposo mientras le sonreía.
- ¿Harias eso?
- Por supuesto que si, eres mi esposa y el amor de mi vida – dijo él mientras apartaba un mechón de cabello de su rostro.
- Lo que me has dicho no cambia las cosas entre los dos – dijo ella mientras se alejaba de sus brazos-. Durante todo este tiempo desee que me dijeras esto, y hoy finalmente que lo haces una vez siento que mi corazón se rompe.
- En verdad te amo.
- Nunca me desmostraste algo que no fuera cariño, sabía muy bien que odiabas este matrimonio arreglado y que tu vida se había quedado en Estambul. Me hice la idea por años de que sólo era la mujer que consolaría el vacio de tu corazón y nunca la dueña de este.
Las palabras de su esposa lo hicieron sumergirse en un mar de desilusión, la había hecho miserable y no había sido consciente de sus actos. La hizo sentir que no era la indicada. Incluso le recalcó que no era la mujer a la que amaba.
- Te amo Erkam. Aún lo sigo haciendo. Pero no puedo regresar conigo a Estambul, lo siento – le dolía decirle eso. Pero era lo mejor, no quería volver ver a esa mujer enfrente de ella.
- ¿Vas a abandonarme? – dijo él mientras sentía como sus lagrimas se acumulaban en sus ojos.
- Quizás en unos años, puedas volver y buscarme como lo has hecho hoy.
- No quiero renunciar a ti Hasret.
- Ya es tarde para intentar arreglar nuestro matrimonio.
***
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Destinos Prohibidos
RomanceSus ojos eran tan verdes como una piedra de opalo, sus labios rojos como la mismísima sangre, sus cabellos negros como la oscura noche, una belleza indescriptible que atraeria la atención de cualquier hombre. Cuando las vidas de Nina y Orhan se cruc...