Nina contemplo junto a su esposo el país que la vio nacer, había sido un largo tiempo sin pisar ese lugar. Los paisajes serán inmensos y grandes, llenos de alegría como ella los recordaba.
- Es por aquí – dijo ella mientras daba pequeños saltos por la calle en la que de niña acostumbraba a caminar descalza, inmediatamente llego a su mente el recuerdo de su fallecida abuela.
- ¡Detente, ven pequeña, Nina! Niña traviesa
Ella cerró los ojos al recordarla, su abuela había sido la mujer más importante en su vida desde que su madre había muerto.
- ¿Orhan? – dio ella una mirada a su esposo y lo encontró rodeado de niños.
- Es el que sale en las revistas que lee papa – dijo uno de los niños en portugués.
- Dicen que tiene un tigre en su casa o tal vez un guepardo – Nina soltó una risa.
- Te aseguro que lo único salvaje que tengo en mi casa son dos yeguas – dijo Orhan en el idioma de los niños mientras le sonreía a su esposa.
- ¿Es cierto que es tan rico señor Aksal que sus edificios llegan al cielo?
- Niños a sus casas, estos pequeños.. – los alejo una mujer anciana mientras los chicos desaparecían en el camino que conducían a aquellas curiosas casas de colores.
Los guardias de seguridad alejaron a algunos curiosos para que finalmente el turco pudiera llegar hasta donde Nina se encontraba.
- Ahora ya estoy cerca de ti – dijo uniendo su frente a la de ella.
- Nunca me he ido – respondió su esposa-. mi antigua casa quedaba por allí – lo tomo de su brazo y lo guio hasta la casa que ya había sido cambiada de color a uno azul.
Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas y él las retiro con su mano.
- No llores amor mío.
- Ojala pudiese devolver el tiempo y decirle a mi abuela cuanto le quería. Y cuan equivocada estaba con ese hombre.
- Eso está en el pasado – dijo Orhan.
- De niña miraba las estrellas desde ese balcón que ves allí, éramos tan pobres que algunas noches solo comíamos el pan que sobraba en la panadería, otras las pasábamos con el estómago vacío.
Orhan dio un vistazo a el barrio en el que se encontraban, ese era totalmente de escasos recursos, muchos niños incluive tenían sus ropas sucias y viejas, y estaban descalzos. Las casas parecían incluso en ruinas.
- Mehmet acércate – llamo a su guardia privado.
- ¿Si señor Aksal?
- Quiero que contactes a los mejores arquitectos que conozcas, y también a personas que identifiquen cuantos niños viven aquí.
- Yo diría que son unos 300 sin contar a los ancianos y adultos.
- Has que inviertan en este lugar en educación y en lo que necesiten. Has que lleguen ayudas a este sitio.
- Si señor – dijo el hombre mientras desaparecía a realizar la llamada.
- Allah bendice a esta gente – dijo el mientras miraba hacia el cielo.
- No puedo creer que hayas hecho todo eso – dijo Nina mientras lo tomaba de su brazo.
- Invertir parte del diento en algo bueno nunca me haría sentir mal – sonrió él-. Ahora ¿Dime dónde es que te quedabas cuando ese ... tipo te buscaba?
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Destinos Prohibidos
RomanceSus ojos eran tan verdes como una piedra de opalo, sus labios rojos como la mismísima sangre, sus cabellos negros como la oscura noche, una belleza indescriptible que atraeria la atención de cualquier hombre. Cuando las vidas de Nina y Orhan se cruc...