Verano, 1973
¡Por fín, era libre!. No me importaba que solo fuera durante una semana, merecía tanto este descanso.
Esto sólo era el comienzo de unas pequeñas vacaciones, justamente era lunes. Me encontraba en Newquay, un pueblo costero muy famoso por sus playas. Apenas salí de mí auto pude sentir el aroma a sal en el ambiente, tomé mis maletas y caminé al vestíbulo del hotel, para mi fortuna el edificio estaba cerca de la playa, tendría una vista increíble.
Entré y pedí mi reservación, ya en mi cuarto acomodé mis maletas y me arrojé a mi cama, lo bueno apenas comenzaba. Era una suerte, para mí, que Freddie hubiera pescado un resfriado y la actividad de la banda se suspendiera por una semana, me sentía mal por Mary que debía soportar a un enfermo demasiado exagerado.
Me levanté y vestí ropa 'playera', tomé mi cámara fotográfica y salí en busca de que retratar, la fotografía era algo que me apasionaba como hobbie.
Pero de la nada y como si Dios me odiara, el cielo comenzó a oscurecer, comenzando una pequeña tormenta que ahuyentó a los pianistas y mis ilusiones.
Empapado, entré al restaurant del hotel y tomé asiento cerca de una ventana, decepcionado de mi mala suerte.
-Es extraño que llueva en pleno verano, se debe estar muy salado para que esto pase.
Junto a mi estaba un mesero, se mostraba burlón e impresionado por el clima.
-Dame un café.- pedí sin ánimo, él sólo lo anotó y se retiró.
Espero que mañana sea un mejor día.
MARTES
Dormía tan plácidamente, no había descansado tanto en varios meses, y hubiera continuado haciéndolo de no ser por el potente sol que se filtraba por las persianas.
Aún somnoliento me levanté y miré el reloj, ¡eran las tres de la tarde!. Rápidamente me vestí y baje a desayunar, terminando fuí a la playa.
Para mi fortuna la tarde estaba soleada, sin ninguna nube a la vista, el panorama era maravilloso; las afiladas aguas se mecían con fiereza mientras surfistas domaban las olas, las gaviotas volaban por todos lados. Habían cientos de turistas sobre las blancas arenas, algunas se bronceaban, otros jugaban con la arena o admiraban las acrobacias marinas. Necesitaba una foto de esto, pero no encontraba la forma en que mi cámara captada todo el panorama.
Después de intentar por minutos y fallar, noté unas elevaciones de arena, si subía a ellas tomaría la foto perfecta.
No tardé mucho en hacerlo, y efectivamente desde ahí pude capturar cuantas veces quise el paisaje, no me cansaba de girar de un lado a otro, hasta que dí con algo en especial.
Cerca de la orilla, sin nadie a su alrededor se encontraba una chica, estaba de espaldas, pero aún así me cautivó. Su cabello, cubierto por un sombrero, se mecía con el viento al igual que su vestido. Sólo me quedé ahí, mirándola, hasta que ella giró en mi dirección, me pareció la chica más linda que hubiera visto. Pero mi ensueño se rompió cuando noté que me miraba, la vergüenza me inundó por completo, apreté mi cámara hacia mí esperando algún gesto o insulto de su parte, pero en su lugar sólo y simplemente me sonrió. Yo sólo atiné a hacer lo mismo.
Hubiera querido tener el valor suficiente para hablarle e invitarla a caminar o beber algo, pero eso no estaba en mi reservada naturaleza, solo la ví alejarse, me sentí terrible al perder tal oportunidad.
MIÉRCOLES
No había podido dormir en toda la noche, mi mente me torturaban con los recuerdos de aquella chica de la playa, y lo cobarde que había sido. No entendía como Roger era papás de invitar y coquetear con toda chica que se le atravesará, debería aprender de él.
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~Historias de John Deacon y tú~
RomancePequeñas y largas historias donde John y tú son los protagonistas, ¿tienen una hermosa familia?, ¿hay una crisis?, ¿no pueden permanecer juntos?, ¿un noviazgo comienza?, son infinitas posibilidades así que entra y descúbrelas