15. Felicidad

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- No me importa si tienen que levantar las mismas piedras para encontrarla – refuto Erkam mientras le ordenaba a los hombres de seguridad encontrar a su esposa.

- Si señor – respondieron en coro ellos-. La señora no ha viajado a Europa, o algún país extranjero.

- Eso quiere decir que se ha quedado en Estambul – se quedó pensativo unos minutos mientras analizaba las opciones disponibles de sitios a los que iría.

- ¿Quiere que la sigamos buscando en Estambul?

- Consigan el número de su tío en Mardin.

- Como ordene señor – dijo el hombre para salir de la oficina de su jefe.

- No te atreverías Hasret – dijo mientras pasaba desesperado sus manos por su cabello. Era el último lugar al que quería que fuera. Sabía que la gente allí era muy estricta en sus costumbres y tradiciones. No quería que la humillaran, menos que algo grave le sucediera.

Erkam había decidió vivir en la casa que había adquirido para ellos. Sin embargo se sentía grande y desolada, tanto que no podía dormir por las noches. Se lamentaba profundamente lo que había pasado entre los dos. Ni las mejores palabras enmendarían el daño que le había hecho a ella.

Para cuando la tarde trascurrió el hombre de seguridad le extendió el número telefónico del tío de su esposa. Debía confirmar que se encontraba bien o de lo contrario su consciencia no lo dejaría tranquilo. Mucho menos su corazón.

- Kemal – dijo él cuando el hombre contesto del otro lado de la línea.

- Erkam, cuanto tiempo...

- Lo sé, ha sido mucho. Kemal quiero que seas honesto conmigo ¿Hasret se encuentra contigo?

- Por supuesto que no, mi sobrina no nos ha visitado en mucho tiempo – mintió el hombre.

- Por Allah, dime la verdad, estoy desesperado por encontrarla.

- Lo siento pero no puedo ayudarte, no tengo noticias de Hasret y si las tuviera no dudaría en decírtelas.

- Lamento hacerte perder tu tiempo – dijo frustrado del otro lado de la línea-. En parte me alegra que no esté en Mardin, no soportaría que hablasen de ella y la deshonraran.

Erkam colgó la llamada y una vez más se sintió imponente de no haber arreglado todo entre los dos, sobre todo en no ser sincero con sus sentimientos.

- Perdóname Ahmed – susurro recordando a su amigo y suegro-. No pude cumplir la promesa de cuidar de tu hija. Confiaste la más bella flor que tenías en tu jardín en un hombre que no supo ver su belleza.

El tío de la muchacha se dirigió a la cocina de su casa y la encontró preparando algunos platos.

- Hasret, querida..

- No te preocupes por la comida tío, enseguida te la serviré.

- Tu esposo me ha llamado – dijo él y ella soltó el plato que tenía en las manos-. Le he dicho que no estas acá.

- Gracias tío – dijo ella mientras lo abrazaba.

- ¿Porque mentirle a ese hombre? ¿porque no quieres que te encuentre?

- Porque es lo mejor para los dos, que Erkam me olvide así como yo quiero olvidarlo. Me conformare si no lo veo más.

- Esto no es lo mejor hija – admitió el hombre mientras limpiaba una lagrima que caía de su mejilla.

- No me importa si tengo que quedarme toda la vida en Mardin. No volveré con Erkam. 

***

Nina observo detenidamente el rostro del hombre que tenía al lado, se sentía tranquila mientras se encontraba apoyada en el torso desnudo y moreno de Orhan.

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