16_La despedida

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Un sábado... no un sábado normal. Los sábados normalmente Gabi salía a hacer boxeo, Jake e Iván iban a correr y Mykel salía a dar un paseo... pero no era normal. Ninguno de los cuatro hizo la rutina que siempre habían hecho esos días y era preocupante. Rápidamente habían cesado los llantos de Gabi, la mala actitud de Dave hacia ella y las frases cortantes de Jake.

Este último se vio obligado a coger un portátil con el que escuchar música y vaguear sobre el césped sin saber exactamente qué hacer. Solo quería descansar. Sin embargo, se percató de que alguien se sentó a su lado y tensó la mandíbula al darse de quién era.

-Hola, ¿qué escuchas?- Preguntó Gabi mientras le arrancaba un auricular de la oreja y se lo ponía intentando averiguar de quién era la canción. -¿One direction? ¿Estás escuchando One direction? No te tomaba por un directioner.- Dijo ella sorprendida.

-¿Por qué no? Cantan bien y las canciones son bonitas.- Explicó él sin llegar a mirarla.

-Yo siempre he sido más de Eminen, Ariana Grande, The halestorm, Extremoduro...- Comenzó a decir la chica. -Aunque puede que ese grupo esté bien.- Añadió cuando la miró ligeramente ofendido.

-¿Los conoces? Quiero decir, ¿conoces alguna de sus canciones?-

-Bueno... alguna me suena pero no recuerdo bien los nombres... - Mintió sin acordarse de ninguna.

-¿En serio? ¿Por qué no cantas una y así te digo cuál es?- Preguntó sin llegar a creerselo.

-Em... bueno... si tú lo dices...- La muchacha tuvo la buena suerte de recordar UNA única frase de una canción que escuchó hace tiempo. -"Your hands fits in mine like it made just for me, but bear this in mine. It was meant to be."- Cantó con una dulce voz.

El chico sonrió.

-"Little things". La letra es preciosa.- Añadió él.

Parecía que era su canción favorita.

-Oye, sólo quería disculparme por lo que hice.- Comenzó Gabi.

-Me enfadé porque no te comprendía en vez de hablarlo contigo. No debería haberte dicho esas cosas.-

-No pasa nada. Eso fue cosa del pasado. Estás perdonada.- Mintió el muchacho.

-No es cierto. No me has perdonado. Lo que dije fue demasiado duro como para que me perdones ahora. Lo único que quiero es que volvamos a hablar como antes. No recuerdo la última vez que hablamos como amigos.-

-Es que yo nunca te he visto como una amiga. Fue por eso que me molestó lo que dijiste.- Confesó él. -Solo intentaba acercarme a ti pero creo que conseguí lo contrario.- Añadió el chico bajando la cabeza.

-Entonces, ¿yo te gustaba de verdad?-

-Sí pero, como he dicho antes, eso es cosa del pasado. Quedamos como amigos.-

-Em... claro... - Dijo la chica decepcionada.

Aquello la hacía pensar en todo lo que había hecho, en cómo se había comportado. Todo se volvía confuso para ella. Se levantó y, sin despedirse, se fue.

*****

Sofía y Dave andaban por el comedor esperando no toparse con ninguna sorpresa cuando vieron a Gabi en una posición un poco cómica. La chica estaba tumbada en el suelo con su culo pegado a una pared y sus piernas apoyadas en esta totalmente perpendiculares al suelo, es decir, haciendo como una L. Dave rió al verla así mientras se acercaban a su amiga. La chica misteriosa ni se dignó a mirarles aún.

-¿Dónde está tu ordenador?- Preguntó el chico extrañado.

-¿A quién le importa eso ya?- Respondió ella totalmente seria manteniendo su graciosa posición.

Ambas personas que estaban de pie se miraron entre ellos. Era demasiado raro ver a Gabi sin su portátil, totalmente deprimida.

-¿Qué pasa?- Dijo el chico.

Estúpida pregunta. Todo el mundo sabía lo que le pasaba.

-Llevo años queriendo saber la identidad de ese tío y lo único que me ha provocado han sido problemas. Me rindo... - Confesó.

Aquello no se lo esperaban.

-¿Lo dices en serio? ¿Te rindes?- Se alteró Sofía.

-Sí. No merece la pena.-

-No. No puedes rendirte por no conseguirlo. Tienes que seguir intentándolo.- Le animaba la chica.

Dave agarró del brazo a su amiga para alejarla un poco de la misteriosa chica.

-Creo que, a lo que Gabi se refiere, es que no merece la pena perder a amigos como Jake por seguir persiguiendo a Anónimo.- Le susurró el chico como si le riñera.

-¿Y qué?-

-Que por fin se está dando cuenta de qué es más importante para ella y tú la estás animando a renunciar a ello.- Su lógica era aplastante pero, por alguna razón, Sofía no le hizo caso.

La chica caminó hasta su amiga que, por fin, había abandonado su posición en forma de L para agarrarse las piernas y aferrarlas contra su pecho.

-Gabi, sé que se te ocurrirá alguna idea. No puedes renunciar al objetivo que llevas persiguiendo toda tu vida.- Siguió alentándola.

La chica de negro se levantó colocando sus manos sobre sus codos como si tuviera frío aunque hacía calor.

-Lo que tú digas... - Añadió antes de irse.


AnónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora