Milagro De Amor

Cap 6

_Camila...—logró pronunciar Victoria, con voz apagada y débil.
_¿Victoria? Victoria...—giró nuevamente y vió a su amiga con los ojos abiertos, sin pensarlo corrió nuevamente hacía ella.—Gracias a Dios, despertaste Vicky.—sonrió y le tomó la mano.
_No debió pasar esto... No debí volver a despertar, me hubieras dejado morir.... No entiendes que mi vida ya no tiene sentido?—expresó con dureza mientras lágrimas iban bajando por su mejilla.
_No, no digas eso Victoria. Seas quien seas quiero que me devuelvas a mi amiga, tú no eres la Victoria que yo conocí. No puedes perder las esperanzas por qué un charlatán como ese investigador te haya dicho eso.
_La Victoria que tú conociste ya no existe—dijo clavando su mirada al techo—se murió en el mismo instante en que me confirmaron que mi familia falleció... Quiero irme con ellos, no debiste traerme... Me hubieras hecho un favor dejándome morir.
_¡Ya basta, Victoria!—tomó su rostro entre sus manos en hizo que la observara.—No puedes rendirte así porque sí, no te dejaré y ya no me digas que no tienes porqué vivir. La tienes, lo siento yo y tú también tienes que sentirlo y creer en el.
_Que es lo que voy a creer?!!!—contestó alzando la voz—he vivido de falsas esperanzas durante cinco años, creyendo algo que no es, ilusiónandome, sabiendo que eso era algo casi imposible... Y me pides que vuelva a creer y que tengo porqué vivir, no Camila... si en esta ocasión me salvé la próxima ya no creo que esto vuelva a ocurrir! Déjame, alejate de mí... No puedes estar rodeada de una persona amarga que ya no espera nada bueno de la vida, nada mas que la muerte... Yo no quiero que sufras por mí, no me lo merezco—dijo dedicándole una mirada vacía a Camila.
_No te lo voy a permitir Victoria, y si de ser necesario estaré encima tuyo las veinticuatro horas del día. Así que no intentes atentar nuevamente en contra tuya, porque no lo vas a conseguir.
_Porque haces esto Camila?...—tomó una de sus manos—si me quieres de verdad, déjame ir... Yo ya no podré ser feliz nunca más—sollozando.
_Porque soy tu amiga y te quiero.—le dijo con lágrimas en los ojos.—Y ya no sigas que me vas a hacer llorar y no podré contarte la noticia que te tengo.
_De que noticia hablas?—Dijo mirándola curiosa.
_Comenzamos una nueva investigación y estoy segura de que ésta sí dará resultados.—sonriendo esperanzada.
_Comenzamos? Quien más está detras de esto?—la interrogó con seriedad—... Camila, que es lo que vas a investigar? No entiendes que ya todo se acabó? De cuantas maneras más me tienen que decir que mi familia murió.?! No... No! Olvídate de esa idea—dijo firme y duramente.
_No, no y no.—respondió alzando la voz. —Y si tanto te molestas solo mantente al margen. Y la persona que me va a ayudar es María, con ella buscaremos a mi cuñado y a mí sobrina y te juro que los vamos a encontrar.
_María? La de la platería!—giro y fulminó a Camila con la mirada—le contaste todo?—pregunto molesta.
_Esperate Victoria, yo no le conté nada. ¿A caso crees que haría algo así?—preguntó indignada.
_Por eso es que te lo estoy preguntando... entonces explícame como pasó eso?
_Ella escuchó nuestra conversación el día que la citaste a la empresa, y luego se acercó a mí ofreciendo su ayuda.—la observó a los ojos y prosiguió.—Ella tampoco cree que tú familia haya muerto, ni yo lo hago y tú tampoco deberías de hacerlo.
_No entiendo, cual es su interés en ayudarme? Porque lo hace, con qué derecho?!... No lo voy a aceptar Camila—notablemente molesta, negando con la cabeza
_Pues lo va a hacer quieras o no, y yo la voy a ayudar.—aseguró firme.
_Sabes que no me gusta que nadie me ayude, no lo necesito!. Ahora no la soporto por metiche, y todo tipo de contrato que se pudo haber hecho con ella se acabó, queda cancelado!—dijo firme y decidida.
_No queda cancelado nada, yo también soy accionista y no estoy de acuerdo con tu desición.—perdiendo la paciencia.—Sabes que Victoria, te dejaré sola para que pienses y recapacites, de verdad que estás insoportable hoy.
_Hazme el favor! Lo único que quiero es estar sola, no quiero ver a nadie.
_Esta bien, no volveré hasta que te calmes y no por tu desición, sino por la mía.—ambas se lanzaron miradas ratadoras para que luego Camila saliera de la habitación resoplando enfadada.