#14

Carta 2

Querido Deku,

Las clases comenzaron de verdad ahora. Hay tantos quirks en esta clase. Probablemente los habrías amado a todos. Voy a tratar de hacer entradas para todos, pero aquí están los que pensé que más te gustarían.

Hay una chica que es invisible. Hay una chica que parece un cruce entre un humano y una rana. El hermano menor de Ingenium. Hay un tipo que controla el fuego en un lado y hielo en el otro. Una chica que puede crear cualquier cosa si sabe sus moléculas o algo así. Un tipo que puede controlar mentes simplemente haciendo que alguien responda una pregunta. Esos no son todos, obviamente, pero. Ya sabes.

Ya te hablé de Uraraka, escribí sobre ella en las últimas páginas. Ella parece decidida a ser mi amiga por alguna razón. Igual que alguien que conozco.

E Ida—el niño Ingenium. Él también está bien. Un poco estirado, sin embargo. Es un niño rico, ¿Sabes? Realmente no entiende lo que es venir de nada como lo hicimos nosotros.

Como hiciste.

Te habían gustado, Deku. No saben lenguaje de señas, así que no pude hablar mucho (mis manos me duelen de tomar notas de todos y sus quirks, por lo que escribir no es la mejor opción), pero hablaban en el almuerzo mientras yo escucho y... sí. Son bastante geniales.

Nuestro maestro es muy genial también. Es un héroe clandestino, Eraserhead. Nunca había oído hablar de él antes, pero probablemente hubieras enloquecido si estuvieras aquí, lo vi en uno de tus últimos diarios. #10 creo.

Así que está bien aquí.

A la Tía Inko no le va bien. No mencioné los detalles antes, pero sé que ella realmente no se está cuidando a sí misma. Y no quiero que te sientas culpable, pero son tus acciones de mierda lo que hacen esto. Si te hubieras quedado, las cosas habrían sido diferentes.

Sin embargo, ella sigue siendo tan agradable. No sé si ella realmente me perdona, a pesar de que ella dice que lo hace. Bueno, supongo que es arrogante de mi parte asumir que lo haría. Yo maté a su bebé. No creo que yo pueda perdonarme nunca, en sus zapatos.

Realmente no me perdono en mis propios zapatos.

Pero paso todos los días, todavía. Me aseguro de que ella haya comido algo. Me aseguro de que ella se esté cuidando y que esté hablando con alguien. No quiero que ella te siga.

Tu papá de mierda nos llamó preguntándonos qué pasó. Sé que lo mencionaste en una de tus cartas de despedida en el #13, pero, ¿De verdad? Es un jodido imbécil. Prometiendo que estaría allí. Ni siquiera tuvo el valor de sonar decentemente triste al respecto. Idiota.

Bueno. Te hablaré de nuevo pronto.

Kacchan.