No me olvides 4

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Antes de comenzar la lectura, quisiera saber si les gusta más cuando es tragedia, humor o drama. ;)

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Los tres seguían en la misma posición, el tiempo de visita ya casi acababa pero les era tan cómodo permanecer así. Seguías acariciando el rostro de John, hasta que se apartó notando que Sammy había quedado dormido en sus brazos.

-Míralo, tan dulce.- sonrió calidamente contagiándote.- Nunca recordaré si estuve ahí para escuchar su primera palabra, debió ser emocionante.

Dudaste por un momento pero que más daba, sólo era un dato.

-Fue mamá.- respondiste mirando a Sam, nunca olvidarías ese momento, en el que siendo un bebé te llamó con tanta ternura que te prometiste estar con él para siempre.

<<-Bienvenido a casa,John.- recibiste al joven con el bebé en brazos.

-Gracias por cuidar de Sammy, ______.- dijo recibiéndolo, tocando accidentalmente tu mano cosa que los avergonzó a ambos.

Hacía unos meses lo ayudabas en la crianza de Sam, ya que el trabajaba un extenso horario y su madre y hermana vivían lejos, por lo que no contaba con nadie para atender a su hijo y salir de trabajar no era opción. Agradecía plenamente el que asistieras a su rayito de sol como le gustaba llamarlo.

-Sabes que no es nada, amo hacerlo.- dijiste sincera.

En ese pequeño tiempo te habías dado cuenta de algo que te asustaba, algo que creías no era posible, te habías enamorado. Tus sentimientos hacia aquél desdichado padre soltero habían evolucionado de cariño y lástima a un fuerte amor que ocultabas por miedo a perder a John y a Sammy, eran como tu pequeña familia y no querías arruinar algo así por tus cosas.

-No sabes que haría sin tí.- su mirada verdosa te miró fijamente con un sentimiento que no podías describir, cortaste el contacto visual rápidamente antes de que los nervios te traicionaran.

-Bu-bueno, ya me voy. Hasta mañana.- te despediste rápidamente, tomaste tu bolso y abrigo.

-¿Segura?, afuera está lloviendo demasiado. Puedo llevarte en mi auto.- ofreció preocupado, limpiando un poco de saliva de la boca del bebé.

-Gracias pero tomaré un taxi. No quiero que saques a Sammy y se  enferme.- negaste acariciando la coronilla del mencionado.

-Está bien, sólo llámame en cuanto llegues. No sabes como me sentiría si algo te ocurre- aceptó algo inseguro, muy tarde se dió que ya de lo que externó, haciendo que te sonrojaras y el se apenara.

-Lo haré.- Ni si quiera te molestaste en verlo, ni el a tí. Eran demasiado tímidos para esto.- Adiós Sammy.- te despediste del pequeño quien al notar poco a poco tu ausencia hizo gestos de comenzar un llanto.

-Shh, shh, tranquilo Sam. Mañana vendrá.- escuchaste a John tratando de calmarlo inútilmente pues unos gimoteos del bebé eran ya audibles.

Estabas por abrir la puerta cuando entre balbuceos pudiste oír algo que te conmoción.

-¡Ma-mamá!.

Te estuviste y miraste atrás, John también estaba sorprendido, sosteniendo con fuerza al bebé que alzaba sus manitas hacía tí intentando alcanzarte.

-¡Mamá!.- volvió a repetir entre lágrimas, pidiendo tu presencia.

-¡Sammy!.- exclamaste conmovida e impresionada.

No esperaste más y lo cargaste, ahora eras tú quien lloraba, John también lo hacía aunque un poco menos obvio.

- Su primera palabra.- anunció sonriente, tanta fue su felicidad que abrazó a ambos mientras ambos reían, ignorando el error de Sam.

Era una escena tan propia de una familia.>>

-Daría lo que sea por recordarlo. Apuesto a que Verónica lloró.- sonrió tiernamente, tratando de imaginar el momento.

-Opino lo mismo.- dijiste con desánimo. No tenías el valor de decirle la verdad, lucía tan felíz que temías derrumbar la falsa vida que creía tener.

Nuevamente la melancolía te invadió. Observarse tu reloj, el tiempo había terminado.

-Ya debemos irnos, pero mañana te llevaremos a casa.

Con pesar te pasó a Sammy, era pequeño y podrías cargarlo.

-¿Vendrás nuevamente?, ¿tú esposo no se molestará?.- interrogó interesado.

-¿Esposo?.- preguntaste confundida.

-Oh, perdón.- se disculpó aborchornado.- Creí que estabas casada, noté que llevas un anillo de compromiso.- señaló tu dedo.

Él no tenía el suyo, por razones de higiene en el hospital. Pero lo guardabas en una cajita en tu buró, esperando el día en que volviera a colocarselo.

- No te preocupes, John. Lo estaba pero...- pausaste sintiendo amargura.- pero él ya no está aquí.

Deacon calló, entendiendo otra cosa. No quiso entrar en detalles ante tu decaído estado.

-Entonces, nos vemos mañana.- le dedicaste una sonrisa y cargaste a Sammy, caminando a la salida.

-Gracias por cuidar de Sammy, ______.

Sentiste un escalofrío ante sus palabras era un deja vú , el sólo se quedó un momento paralizado como si estuviese pensando mucho algo.

-¿Estás bien?.

-Sí, sí. Es sólo que...- pasó unos segundos.-No, nada. Hasta mañana.

Saliste con los ánimos más altos, ¿podría ser qué?...

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Hola queridos lectores <3 como habrán notado actualizo casi al día, es porque ya casi regreso de vacaciones y no tendré tiempo de actualizar :(

Trataré de terminar "No me olvides" y continuar "Nosotros" y "Un amor que nunca debió terminar", que les parece :^


~Historias de John Deacon y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora