15_¿Dudas?

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Los ojos de Lilly se fijaron en el pobre joven que descansaba sentado en el césped, inundado en su soledad y sus pensamientos. Se acercó lentamente sabiendo el motivo de su apatía.

-Hola, ¿Qué tal?- Preguntó ella dulcemente mientras intentaba sentarse sobre la hierba.

A la chica le resultaba complicado sentarse ahí puesto que se podía manchar el conjunto pero, igualmente, lo hizo aunque estuviera incómoda.

-¿Estás mejor?- Volvió a preguntar.

-Pues...no lo sé.-

-En fin... escuché la pelea.-

-Como todos en este instituto. Es lo más comentado del momento.- Añadió él de mal humor.

-Y... bueno... espero que no fuera culpa mía que hayas discutido con tu novia...-

-¡No es mi novia!- Dijo enfadado. -Y ese es el problema... Pero no fue culpa tuya. Los dos estábamos enfadados y buscábamos cualquier excusa para pelarnos... no te sientas culpable.- La consoló.

-Lo siento mucho... Sé que Gabi es una buena persona.-

-Sí aunque a veces es insoportable.-

-Todo el mundo tiene algo que los demás no soportan.- Añadió ella.

-En fin... he hablado con mi profesora de danza, tengo que encontrar una sustituta si quiero que mi nota no baje. No puedo dejar de ensayar con alguien porque perdería la práctica.- Dijo el chico cambiando rápidamente de tema.

-Pídeselo a Gabi, a lo mejor quiere volver a ayudarte.-

-No, tengo claro que después de esto no lo hará por eso había pensado que tú podrías bailar conmigo.-

-¿Yo?- Comentó ella sorprendida.

-Sí. Tú lo haces muy bien y aprendes rápido. Eres la persona perfecta para ayudarme.-

-No sé...-

-Puedo hablar con el director para que te incluya en nuestra clase y ganarás méritos para la carrera que quieras escoger. Por favor...- Le suplicó.

-Está bien.- Cedió rápidamente con una sonrisa dudosa.

*****

Mientras tanto, Sofía pasó entre aquel hueco de un metro, sorteando los arbustos, hasta llegar a la cúpula. Allí, al percibir el silencio, se acercó a la cabaña. Abrió la puerta sabiendo que estaría y observó con pena, apoyada en el marco, cómo Gabriela tecleaba en su enorme ordenador de varias pantallas mientras estas parecían seguir los movimientos de Anónimo.

-¿Estás bien?- Dijo sin saludar.

-¿Por qué iba a estar mal?- Añadió sin llegar a contestar.

-El otro día te peleaste con Jake y no has salido de aquí desde entonces.-

-¿Para qué quiero salir de aquí si mi objetivo es descubrir a este idiota que no para de jugármela?- Contestó sin dejar nunca de hacer cosas con el ordenador.

Sofía se cansó de que no la contestara, ni la mirara por lo que agarró el cable de la máquina y lo desenchufó.

-¡Eh!- Gritó Gabi.

-¡Préstame un poco de atención! Estoy intentando ayudarte.-

-Pero yo no te he pedido ayuda.-

-Quizá no pero la necesitas.- Insistía la novata.

-¿Qué quieres que haga? Ambos hemos tomado una decisión.-

-Disculparte. Es lo que haría una buena persona.-

AnónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora