-¿En serio me estás preguntando eso? -su ceja derecha se eleva y ahora me siento un poco idiota. Aún así, sigo queriendo que me dé una respuesta.
-Te prometí que te ayudaría y si acepto -le explico de nuevo-, pasaré los próximos seis meses lejos.
-¿Y? -insiste.
-Que no estaré aquí para el parto.
-¿Y?
-No me lo estás poniendo muy fácil, Zandra.
-Tú lo complicas, Archer.
-Pero...
-Pero nada -me interrumpe-. Sé lo que prometiste, pero también sé que no voy a frenar tu vida para que la mía sea un poco mejor. Si eso es lo que quieres, adelante. Estaré orgullosa de ti cuando seas todo un SEAL grandote y fuerte.
-No te burles -entrecierro los ojos después del tono que usó para su última frase.
-Es que ya te imagino con el uniforme y... ufff -se abanica con la servilleta y luego empieza a reír.
-No tiene gracia.
-La tiene. Y mucha -intenta sofocar la risa, en vano-. Solo que tú no se la ves.
-Si me voy, tengo unos ahorros que...
-Eh, eh, eh -me detiene-. Quieto ahí. Ni se te ocurra decirlo, Archer.
-Acabas de pedir la excedencia en el trabajo y tu paga de...
-Que no acabes esa frase -se enfada.
-Tú misma lo dijiste en el hospital -le recuerdo-. No es algo que me haya inventado.
-Me las arreglaré estos meses con mi paga. No te pedí ayuda para que te conviertas en mi fuente de ingresos, sino porque creí que tú la necesitabas más que yo. Y porque quiero que mi hijo te llame tío. Roger así lo habría querido también.
-Si no puedo estar aquí contigo -insisto-, al menos déjame ayudarte con dinero hasta que puedas regresar al trabajo.
-Me estás ofendiendo, Archer. Yo de ti dejaría de decir estupideces.
-No quiero dejarte sola y...
-Yo puedo acompañarla -Chris está a nuestro lado y la miramos ambos al mismo tiempo-. Perdón por escuchar sin permiso, pero con las voces que dais, todo el bar os oye.
-No es que no te agradezca el ofrecimiento -dice Zandra-, pero...
-Me caes bien -le responde antes de que pregunte-. Además, estoy viendo que si tú no tienes ayuda, él no se va. Quiero aportar mi granito de arena para no verlo en seis meses.
No me gusta que lo diga con ese tono serio porque siento que hay parte de verdad en ello. Pero eso es algo que solucionaré esta tarde, en cuanto Christine salga de trabajar. Es por eso que me cité aquí con Zandra. La excusa perfecta para que Chris no sepa lo que se le viene encima.
-Si es por eso -dice Zandra-, tal vez me niegue a aceptar tu ayuda. No me gusta que...
-Zandra -la freno.
-¿Qué? -me mira-. Si tú no haces nada para conquistarla, alguien tendrá que echarte una mano.
-Sigo aquí -interviene Christine-. Y nadie va a conquistar a nadie. Yo te acompañaré en el embarazo, Archer se irá a California y todos contentos.
-Todos no -respondemos los dos al mismo tiempo, pero Chris sonríe y se va a atender a otros clientes.
-¿Se puede saber qué mosca te ha picado, Zandra? -le recrimino.
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Christine (Saga SEAL 3)
AzioneArcher Black acaba de perder a su mejor amigo y se siente culpable por no haber podido sacarlo del edificio en llamas que se lo tragó. Mientras ahoga su culpa en alcohol, conoce a una atrevida, imprevisible y desesperante mujer que lo vuelve loco c...