9_¿Una cita?

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-¡Ah! ¿Pero qué haces?- Gritaba una chica desconocida vestida tan solo con la ropa interior puesta.

-Sí, sí. Bonita. Lo que usted diga...- Comentaba Iván mientras la sacaba de la cama de Jake y la empujaba hacia la puerta.

Una vez fuera, el pijo le tiró su ropa para que se vistiera en el pasillo y, antes de cerrar la puerta, dijo con una sonrisa falsa:

-Tranquila, ya la llamará.-

-¿Por qué has hecho eso?- Preguntó el ligón riendo aún medio dormido mientras se estiraba en su cama vestido con unos calzoncillos y mostrando su gran cuerpo de deportista.

Iván se sentó en una silla frente a él.

-Sé que usted intenta ligar con Gabriela.- Añadió seriamente.

-¿Tanto ha corrido el rumor?-

-Sí, lo sabe todo el mundo y, además, me lo contó pero el caso es... que debe dejarla en paz.- Ordenó tajantemente.

Jake abandonó su postura cómoda de persona dormida para incorporarse confundido por la frase de su amigo.

-¿Eso a qué viene?-

-Ambos sabemos que usted es completamente incapaz de salir con solo una chica ni dos días. ¿Por qué cree que puede salir con Gabrielai sin engañarla?- Preguntó con la intención de proteger a aquella chica.

-¿Quién ha dicho nada de salir?- Contestó mientras se levantaba para rebuscar ropa en su armario.

Aquella frase fue suficientemente precisa como para resultar una respuesta.

-No se toma esto en serio. El amor es algo más que unos cuantos polvos.- Le comentó seriamente.

-¿En serio? No lo sabía.- Contestó Jake sin llegar a utilizar ese tono irónico tan característico de él. -¿Por qué te has interesado tan de repente en las chicas que me ligo?- Preguntó con una mueca de asco como si se estuviera metiendo en algo muy personal.

-Es usted demasiado inconsciente.- Concluyó Iván mientras salía del piso.

-Sabes que tiene razón.- Dijo Dave apareciendo sin previo aviso. -Gabi no es cualquier chica, ella es nuestra amiga, TÚ amiga.- Recalcó para que se sintiera culpable pero aquello no era suficiente como para que se concienciara de lo que estaba haciendo.

*****

El joven clavó sus ojos en ella a lo lejos, sin moverse de su lugar. La había localizado sentada en aquella mesa vacía en la que solían comer de la zona exterior. Respiró profundamente antes de acercarse sin prisa. Se colocó frente a ella y, cuando esta retiró su mirada del ordenador para alzarla hacia él, sonrió.

-He oído que necesitas una pareja.- Insinuó él directamente.

-¿Quién te ha dicho esa tontería?- Preguntó ella bromeando.

-¿Por qué? ¿No es cierto?-

-Sí pero ya tengo algunos chicos en mente.- Explicó haciéndose la interesante.

-No me digas más... Yo estoy entre ellos. Seguro que soy el primero en el que has pensado.- Bromeó mientras se sentaba al lado de su víctima.

-Claro, porque no hay más chicos guapos en el insti que tú, ¿no?- Dijo ella con tono irónico.

-No, pero ambos sabemos que soy el único dispuesto a acompañarte.- Añadió él acercándose más a la chica y bajando un poco el tono de voz.

-¿Me estás llamando antisocial o, de verdad, intentas invitarme al baile?- Respondió la chica riéndose después de un breve silencio.

AnónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora