7_Jueves, jueves, jueves...

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Y, de repente, todo el lugar se vio invadido por un grito agudo que daba a entender que algo iba mal. Dave se tapó la cabeza con la almohada sin comprender por qué interrumpían su sueño. Fue entonces cuando Iván abrió la puerta de su cuarto, estando ya vestido y arreglado, para comprobar qué era lo que sucedía y molestando también el sueño de sus dos compañeros.

-¿Qué criatura puede ser tan desconsiderada como para hacer esos sonidos a estas horas?- Preguntó abriendo la ventana para ver de qué se trataba.

Sin embargo, solo podía ver el ventanuco del cuarto de Sofía abierto y ella corriendo de un lado a otro sin ser capaz de escuchar a nadie más. Jake sonrió con diversión desde el sofá de la sala de estar mientras miraba el móvil.

-Creo que es la vecina.- Supuso él. -¡Mykel! ¡Mira a ver qué le pasa a tu novia!- Gritó sin apartar los ojos del móvil.

-No es mi novia.- Dijo mientras se levantaba.

Luego, se dirigió a la ventana del cuarto de Iván para preguntarle a Ana qué era lo que sucedía.

-Claro, ella no es tu novia y yo soy virgen.- Reprochó irónicamente el mujeriego.

Mykel abrió el ventanuco y dio unos golpes en el cristal de su compañera. La pelirroja no tardó mucho en aparecer al verle vestido solo con unos pantalones.

-Hola, guapo.-

-¿A qué vienen esos gritos?-

-La pobre no encuentra el libro del examen y está de los nervios porque no puede repasar antes de ir a clase. Está poniendo el piso patas arriba para encontrarlo.- Contestó la chica un tanto agotada.

-¡Te juro que lo dejé aquí!- Gritó Sofía muy alterada pasando un montón de veces frente a la puerta.

-¡Pues está claro que no fue así porque sino estaría ahí!- Le respondió Ana en su mismo tono, enfadada.

Mykel no pudo evitar soltar una risa al ver a las dos tan exhaustas, a pesar del sueño que tenía encima.

-Luego te cuento.- Dijo la chica adicta al sexo mientras cerraba la ventana y se disponía a ayudar a su amiga a buscar el libro de las narices.

Myke volvió a su cuarto y se sentó en su cama queriendo descansar un poco más pero, de repente, se volvieron a escuchar los gritos.

-¡¿Lo has tenido en la mochila todo este tiempo?!- Gritó Ana descontrolada.

-¡Sí! ¡Lo siento! No recordaba que lo tenía aquí.- Se disculpaba Sofía sin conseguir nada.

-¡¿Lo siento?! ¡¿Has revuelto todo el piso para esto?!- Continuaba diciendo furiosa.

-Uf... ya empiezan otra vez.- Añadió Jake que podía escucharlas incluso con los auriculares puestos.

Dave estaba cansado de esas tonterías. Se levantó y mientras las chicas seguían discutiendo a gritos, chilló hasta llamar la atención de ambas.

-Eh. Eeh. ¡Eeeeeeeeeeeeeeh!-

Las chicas le miraron sorprendidas pues tenía una mueca de enojo muy poco característica de él.

-¡Las peleas de gatas para otro momento que aún hay gente que intenta descansar!- Las regañó cerrando la ventana de golpe.

Las muchachas se quedaron boqueabiertas ante la mala leche de su compañero. Nunca le habían visto enfadado. Dave se tiró en la cama para intentar dormir un rato más pero, entonces, sonó el despertador produciendo un ruido muy molesto. El chico lo agarró y lo lanzó contra la puerta de su habitación, la cual estaba abierta, y acabó dando a la pared, destrozando el objeto y haciendo que dejara de sonar.

AnónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora