Gabi golpeó con fuerza aquella colchoneta que rodeaba el tronco de un árbol en aquella cúpula escondida tras los alojamientos. De repente, la joven detuvo sus puños y se giró frunciendo el ceño al escuchar un pequeño sonido que se escuchaba de fondo, antes de sonreír sabiendo de dónde provenía.
-¡Aaaaaaaah!- Gritaba Ana.
Inmediatamente, al escucharla, Sofía corrió hasta su habitación preocupada. Nada más atravesar la puerta, observó a la joven cubierta de agua, empapada junto con sus sábanas. Luego, miró hacia la habitación de sus vecinos. Jake se mantenía frente a la ventana con un cubo de agua en sus manos mientras sonreía de forma divertida. Al parecer, la pelirroja se había dejado la ventana abierta y el vecino había decidido aprovechar la ocasión. Inmediatamente, la novata se llevó las manos a la boca intentando no reírse. Fue entonces que, al ver que Ana estaba a punto de ponerse a gritar de nuevo, el mujeriego cerró la venta para no tener que escucharla.
-¿Cómo puede llegar a ser tan infantil?- Preguntaba Iván mientras se mantenía de pie, apoyado en el marco de la puerta, perfectamente vestido y arreglado.
-Yo seré infantil pero al menos me he divertido.- Le reprochó él riendo.
De repente una voz hizo que cualquier tipo de risa desapareciera inmediatamente.
-¡¿No podéis dejarlo estar ni un solo día?!- Gritó Mykel furioso mientras cruzaba la sala y salía del piso cerrando fuertemente la puerta.
Ambos observaron la entrada impresionados y sin saber qué hacer. Simplemente, se quedaron paralizados sin comprender qué había pasado.
-¿Deberíamos...?- Comenzó a decir Jake queriendo seguirle para hablar con él.
-Mejor que no. Lleva unos cuantos días de mal humor. Estoy preocupado pero... lo mejor es dejar que él se encargue.- Contestó Dave asomándose por la puerta de su cuarto.
*****
Mykel sintió el césped sobre su piel y suspiró aliviado al sentir la soledad del patio. Como era por la mañana, la gente debería estar en sus respectivas clases y no le molestarían. Alzó la mano sintiendo la fría brisa antes de percatarse de que una figura se había sentado a su lado. No llegó a incorporarse, simplemente, observó los cascos sobre su cuello sabiendo que, si no los llevaba puestos, era porque de verdad quería hablar.
-No hay nada mejor que la soledad para sentir que nadie sale herido, ¿verdad?- Añadió Gabi sin mirarle. -¿Estás bien?-
-Sí. Estoy perfectamente.- Contestó tajantemente fingiendo alegría.
-Yo también lo estaba.- Dijo ella irónica sabiendo la respuesta verdadera.
-¿Y tú que sabrás?- Se enfadó mientras se levantaba para irse.
-¿Crees que no sé lo que es amar a alguien y que no se entere de que te gusta?- Añadió ella sin moverse haciendo que el muchacho se parara. -Sé que eso que sientes te deprime y que deseas con todas tus fuerzas estar a su lado.- Explicaba la chica.
Mykel puso los ojos en blanco antes de volver a sentarse a su lado para escucharla.
-Ignorar a la gente que te quiere ayudar no es lo mejor en estos momentos. Eso fue un error que yo cometí y que tú no debes hacer.- Aconsejó teniendo toda la razón.
-¿Cómo una persona que no me conoce puede saber más de mí que yo mismo?- Preguntó el chico aceptando las palabras de la misteriosa muchacha.
-Todos tenemos un pasado y, a veces, varias personas pueden vivir la misma experiencia.- Afirmó sabiamente.
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Anónimo
Romance¿Alguna vez has soñado vivir en un cliché? ¿O vivir en un sueño eterno? ¿Vivir sin ser tú literalmente? Son temas que se encuentran aquí aunque están escondidos en una historia. Una historia de adolescentes en la que una muchacha llega nueva a una...