Crónicas de un corazón roto.

Síndrome del corazón.

El sonido ensordecedor de las sirenas retumbaba en la entrada del hospital.

El paramédico sostenía la mano de aquel joven en la camilla. Los médicos salieron a recibirlo.

-Paciente masculino de entre 20 y 25 años, con severo traumatismo cráneo encefálico, hemorragia interna causada por un par de costillas fracturadas. Se encuentra en estado crítico, ha perdido demasiada sangre.

-¿Qué hay del otro chico?- preguntó uno de los médicos.

-No sé quién está peor, doctor. Recemos por qué al menos uno sobreviva.

-Gracias Donghae, nos haremos cargo a partir de aquí.

El joven médico corrió detrás de su equipo para alcanzar al segundo paciente que venía entrando.

-¿Puedes escucharme? Tu nombre es...

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Jungkook suspiró por cuarta vez en menos de 10 minutos, su cabeza estaba recargada contra la pared del lado izquierdo del salón. La clase de artes había terminado hace apenas 15 minutos. Y su profesor de ciencias, no llegaría a su clase, así que la mayoría de los alumnos había salido del aula.

Jimin lo miró extrañado, últimamente actuaba más extraño de lo acostumbrado. Pasaba todo el día componiendo en la sala de música o "relajándose" en los campos de soccer. Temía que su mejor amigo se estuviese enfermando. Y con esa cantidad de suspiros, era más que obvio que algo andaba mal.

Estaba por poner la palma de su mano sobre el rostro del más alto cuando Namjoon lo detuvo.

-Se llama, fiebre del corazón correspondido. Pasa cuando conoces a alguien que detiene tu mundo y hace que el tiempo transcurra lentamente.

Jimin lo miró extrañado, no podía entender a lo que se refería.

-Está enamorado.- simplificó rodando los ojos.

Jungkook se giró hacia ambos chicos sin prestar atención a lo que decían.

-Tengo algo muy importante que confesarles.- su mirada seria hizo que el par de sujetos dejaran el cuchicheo y pusieran atención a lo que su amigo iba a decir.- chicos... yo... no sé cómo decirlo sin asustarlos. Bueno, ustedes son mis mejores amigos, y sé que van a entender... ok, aquí voy... soy gay.- soltó por fin, con el rostro totalmente rojo de vergüenza.

Jimin y Namjoon se quedaron serios esperando por algo que al parecer no llegaba.

-¿Qué pasa chicos?- preguntó Jong In acercándose lentamente al notar a ambos chicos más serios de lo normal. Sus clases habían terminado, así que decidió pasar a despedirse al saber que estaban libres.

-Jungkook está por decirnos algo importante.- respondió Jimin

-Ya se los dije...- Jungkook miró sorprendido a ambos chicos.

-¿Qué era?- preguntó un curioso Namjoon

-Que soy...-carraspeó.- soy gay.

Los tres chicos se miraron confundidos para después comenzar a reír. Jong In fue el portavoz para algo que ya habían hablado.

-Jungkookie, nosotros lo sabemos desde hace mucho, eras tú quien no lo quería aceptar.

Los tres se levantaron y abrazaron a Jungkook de manera cariñosa.

-Espera.- Namjoon miró a Jeon.- ¿esto es por mi hermanito?

El rostro del más pálido enrojeció nuevamente.

-Creo que eso fue un sí.- respondió Jimin entre risas.

Por otra parte, Jong In miraba un poco curioso a Namjoon. Lo tomó del brazo suavemente y se alejaron un poco mientras Jimin y Jungkook bromeaban y jugaban.

-Nam...

-Lo sé... pero deberíamos al menos darles una oportunidad, ¿no lo crees?

-Si las cosas resultan mal...

-Jong In, lo peor que podemos sacar, será un par de corazones rotos.

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Jong In corrió por el pasillo poniéndose la bata. Sus días de servicio en ese enorme hospital eran muy estresantes últimamente.

Una enfermera lo recibió dándole un par de hojas blancas.

-El doctor Jang lo está esperando frente al elevador.

Su rostro se congelo al momento en que leyó el expediente, una lágrima se escurrió por su mejilla al ver el cuerpo recostado sobre la camilla. Esa era la peor manera de volver a ver a su pequeño amigo.

-Sunbae...- susurró mirando al hombre mayor parado frente a él.

-Llama a sus padres, Jong In, y comienza a rezar. Necesitamos ayuda divina.