El caballero blanco y su sonrisa brillante.

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"Las palabras nunca alcanzan

cuando lo que hay que decir desborda el alma"

Julio Cortázar

Hoseok cogió un vaso con agua y se lo acerco para que lo bebiera, jamás lo había visto de ese modo,  estaba seguro de que Taehyung no era así, no se rompía con facilidad.

Sabía que no era fácil dejar ir a quien más amabas, pero era ridículo que sufriera de ese modo por alguien a quien no había visto en más de 5 años.

Su mandíbula se tensaba con cada movimiento de su boca al mascar, estaba por dejar totalmente el cigarro, pero de vez en cuando necesitaba un poco de ayuda, las gomas de nicotina le daban una ventaja bastante grata, pero ver al chico que amaba sufriendo de ese modo no le dejaba más opción que volver a su antiguo vicio.

Saco una caja de cigarros y encendió uno, el humo que se deslizaba por su boca, por primera vez le sabía amargo.

"Tiene el sabor de un corazón roto" pensó.

Ver a Tae de ese modo, le recordó el día en que su padre los abandonó, desde ese día  no se había permitido sentir nada por nadie que no fueran él, su madre y su hermana.

Hoseok se aferró fuerte a su madre y le prometió con lágrimas en los ojos, que jamás permitiría que ninguna persona importante para él, sufriera de ese modo.

Estaba enamorado de Tae desde que la vio por primera vez, pero saber de su amor por Jungkook no le dejaba más opción que permanecer en silencio cuidándolo desde las sombras, siempre un paso detrás de él, por si se cansaba o tropezaba, él estaba ahí siempre... como su mejor amigo.

-Tae, que no tenga final feliz, no significa que no sea una historia de amor.

Sonrió amablemente mientras Taehyung se ponía de pie, pasó su mano suavemente por la mejilla del chico y lo jaló contra su cuerpo, lo abrazó fuerte y beso su cabeza. No había mucho por hacer y sabía que no era bienvenido a su corazón.

El joven de tiernos ojos y cabello castaño, el de la sonrisa rota, por primera vez parecía tener una pequeña oportunidad. Quien sabe, tal vez el escritor de esa ridícula historia le daría a él, una débil luz para iluminar su camino, podría pasar que las princesas estuvieran cansadas de los príncipes idiotas que solo sirven para romper el corazón. Aunque Jungkook no era precisamente un príncipe... pero si un completa idiota.

Y bueno... Tae no era una princesa, pero necesitaba ser rescatado.

Por un momento mientras Taehyung se miraba en el profundo color de sus ojos, recordó la primera vez que tuvo a Jungkook así de cerca.

Aunque la sensación era más que diferente.

Con Jungkook, todo era intenso. Con Hoseok, una profunda calma lo inundaba, le daba la seguridad de que al final todo estaría bien, sus brazos fuertes y su amplio pecho lo hacían sentir protegido, así como siempre quiso sentir con Kook, como alguna vez soñó que podría estar.

"Quizá Kookie tiene razón, tal vez ya es hora de empezar de cero"

Hoseok besó su frente y suavemente bajo hasta sus labios, eran suaves, cálidos y dulces, sus manos fuertes, grandes y delicadas se perdieron en el cabello de Tae mientras aumentaba la presión de sus labios poco a poco.

-Te quiero.- un suspiro casi inaudible le acompañó.

Taehyung sabía que él esperaba escuchar lo mismo, pero por una razón que él desconocía, el solo pensarlo lo hizo atragantarse, parecía un trago de agua salada, Tae lo quería, pero no del modo en que Hoobie esperaba y no podía mentirle

Lo abrazo fuerte, necesitaba sentir que era importante para alguien, las palabras de Jungkook lo habían dejado sin fuerza, era como tener el alma en pedacitos.

Aclaremos... existen varios tipos de amores.

Los que son bien correspondidos y llegan a un final feliz, los que empiezan mal y terminan bien y este era un caso muy curioso, de aquellos que se dan una sola vez en la vida, no había un principio, y no querían escribir el final.

-Gracias Hoobie, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, pero no quiero utilizarte, es injusto.

Hoseok lo miró atónito, no estaba molesto ni herido, pero si sorprendido.

-Tae si pudieras darme una sola oportunidad...

-No quiero hacerte el mismo daño que le hice a él.

-No Tae, no estas protegiéndome a mi. Tu... ¿Aún lo amas?

Crónicas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora