La persistencia de Sofía fue tan notable que su amiga acabó por recoger su portátil y volver a sus antiguas costumbres de perseguir a aquel enmascarado lo que le daba una buena excusa para encontrarse lo menos posible con Jake, algo que agradecía pues aún tenía algún sentimiento que no sabía manejar.
*****
Mykel cotilleó su móvil tumbado en el sofá de la sala de estar de su piso cuando escuchó la puerta abrirse. Alzó su mirada para ver a Dave adentrándose en la sala, esperando un saludo que no llegó a recibir.
-¿Hola?- Dijo para que se diera cuenta de que estaba allí.
-Ah, hola. No te había visto.- Le respondió el chico cotilla.
-¿Pasa algo?- Preguntó al verle decaído.
-No, nada importante.-
-¿Seguro? Parece que tienes algo importante que decir.- Insistió mientras se incorporaba.
-... Gabi dijo que no merecía la pena perder a Jake pero Sofía intenta que se concentre en Anónimo para que se distraiga pero, no sé por qué, me da la sensación de que lo hace para que no vuelva a acercarse a él y yo me quedo callado sin saber qué hacer.- Confesó sin poder aguantárselo.
-¿Qué? ¿Eso no es nada? Eso es horroroso. Gabi ha admitido que le importa Jake y Sofía solo intenta alejarla de él. ¿Cómo puedes apoyarla?- Dijo casi gritando Myke mientras se levantaba.
Dave iba a contestar pero no le salieron las palabras. Al ver que el muchacho no sería capaz de contestarle, salió corriendo con la intención de solucionar toda la situación.
*****
-Realmente le importas.- Gritó Mykel a Jake que estaba abriendo su taquilla.
-¿Y qué?-
El joven sacó unos libros de su mochila y los colocó en los estantes con indiferencia antes de cerrar la taquilla.
-¿No lo comprendes? Admitió que le importabas más que ese estúpido Anónimo.- Explicaba el chico.
-Eso no significa nada.- Dijo el mujeriego mientras comenzaba a caminar.
-¿Pero de qué vas?- Le volvió a gritar mientras le agarraba fuertemente del brazo para girarle bruscamente y se parara.
Jake le dio un golpe en el brazo para deshacerse de su agarre, cosa que molestó mucho a su amigo.
-Aunque lo haya admitido ya no significa nada. Tengo claro que nunca podremos estar juntos porque los dos queremos tomar caminos muy diferentes.- Gritó mientras sus ojos brillaban pues estaban a punto de caer varias lágrimas pero el muchacho consiguió aguantar.
-Esta noche tengo una cita, ¿vale? Necesito olvidarme de ella y cuanto antes mejor.- Añadió con la voz un poco cortada antes de irse.
Mykel no comprendía el por qué si ambos sufrían estando lejos del otro preferían no acercarse y olvidar todo...
*****
Jake miró el reloj del móvil con impaciencia y realizó un sonido de desagrado al comprobar que su cita llegaba tarde. Parecía que tardaba la vida en arreglarse.
Clavó sus ojos en el banco que tenía cerca y decidió sentarse en él. Tras pasados diez minutos, acabó por tumbarse, mirando hacia el cielo mientras esperaba.
"El tiempo es oro..." Pensó.
De repente, escuchó unos tacones que se acercaban, dándole a entender que su cita había llegado. Alzó la mirada para observar a la joven pelirroja de cabello liso y ojos claros, tremendamente maquillada. Llevaba puestos unos tacones de aguja muy altos y un conjunto muy glamuroso junto con un bolso de mano pequeño.
-Ya estoy.- Dijo la chica con una sonrisa.
"Ya era hora. Si que tardaba esta petarda." Pensó el muchacho mientras se levantaba.
-Un placer esperar.- Añadió mientras le daba un beso en la mano como si fuera un galán.
Fue entonces cuando aprovechó para llevarla, agarrada de la mano, hasta un restaurante donde solía llevar a sus ligues. Un sitio donde las mesas eran redondas y estaban envueltas en preciosos manteles. Sobre ellas unas velas posadas sobre una especie de candelabros modernos.
-Espero que te guste.- Dijo el chico mientras ayudaba a la señorita a sentarse.
-Es perfecto.- Añadió ella.
"Sí, perfectamente aburrido" Pensó él mientras se sentaba.
La velada continuó muy lentamente para el chico que se sentía agotado de aguantar a una persona tan cursi. Charlaron de los temas que le gustaban a la chica por lo que Jake simplemente la dejaba decir lo que quería mientras asentía.
Una vez terminaron de cenar, en la salida, ella le miró esperando algo. Obviamente, aquel beso que ella deseaba no sucedió.
-¿Qué sucede, hermosa?- Preguntó fingiendo una sonrisa seductora.
-¿Quieres acompañarme a casa?- Preguntó haciéndose la tímida mientras estrujaba ligeramente su bolso de mano.
-Lo cierto es... que mañana tengo clase muy temprano, tendré que madruga, así que prefiero volver a mi piso.- Respondió mientras pensaba:
"Más bien, me he cansado de escucharte hablar..."
-Oh, vaya...- Añadió la joven, sintiéndose decepcionada.
-No te preocupes, hermosa. El año tiene muchos más días para encontrarnos.- Dijo sujetando su mano y besándola de nuevo, en señal de despedida, sabiendo que aquello sería suficiente para contentarla.
Simplemente, se giró y comenzó a caminar mientras vagaba un pensamiento por su cabeza.
"Espero no volverla a ver"
Continuó su camino en dirección a su habitación pero, al observar a Gabi sentada en un banco, fue incapaz de no detenerse. La observó a lo lejos, vestida con una sudadera, con la capucha puesta haciendo que su cabello cayera hacia delante mientras mantenía sus manos en los bolsillos.
Durante varios segundos, sintió que quería y que no quería acercarse. Hasta que, sin darse cuenta, ya había seguido andando.
-Hola.- Dijo el chico parándose frente a ella.
La chica levantó lentamente la mirada y, al verle, se sorprendió de que le hablara pero decidió aprovecharlo para continuar la conversación.
-Hola. ¿Quieres sentarte?- Preguntó tímidamente.
El muchacho no respondió. Solo se sentó a su lado sin saber exactamente por qué lo hacía.
-¿De dónde vienes?-
-Acabo de tener una cita con una chica preciosa.- Dijo él sonriendo falsamente.
-Y, ¿por qué no te la has tirado?- Preguntó directamente sin rodeos.
El chico se encogió de hombros.
-¿Vas en serio con ella?-
-¡¿A ti qué te importa?!- Gritó él enfadado porque la chica intentaba sacarle algo de la boca.
-¡Lo único que quiero es hacer las paces!- Le replicó gritando más que él. -¿Sabes qué? Que tienes razón. No sé por qué sigo intentando hacer nada contigo. Ni siquiera sé por qué empezamos a hablar.- Dijo la chica furiosa mientras se levantaba y se iba.
El muchacho se tumbó en el banco boca-arriba intentando escuchar suspropios pensamientos antes de tapar sus ojos con su brazo.
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Anónimo
Romance¿Alguna vez has soñado vivir en un cliché? ¿O vivir en un sueño eterno? ¿Vivir sin ser tú literalmente? Son temas que se encuentran aquí aunque están escondidos en una historia. Una historia de adolescentes en la que una muchacha llega nueva a una...