Cap 10

879 94 28
                                        

Pasillos del hospital

_Esteban...—llamó María mientras caminaba a lado suyo.
_Que pasa María—detuvo su paso para observarla.
_¿Crees que vuelva despertar?—preguntó preocupada.
_Confiemos en que sí, aún no sabemos su estado en general, tal vez a Victoria le convenga llevarlo a un hospital en la ciudad donde cuenten con mas recursos y lo atiendan mejor.—se acercó a ella y la abrazo contra su pecho—Ya, cálmate mi vida—decía mientras le acariciaba el cabello.
_Ay mi vida, todo esto transpasó mi capacidad.—murmuró con la voz quebrada, las lágrimas que había acumulado en todo el día las dejó salir libremente aferrándose al hombro de su esposo.
_Lo sé, pero no quiero que te pongas mal María, escúchame—se alejo un poco para tomarla del rostro suavemente y secar las lagrimas que iban saliendo de sus hermosos ojos—mi vida, gracias a tí Victoria, encontró a su esposo y yo estoy muy orgulloso de tí, tienes un corazón muy noble, la ayudaste sin esperar nada a cambio, a pesar de sus malos tratos y de su mal humor, tus ganas de ayudar fueron mas grandes. No hay motivo para que te sientas mal sino todo lo contrario—la volvió a estrechar entre sus brazos con mas fuerza—estoy orgulloso de ti amor, muy orgulloso.
_Yo no sé qué sucedería si un día ustedes me llegarán a faltar.—le dijo entre sollozos.—Gracias por tus hermosas palabras mi vida, pero aún necesitamos ayudarla, ella tiene que encontrar a su hija...—lo observó a los ojos con las lágrimas aún resbalando por sus mejillas.
_No, no vuelvas a pensar en la posibilidad de que un día no estemos juntos, por favor no lo repitas—se acercó y le besó la frente para luego tomar su rostro entre sus manos—y en cuanto a Victoria, seguiremos ayudándola para que encuentre a su hija, ya verás que muy pronto aparecerá eh?... Ya no llores mi cielo, no me gusta verte llorar—mencionó secando sus lágrimas.
_A veces me pregunto que sería de nosotros sin nuestra Estrellita, ella es la luz de mis días...—expresó con un poco más de tranquilidad luego de unos largos minutos en silencio, ella tan solo se dedicó a calmar sus sentimientos y mientras su esposo le brindaba suaves caricias en la espalda, aún se encontraban pegados uno al otro.
_Yá, basta de pensamientos negativos... Que te parece si llamamos a nuestra Estrellita?—dijo apartándose un poco para mirarla con una sonrisa.
_Si.—respondió con una pequeña sonrisa.—¿La llamas tú o la llamo yo?
_Llámala tú y luego me pasas con ella—le sonrió.

María sacó su celular y marcó al número de Camila, al tercer timbrazo ésta le tomó la llamada.

_Camila, hola...
_Ay bendito sea Dios, hasta que se comunican. Tienes que contarme que pasó María, estoy muy preocupada por Victoria—Mencionó nerviosa Camila, del otro lado.
_Ella está bien, encontramos a Heriberto... Ya luego te explicaré con más detalles, tú no te preocupes.
_Lo dices enserio? Encontraron a Heriberto!—volvió a preguntar incrédula y muy sorprendida.
_Si.—respondió con optimismo.—Ahora Victoria está con él, pero aún no sabemos si despertará o no del coma.
_Me imagino como debe estar Victoria, quisiera acompañarla en estos momentos—mencionó soltando un suspiro.
_Pronto estarás con ella, veremos la forma de transladar a Heriberto hasta allí. Ahora mejor cuéntame cómo se ha portado mi pequeña traviesa.
_Estrellita es un Ángel, es una niña muy bien portada aunque sí ha preguntado por ustedes, los extraña mucho.

María sonrió al escuchar aquello y luego respondió.

_Ay Camila, no sé si solo me estás mintiendo pero te agradezco mucho que te hayas quedado con ella, confío plenamente en tí y sé que estará bien contigo.

Estrellita, al escuchar que Camila estaba hablando por teléfono se acercó un poco y aunque sus padres le han enseñado que no debe escuchar conversaciones ajenas ni meterse, no pudo contener al escuchar que Camila pronunció el nombre de su mamá y se acercó feliz a ella.

_Es mi mamita?!—mencionó con entusiasmo—pásame con ella por favor Camila—le pidió extendiéndole sus bracitos.
_María, aquí te paso con alguien que necesita de tí con urgencia.—dijo Camila para luego extenderle el teléfono a Estrellita.
_Mamiiii—gritó feliz.
_¡Mi amorcito!—expresó con gran emoción María del otro lado.—¿Cómo estás mi vida? Te extraño muchísimo.
_Yo también te extraño Mami y a mi papito también—dijo con la voz apagada.
_Pronto ya estaremos contigo mi vida, portate bien con la tía Camila eh...
_Si mami, te prometo que me voy a portar bien, mi Papito está contigo?
_Si...—observó a Esteban.—¿Quieres hablar con él?
_Siiii, quiero hablar con él, por favor—pidió dulcemente.

Milagro De Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora