~Historias de John Deacon y tú~

Family

Basado en hechos reales de la familia Deacon. ¡Disfrútenlo!💙

Abrí la puerta con suavidad para entrar al departamento,aún así el chirrido y crujir de la mala calidad de la madera se hizo presente despertando a Robert.

Su llanto por el susto no se hizo esperar.

-Shh, tranquilo cariño.

Entré y con un bebé en un brazo y mi portafolio del otro me las arreglé para cerrar y guardar la llave.

El piso era relativamente pequeño, una sala, un baño, una habitación y su pequeña cocina lo conformaban, pero trataba de hacerlo cómodo para nuestra pequeña familia.

Ya era tarde y John pronto llegaría, yo  había tenido horas extras en el colegio donde trabajaba, del que tuve que salir casi corriendo para llegar a casa de mi madre y recoger a mi hijo. Por lo que el cansancio me tenía prisionera, eso no pasaría si sólo hubiera trabajado una jornada, pero realmente necesitaba dinero y dar tutorías a alumnos atrasados era opción.

Dejé el portafolio en la mesa y me senté en el viejo sofá con Robert un poco más calmado, hacía pucheros que me resultaban tiernos, al final todo el trabajo valía al hacerlo por él.

-Bobby.- lo llamé captando su atención, a sus cuatro meses reconocía ciertas palabras.-¿Por qué eres tan adorable?, haces que mamá no quiera que crezcas nunca.

Lo alcé sacándole una carcajada para después abrazarlo contra mi pecho, pasé mi mano por sus ricitos dorados, era un lindo momento pero el estruendo de algo estrellarse me alertó y nuevamente provocó que llorara del susto.

Corrí a la cocina donde provenía el ruido, pero era solo la puerta de la alacena, todo se caía a pedazos aquí resultando potencialmente peligroso para mi bebé, pero con dificultad podíamos pagar el alquiler del lugar,mudarnos a otro era imposible por el momento.

John y yo nos casamos a la corta edad de 24 años, hace sólo 10 meses, tuvimos que hacerlo debido a que nos enteramos que estaba embarazada. Al principio mis padres y su madre se negaron, creyendo que éramos muy jóvenes pero nos amamos y la pronta llegada de  Robert sólo adelantó lo que habíamos planeado para años después. John trabaja con Queen mientras yo ejerzo la enseñanza, lamentablemente la paga de Deaky y los chicos es miserable, por lo que básicamente yo soy el sustento del hogar, mis amigas y conocidos me recriminan el que John sea un 'mantenido', y que comience a trabajar de verdad, pero tengo fé en que pronto las cosas cambiarán, además ajustándonos podemos pasar por ahora.

Acosté a Robert en el portabebé regalo de mi madre y comencé a limpiar el desastre, apenas recogí algunos fragmentos cuando una gruesa gota cayó a mi frente, miré al techo encontrando goteras y un poco de moho a su alrededor que no había notado.

Suspiré derrotada, ahora no podía contratar a alguien que se hiciera cargo pero había escuchado decir que la humedad era peligrosa a niveles elevados. Por ahora no dejaría entrar a Bobby a la cocina.

Me lavé las manos, y en cuanto estaba por llevar a dormir a mi bebé unas llaves resonaron y el sonido inconfundible de la puerta hicieron eco en el lugar.

Sonreí cansadamente y fuí a recibirlo.

-Bienvenido a casa, Johnny.

Ahí estaba el, con su cabello castaño alborotado, ropa casual y una bolsa de mandado. Me acerqué a besarlo pero pude notar que sus ojos estaban rojos junto a su naríz.

-Hola, amor.- respondió quedamente sin mirarme, entró y tomó a Robert quien le extendía sus bracitos esperando su atención.

Dejó la bolsa con algunos productos y se sentó en el sofá, lo miré extrañada, normalmente solía llegar siempre con una sonrisa y emoción por estar separados sólo unas horas.

Intuí al momento que algo andaba mal, pero conociendo a John este no me lo contaría, odiaba preocupar a otros, pero debía saber que ahora sus problemas eran también míos y estaba dispuesta a ayudarlo.

-Qué tal tú día, cielo.

Me coloqué a su lado, viéndolo jugar con Robert, él amaba a John, desde el vientre se movía cual torbellino al escucharlo hablarle, en especial cuando en contadas y raras ocasiones Deaky se animaba a cantarle, bajito para que yo no lo escuchara, ya que según su opinión cantaba realmente mal. Desde el momento en que vió a Robby recién nacido en mis brazos prometió amarlo y verlo crecer, tal y como hubiera deseado hacerlo con su padre, que en paz descanse.

John podía estar pasando un momento de mal carácter pero nunca se negaría a su hijo.

-Estuvo bien.- contestó secamente.

Resoplé y acaricié su larga melena, se estremeció al contacto y por fin me dirigió la mirada, una mirada cansada y abrumada que me dejó sin aliento.

-Johnny.

-Hablé con los dueños de Trident.- notó mi confusión al nombrar la disquera, y prosiguió.- Les pedí un préstamo para comprar una casa, lo que quería darte tanto, y...

Su voz se quebró, le tomé la mano invitándolo a proseguir.

-Me lo negaron.- completó con rabia, nunca lo había visto así, estaba impactada.- Nos están explotando, _____. Ellos se pasean en sus autos de lujo y no quieren pagarnos como nos corresponde, hice cuentas junto a los chicos y nos están estafando.

El rencor en sus palabras me asustaron, también estaba molesta, ¿cómo se atrevían a hacer algo así?, se estaban aprovechando por ser nuevos en el ámbito.

-Estoy decepcionado de tenerte así.- bajó la voz y se llevó una cara a la mano.- Teniendo que sufrir por cada centavo.

Me incliné y lo rodeé en un abrazo sin lastimar a Robby,estaba muy afectado, siempre trataba de no mostrar lo angustiado que lo tenía nuestro aspecto financiero, pero ahora simplemente explotaba.

-Sé que esto no se quedará así, ustedes son muy tenaces. Por ahora no te preocupes por el dinero, sabes que mi sueldo bien administrado alcanza para los tres. 

Su ceño se frunció y lágrimas se agolparon en su triste mirada. Sollozó levemente.

-Te prometo que te compensaré todo, algún día seremos una de las mejores bandas del mundo y te daré  a tí y a Robert todo lo que quieran.- dijo recostándose en mi hombro.

-Todo lo que quiero lo tengo justo ahora, Jonnny.

Besé su mejilla y también la de nuestro bebé, sus labios se curvaron en gesto de llanto, tal y como lo hacía Robert.

-Te amo.

-Y yo a tí, cielo.