Cap 14

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_Regina, soy Pipino.—expresó manteniendo intacta su seriedad.—Te llamo porque ocurrió una catástrofe muy grande en la empresa, estamos en crisís.
_Pipino, no me asustes por favor... Sabes que ahora mismo no tengo cabeza para nada que no sea estar al pendiente de Heriberto.—Pidió soltando un suspiro.
_Lo sé Victoria, pero el desfile se adelantó y el cuarenta por ciento de nuestras modelos renunciaron, las del taller de costura también y los pedidos de las telas indias fueron canceladas.
_Qué dices?!—levantando la voz inconcientemente, al instante se arrepintió al darse cuenta en donde estaba—pero como es posible eso? La empresa se está cayendo a pedazos y no hacen nada!—respondió nerviosa.
_No es culpa nuestra, Regina... Las cosas comenzaron a caerse desde hace semanas, y Camila y yo no podemos con esto.—se justificó perdiendo la seriedad espontáneamente.
_Está bien... Discúlpame!—trató de calmarse, aspirando y exhalando aire una y otra vez—escúchame, para cuando es el desfile?.
_Es en veinte días...

Victoria se quedó inmutable por algunos segundos y tomó asiento en el sofá que se encontraba cerca de Heriberto.

_¿Estás allí?—preguntó Pipino con temor.
_veinte días?? Estás bromeando...

Camila se apresuró en tomar el teléfono y quitárselo a Pipino.

_Victoria, soy Camila... Me escuchas?
_Camila, creo que a Pipino le está dando su ataque de locura.
_Porque lo dices amiga?!—respondió muy nerviosa, observando a Pipino tajantemente.
_¿No escuchaste lo que me dijo? Que me llame aquí en ésta condición a decirme lo que me dijo solamente una persona fuera de sí podría hacerlo.
_Victoria... Cálmate, a ver, estas sentada?!—trato de sonar lo mas tranquila posible
_¿Qué crees? Estoy en el octavo piso de un hospital, en una sala especial con mí esposo en un coma profundo a lado. ¿Crees que estaría brincando de pie?
_Ay ya! no quise decirlo así—mencionó soltando una pequeña risa por la ocurrencia de Victoria, pero al momento esa sonrisa se esfumó de su rostro.
_Camila ya cuéntale, que me va dar algo tu lentitud...—gritó Pipino exasperado alado suyo, cosa que Victoria escuchó.
_Necesito cortar esta llamada, sea lo que sea, solucionenlo ustedes.—dijo Victoria antes de cerrar la llamada.
_No... No hagas esto Victoria... Victoria?!!!—mencionó resignada ya la llamada se había cortado, giro y observó a Pipino—Hoy es un día perfecto para morir querido amigo.
_Me tiraré desde la terraza para terminar con mi tormento.—escupió estallando el llanto.
_Ay no... Seguro ya se me marcaron otras cinco lineas de expresión más, no puedo con esta situación!—se lamento alado de Pipino.
_¿Crees que sobrevivamos mucho así? Yo siento que muero lentamente...—se quejó desvaneciendose en el suelo.
_No lo creo... Necesito tomar mis pastillas anti edad—se puso de pie y rebusco en su bolso.
_Dame una también, a este paso ya ni mis tratamientos podré pagar!
_A este paso Pipino, ni como costureros conseguiremos trabajo... Imagínate sentados frente a una máquina durante ocho horas corridas—mencionaba entre llanto, mientras se llevaba a la boca unas cuantas pastillas y otras le pasaba a Pipino
_¡Calla!—expresó tragandose la pastillas.—¡Será terrible! Pipino Pichoni ha muerto, y con él todo su glamour...—sacó un pañuelo de seda del bolsillo interno de su saco y se seco la naríz.
_Maria!...—mencionó Camila poniéndose de pie derepente.
_¿Qué con ella?—dijo Pipino desganado.
_María puede ser nuestra salvación Pipino, a quien más podriamos pedir ayuda si Victoria nos cortó el teléfono?!—mencionó esperanzada.
_No es una diseñadora, señora Camila, así que olvidalo.
_Lo sé, pero no te digo que va hacer toda la colección, tenemos problemas legales... Si no solucionamos esto la empresa va quebrar, si entiendes?! Ya no sé a quien acudir, me desespera esta situación.!—soltó agobiada.
_¡Entonces llamala! Llamala ahora Camila, que es la única que nos salvará de esta desgracía...—expresó levantándose de repente.

Camila agarró su celular lo más pronto posible y comenzó a timbrar el celular de Maria, esperando su contestación.

Hospital X

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